Cubrir las más de mil quinientas mesas electorales de la Región con interventores y apoderados dispuestos a sacrificar el domingo desde primera hora de la mañana hasta casi la madrugada del lunes, no es una tarea fácil para los dos grandes partidos. En encontrar esos “cruzados de la causa” se mueven socialistas y populares en este última semana.
Los seguidores de Mariano Rajoy tienen la maquinaria más numerosa y mejor engrasada y prácticamente han cerrado la cuota, y los responsables de la organización están relajados y ultimando detalles. Cuentan con cerca de nueve mil voluntarios, que les permiten cubrir cada mesa con dos interventores y hasta cuatro apoderados. Los socialistas de Princesa son más modestos, ellos se conforman con llegar a conseguir que en todas las mesas haya dos interventores y dos diputados, para lo que tienen que movilizar alrededor de seis mil personas.
En los pueblos tienen la cuota cubierta, a pesar de que no son municipales, pero en las dos grandes ciudades de la Región el problema parece más complejo. En Cartagena, según fuentes socialistas, van a conseguir por primera vez tener representantes del partido en todas las mesas. Sin embargo en Murcia la cosa esta más complicada. El centro de la ciudad, donde Alianza Popular y el centro derecha ganaron en la década de los ochenta, cuando la Región era un granero socialista, les cuesta encontrar representantes socialistas en las mesas y lo mismo sucede en las nuevas urbanizaciones residenciales fronterizas entre Murcia y Molina de Segura.
Son mesas donde el color de las papeletas está posicionado claramente hacía el azul desde hace muchos años. Además, según comenta un veterano socialista con cierta ironía, “los militantes de esas zonas de burguesía media alta ese día tienen compromisos familiares, tanto ellos como sus hijos”. Y tampoco, según el buen amigo, les gusta que les saquen los colores los vecinos también de “burguesía media alta” a la hora del recuento.
Con los interventores y apoderados sucede algo parecido al fútbol, si las cosas no pintan bien reniegas del equipo, pero si el equipo es campeón, eres el primero en estar bañandote en la fuente. Con los interventores y apoderados pasa algo parecido: los que han estado trabajando en las mesas terminan el recuento, tienen que llevar las copias a la sede y cuando llegan a convite no quedan canapés, porque otros estaban antes.
Hay una batalla que electoral que se centra en la huerta, especialmente en la zona baja del Segura, ya que la candidata popular Pilar Barriero no llega a las pedanías murcianas. Y son muchos votos en juego. Los populares tiran de Aznar como gancho. El ex presidente del Gobierno tras cerrar su mitín en Cartagena vendrá a cenar con militantes y simpatizantes en el Rincon Huertano. Las plazas previstas para el convite son dos mil y hace unos días que se han agotado los tiques de pago. Marea azul en torno a Aznar en la noche huertana del martes.
Los socialistas también están peparados. Cierran campaña el viernes en Beniel, con un acto festivo en un ayuntamiento en él que tienen por primera vez alcalde.
www.elfaro.es
Los seguidores de Mariano Rajoy tienen la maquinaria más numerosa y mejor engrasada y prácticamente han cerrado la cuota, y los responsables de la organización están relajados y ultimando detalles. Cuentan con cerca de nueve mil voluntarios, que les permiten cubrir cada mesa con dos interventores y hasta cuatro apoderados. Los socialistas de Princesa son más modestos, ellos se conforman con llegar a conseguir que en todas las mesas haya dos interventores y dos diputados, para lo que tienen que movilizar alrededor de seis mil personas.
En los pueblos tienen la cuota cubierta, a pesar de que no son municipales, pero en las dos grandes ciudades de la Región el problema parece más complejo. En Cartagena, según fuentes socialistas, van a conseguir por primera vez tener representantes del partido en todas las mesas. Sin embargo en Murcia la cosa esta más complicada. El centro de la ciudad, donde Alianza Popular y el centro derecha ganaron en la década de los ochenta, cuando la Región era un granero socialista, les cuesta encontrar representantes socialistas en las mesas y lo mismo sucede en las nuevas urbanizaciones residenciales fronterizas entre Murcia y Molina de Segura.
Son mesas donde el color de las papeletas está posicionado claramente hacía el azul desde hace muchos años. Además, según comenta un veterano socialista con cierta ironía, “los militantes de esas zonas de burguesía media alta ese día tienen compromisos familiares, tanto ellos como sus hijos”. Y tampoco, según el buen amigo, les gusta que les saquen los colores los vecinos también de “burguesía media alta” a la hora del recuento.
Con los interventores y apoderados sucede algo parecido al fútbol, si las cosas no pintan bien reniegas del equipo, pero si el equipo es campeón, eres el primero en estar bañandote en la fuente. Con los interventores y apoderados pasa algo parecido: los que han estado trabajando en las mesas terminan el recuento, tienen que llevar las copias a la sede y cuando llegan a convite no quedan canapés, porque otros estaban antes.
Hay una batalla que electoral que se centra en la huerta, especialmente en la zona baja del Segura, ya que la candidata popular Pilar Barriero no llega a las pedanías murcianas. Y son muchos votos en juego. Los populares tiran de Aznar como gancho. El ex presidente del Gobierno tras cerrar su mitín en Cartagena vendrá a cenar con militantes y simpatizantes en el Rincon Huertano. Las plazas previstas para el convite son dos mil y hace unos días que se han agotado los tiques de pago. Marea azul en torno a Aznar en la noche huertana del martes.
Los socialistas también están peparados. Cierran campaña el viernes en Beniel, con un acto festivo en un ayuntamiento en él que tienen por primera vez alcalde.
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