sábado, 24 de mayo de 2008

Caja Murcia también podría emitir cuotas participativas para obtener liquidez

MADRID.- Denostadas por los sindicatos, que consideran que pueden ser la antesala de la privatización de estas entidades, las cuotas participativas han formado parte durante todo este tiempo de los planes de al menos cinco cajas (la propia CAM, Caja Madrid, Caixa Galicia, Caja Murcia y Caixanova), según "Cinco Días".

Las consideraban una alternativa para conseguir fondos con los que respaldar su crecimiento y a la vez reforzar sus ratios de capital, ya que computan como recursos propios de primera categoría. Pero ninguna entidad se había atrevido a dar el paso. Ahora, con una liquidez que se paga a precio de oro en los mercados de capitales, este instrumento parece que vuelve a resultar más interesante.

'Los precios para acceder a la financiación en el mercado se han disparado tras el estallido de la crisis subprime. Esto hace que la brecha que existía entre obtener fondos a través de las cuotas participativas y otras vías, como la deuda subordinada o las participaciones preferentes, se haya estrechado bastante', explican fuentes del sector financiero. Este sobrecoste había sido, de hecho, uno de los principales argumentos esgrimidos por las entidades para retrasar la puesta de largo de las cuotas.

Para establecer el precio de emisión, las cajas deben realizar una estimación de su valor económico y, contando con el valor nominal y el porcentaje que se va a atribuir a los cuotapartícipes, del importe de la prima de emisión.

En el caso de la CAM, la primera entidad que probará suerte con estos títulos, rondará los 4.000 millones de euros, una cifra con la que superará la capitalización bursátil actual de algunos bancos medianos como Bankinter.

La decisión de la CAM, además, supone un desafío a los mercados, en un momento en que todas las salidas a Bolsa se encuentran paralizadas o han tenido que ser suspendidas como le sucedió a Itínere, filial de Sacyr Vallehermoso, que tuvo que cancelar la operación dos días antes de su debut.

'Los mercados no están en una situación ideal por lo que se ha preferido sondear al mercado con una emisión de menor tamaño', comentan en la entidad. Aún no se ha comunicado el tamaño de la operación, pero se baraja una horquilla de entre 350 y 500 millones de euros, menos de la mitad de lo que estaba previsto en un principio.

La emisión de la CAM se colocará, sobre todo, entre los clientes de la caja (un 68%), mientras que otro tramo inferior al 30% irá dirigido a institucionales (la normativa fija un mínimo del 20%) y otro más reducido, del 4%, a los empleados. 'Intentará comercializar buena parte de la emisión entre sus clientes, ya que se trata de una manera de vincularlos aún más con la caja', afirman fuentes del sector. De momento, la entidad ha anunciado que destinará el 3,75% de su beneficio (14,46 millones de euros) a remunerar a los cuotapartícipes.

¿Qué remuneración van a recibir los titulares de cuotas?

Para proteger la esencia de las cajas, su obra social, se han fijado algunos límites en el importe que las entidades pueden repartir entre los inversores en dividendos. Como mínimo se destinará la misma cantidad que a obra social (generalmente este porcentaje oscila entre el 25% y el 30%) y como máximo el 50% del beneficio. Si alguna caja quiere rebasar este tope deberá contar con el consentimiento del Banco de España, aunque es suficiente con su 'silencio positivo'.

¿Cómo es el procedimiento de emisión?

La caja tiene que fijar un valor económico. Si no se realiza a través de una oferta pública, que garantice la transparencia para los inversores, se tiene que acompañar de un informe de un auditor externo y un experto independiente.

La creciente necesidad de obtener liquidez, junto a los cambios en las normas de contabilidad y Basilea II (nuevos requerimientos de capital) que penalizan este tipo de inversiones, han llevado a las cajas de ahorros a acelerar el proceso de venta de sus participadas.

La CAM anunció la semana pasada que se ha desprendido de su participación del 5% en Enagás, una operación que le ha reportado unos ingresos de 225,6 millones de euros y unas plusvalías de 144 millones.

La liquidez se ha vuelto fundamental para las entidades financieras españolas y Caja Mediterráneo (CAM) no es una excepción. La entidad ha puesto en marcha estas dos iniciativas para captar fondos y recapitalizar su balance.

En la actualidad, CAM conserva participaciones superiores al 5% en otras compañías, como Unión Fenosa, Tui, Sol Meliá, Banque Marocaine du Commerce o Natra, cuya adquisición se produjo durante el primer trimestre de 2008.

El criterio de las participaciones de CAM en compañías cotizadas de primer nivel es principalmente financiero.

El director general de CAM, Roberto López, asegura que las cuotas participativas servirán para captar financiación y aumentar los ratios de capital de CAM al tiempo que supondrán una fuente más de financiación. La operación se realizará entre los meses de julio y agosto.

Por su parte, Caja Murcia es la primera vez que ha recurrido a un lanzamiento de bonos como vía de financiación (sí ha utilizado con anterioridad los pagarés y las cédulas). Los fondos captados, 300 millones de euros, irán destinados a reforzar su negocio bancario tradicional.

La emisión tendrá un cupón bruto anual fijo del 6%, siendo el rendimiento efectivo para los inversores el 6,064% anual, tasa equivalente a la referencia del mercado interbancario europeo a dos años más un diferencial de 125 puntos básicos.

Con esta emisión, la caja murciana se une a las principales entidades de crédito en el proceso de apertura de los mercados financieros de renta fija, tras las recientes turbulencias.

A propósito de la salida al mercado de las cajas y de algunos bancos -la última ha sido Caja Murcia-, el presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), Juan Ramón Quintás, aseguró que el coste de haber salido a los mercados ha sido el precio.

'En estos últimos 15 días, las entidades han captado 13.000 millones de euros pero lo han hecho pagando un spread diez veces superior al solicitado momentos antes de estallar la crisis de liquidez, en agosto de 2007'.

Quintás ratificó que todavía esto no se ha repercutido en el precio de los préstamos, pero no lo descartó en el futuro. 'Un salto brusco en el crédito podría haber puesto en una situación delicada a la economía española'.

Juan Ramón Quintás advirtió que las entidades tendrán que reducir los volúmenes de crédito ante la nueva situación financiera. 'La década prodigiosa de los préstamos pudo llevarse a cabo más que por el ahorro externo que por el interno, pero parte de estas emisiones lanzadas en el extranjero vencerán próximamente y mantener los niveles de crédito a ritmos anteriores sería algo irresponsable'.

Desmintió, no obstante, que las cajas hubieran cerrado el grifo y adoptado una decisión de limitar las concesiones sino que más bien ha sido la contracción de la demanda, lo que ha provocado que el crecimiento del crédito en las cajas pase seguramente del 14% actual al 8% a final de año.

Por su parte, el presidente de Caixanova, Julio Fernández Gayoso, asegura que el gran reto al que se enfrentan ahora las cajas es 'el desplome del negocio que va a ocurrir en 2008 y parte de 2009', y da a entender que uno de los factores que lo podrían propiciar es la fuerte exposición al sector de la construcción e inmobiliario. El 60% de la cartera crediticia de estas entidades se encuentra en estos sectores.

Para paliar las consecuencias, el presidente de la entidad gallega advierte que las entidades deberían frenar la expansión de la red, que ha pasado de 23.418 oficinas en 2007 a 24.591 en la actualidad.

Además, increpa a las cajas a gestionar la mora de una forma diferente a cómo lo hacían en el pasado. 'Vamos a tener que anticiparnos y detectar qué clientes pueden entrar en riesgo' explica. También señala que había que prestar en función del ahorro captado con más cautela.

No hay comentarios: