Roca y Ginés / Santiago Delgado

Son, desgraciadamente, dos murcianos, qué le vamos a hacer. Dos delincuentes exportados hacia la municipalidad patria. Desconocíamos nuestra producción de genares particular murciana. Ginés optó por el plan Capone, Roca por el guante blanco.

Y el nombre de Murcia, en boca de todos, maestro.

Sí, parece que es un sino de esta tierra: facer sinvergüenzas. Roca por lo menos, sólo robaba, pero Ginés daba palizas.

Claro, uno tenía como “clientes” a la pobre pequeña empresa, pyme que se dice; y el otro, Roca, a los constructores.

Entre los dos, hubieran copado el mercado; no se estorbaban. Al final se hubieran hecho con la propiedad de todos los comercios de Coslada, y con todas las urbanizaciones de la Costa del Sol.

Parece mentira que la Democracia no tenga resortes para darse cuenta antes de que suceden cosas así, y cuando nos vengamos a dar cuenta, ya han amasado fortuna suficiente como para, al salir, que nunca es muy tarde, vivan el resto de sus vidas como rajás. Sobre todo para fianzas.

Claro, todo consiste en robar más que la fianza que tienes previsto que te van a pedir. Y ya está. La fianza y el abogado feroz que te defiende.

Ah, bueno, pues se roba más o se incrementa la cuota. Hay ciencia matemática que te puede calcular el riesgo de que te cojan ya con el riñón forrado, y te dice la cuota por negocio y año sin que te pillen desprevenido.

Para esta gente, la cárcel es sólo un tiempo vacacional a la espera de la libertad con la pasta bien guardada en Liechtenstein o las Islas Caimán.