sábado, 12 de enero de 2008

"Cofrusa" quintuplica su planta de proceso de vegetales en Mula

MULA.- La nueva planta de proceso de vegetales, en la que "Cofrusa" invertirá 50 millones de euros y que creará de forma directa 700 empleos, ya está en marcha con la compra de los terrenos, según ha confirmado el presidente de la empresa, Joaquín Navarro Salinas.

Esta empresa pretende quintuplicar sus dimensiones actuales con esta ampliación. También se verá modificada su plantilla, que alcanzará los 1.400 empleados, el doble de los que han trabajado el pasado año.

La nueva planta de producción se ubicará en el polígono industrial "Mirador de la Cierva", junto al pantano, y tendrá una superficie de casi 250.000 metros cuadrados, de los que 161.500 serán construidos. Cofrusa se convertirá así en la empresa más grande de Europa dentro de su sector.

Con las nuevas instalaciones -cuya construcción los responsables de la firma esperan iniciar antes de que acabe este año, y cuyas obras se prolongarán al menos durante dos más-, Cofrusa espera conseguir una producción total de 165.000 toneladas en 2015, un 162% más que en 2007, y lograr una facturación superior a los 167 millones de euros, un 188% más que el pasado año, durante el que facturó 58 millones de euros.

Joaquín Navarro afirmó que se acondicionarán los terrenos durante 2009 y a principios del 2010 ya se construirá; a continuación se instalarán las nuevas maquinas de producción y en 2011 se empezará a trabajar con el objetivo de que Cofrusa se consolide como líder nacional e internacional en su sector al desarrollar nuevos productos, «más acordes con los estilos de vida actuales, que permitan a la empresa seguir creciendo y mantener los puestos de trabajo».

1 comentario:

Anónimo dijo...

El capitalismo de cuño murciano es de carácter familiar, al ser ésta una economía de pyme, pero ahí acaba toda semejanza con las empresas del Rhin. Si bien el pequeño tamaño de una empresa facilita en general la comunicación entre estratos, en nuestra Región la atomización empresarial dificulta la acción sindical e incide en la alta tasa de horas extras no remuneradas. El culto a la personalidad del jefe es una tara común, y se suele valorar más que ninguna otra cosa las buenas relaciones con él (no digo él o ella porque en la inmensa mayoría de los casos el gerente es un hombre). El liberalismo rampante hace desconfiar de todo lo que huela a normativa o regulación y buscar subterfugios para bordearlas, como indica la fortaleza de la economía sumergida en nuestra Región. El nivel de implicación con el proyecto social de la comunidad a la que pertenece el empresario podemos deducirlo de la cantidad de denuncias, normalmente de los sectores más desfavorecidos, como jóvenes o inmigrantes, interpuestas contra empresarios por reclamar al trabajador el pago de las cuotas de la Seguridad Social como condición para la contratación. O de la tasa récord (por lo negativa) de bajas por enfermedad en que han incurrido los inmigrantes. O de otra tasa récord (también por lo negativa): la bajísima flexibilidad laboral. O de otra tasa récord (esta vez por la parte de arriba): la extrema temporalidad. Por no mencionar los casos, aislados pero significativos, de abusos contra trabajadores elevados a crímenes de lesa humanidad, como el intercambio de favores sexuales por jornadas de trabajo agrícola ocurrido en el campo de Cartagena el pasado año (sí, el campo de Cartagena, y sí, el pasado año).