domingo, 22 de febrero de 2009

¿Y por qué no montárselo por su cuenta?

MADRID.- No cabe duda de que este año 2009 va a ser de récords, y no precisamente de tenis. Con el paro creciendo a razón de 300.000 personas al mes, la lucha por la supervivencia será más peliaguda. Un consejo a esos parados es que se miren al espejo y se digan: «Manolo, ¿y por qué no te autoempleas?», pregunta 'El Mundo'.

Se llama trabajador autónomo. En España hay unos tres millones de valientes que han tomado esta decisión y que suponen una buena aportación al PIB. Y una de las ventajas de quedarse ahora en paro es que se puede obtener una cantidad de dinero inmediata y sin condiciones para lanzarse a la aventura.

Se llama «capitalizar el paro». Por ejemplo, si una persona tiene derecho a cobrar 20.000 euros en pagas mensuales en los próximos dos años (fecha de la extinción del seguro de desempleo en caso de que haya cotizado los años necesarios), el Inem le permite cobrar gran parte de esa cantidad de una vez para poner en marcha su empresa, para ser autónomo.

¿Difícil decisión? Por supuesto. El golpe moral que supone estar en la puñetera calle nos deja tan noqueados que sólo tenemos fuerzas para quedarnos en pantuflas y cobrar el paro.

Pero a medida que van pasando los meses y el trabajo no se asoma a nuestra puerta, hay que abrirla, y salir en busca de él. «Esperamos que mucha gente se dé de alta como autónomo cuando vea que se le va a acabar el paro y no encuentra trabajo», me decía Sebastián Reyna, secretario general de la poderosa UPTA, una de las dos asociaciones de autónomos de este país (información en www.upta.es).

Hasta hace poco, el parado tenía derecho a capitalizar hasta el 40% de su desempleo. Desde el 1 de enero de este año, la novedad es que la proporción ha aumentado hasta el 60%. Eso significa que una persona que tuviera derecho a cobrar 20.000 euros podría obtener «hasta 12.000» euros a tocateja. Repito, «hasta» esa cantidad lo cual no significa que el Inem le vaya a conceder «toda» la cantidad, porque primero quiere saber a qué actividad se va a dedicar usted.

¿Quiere llevar pizzas gorgonzola a domicilio? Tenga por seguro que le van a dar los 12.000 euros, porque necesitará un buen vehículo. Pero si usted prefiere montar un despachito de servicios jurídicos (ahora está de moda representar a comités de empresa, por aquello de los despidos), le bastará con una pequeña oficina, scan-impresora-copiadora (todavía no llevan café, pero al tiempo), unos muebles sensatos (nada de piel de elefante), archivos, ordenador, móvil y poco más (www.inem.es).

Para obtener esa ayuda del Inem, el autónomo en potencia presenta el llamado business plan, que no es otra cosa que el cuento de la lechera (milkwoman tale, como dice un familiar mío). En ese plan de negocios usted especifica a qué desea dedicarse y cuánto dinero necesita. No se le ocurra poner que necesita un iPhone porque en el Inem le dirán: «Mira nene, con este Nokia sencillito puedes hacer las mismas llamadas».

No se asusten: el formulario del business plan es muy sencillo.A continuación, tiene que darse de alta en Hacienda, el famoso Impuesto de Actividades Económicas que será su ficha de autónomo, cosa que no cuesta prácticamente nada. Y aquí le muestran una especie de catálogo de Ikea donde le clasifican en función de su ocupación.

Algunos profesionales deberán hacer declaraciones trimestrales de IVA. ¿Un fastidio? Sí, pero ahí pueden meter todos los gastos que se le ocurran: aquella comilona, la gasolina, la luz, el agua, el teléfono, en fin, casi todo menos la comida del perro salvo que usted monte una consulta veterinaria. Otros profesionales, como los periodistas plumillas (los que escriben), entran en el Régimen General y no están obligados a hacer esas fastidiosas declaraciones, aunque en mayo deben saldar cuentas con Hacienda.

Ojo: a éstos, Hacienda les obliga a descontar en cada factura un 15% de IRPF, pero durante los tres primeros años de autónomo esa cifra se reduce a un 7%. No lo recomiendo porque eso no significa que le regalen el restante 8% (hasta el 15%) sino que usted difiere ese pago hasta su próxima declaración de la renta. Y hay algunas sorpresitas por ahí.

Luego hay que lidiar con la SS. La Seguridad Social, no se asusten.Y aquí viene algo interesante, porque usted escoge cuánto desea pagar. Por ejemplo, si abona unos 500 euros al mes, eso representa que va a cobrar una pensión de 1.500 euros, más o menos, cuando se jubile. Lo bueno es que el Inem, si usted lo desea, le paga esa cotización durante un buen tiempo, de modo que cada mes usted verá salir 500 euros de su cuenta corriente y, días después, el Inem le restituye esa cantidad.

¿De dónde sale? De su seguro de desempleo, de esa cantidad que no le concedió este organismo en su momento. Y le pagará la Seguridad Social hasta que se extinga su saldo en el Inem. Además, si usted tiene menos de 30 años, tendrá una bonificación del 30% en las cotizaciones a la SS durante 15 meses. Y si es mujer, la edad se eleva a 35 años.

Por cierto, todas las comunidades autónomas conceden ayudas y préstamos a nuevos empresarios. Muévase. Las organizaciones empresariales suelen ofrecer muy buenos consejos (www.ceaje.es).

¿Es arriesgado lanzarse a la arena? Según un estudio realizado por la consultora Feeling Imagen, debido a la crisis, las empresas españolas están tendiendo a «externalizar los servicios que contribuyan a hacer más eficaz su gestión y ahorrar costes».

En cristiano, que prefieren subcontratar autónomos para no cargarse de costes fijos. Para las empresas, es una forma de ser más competitivas.Para usted, una oportunidad de salir adelante y encima sin jefes.Usted será su propio jefe. Por fin.

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