martes, 5 de mayo de 2020

La lucha del BCE para poner fin a la subida del euríbor mantiene en vilo a millones de hipotecas

MADRID.- En España, el 30% de los hogares está pagando una hipoteca. De ese monto, más de la mitad tiene una a tipo variable, que probablemente estará referenciada al euríbor. Con estos datos se entiende por qué un indicador que establece el precio al que los bancos se prestan dinero unos a otros es tan popular entre la población. Si los bancos de la zona euro no quieren prestarse dinero entre ellos o piden un interés más alto por hacerlo, pagar la hipoteca va a ser algo más costoso. Esto es lo que está intentando evitar el Banco Central Europeo (BCE) con un éxito relativo en las últimas semanas, según elEconomista

El euríbor a doce meses ha llegado a tocar máximos no vistos desde 2016, pese a las inyecciones de liquidez y las compras masivas de activos del BCE. Estas acciones buscan inundar el mercado  de dinero 'regalado' para que el interbancario (donde los bancos se prestan dinero) funcione con fluidez y se mantengan unas condiciones crediticias favorables, en un entorno económico de gran incertidumbre, algo que resulta extremadamente complicado para todos los bancos centrales. En un contexto de recesión e incertidumbre, los bancos suelen mostrarse reticentes a la hora de prestarse dinero entre ellos mismos por puro miedo.

El euríbor a doce meses se ha acercado al terreno positivo durante algunos días del mes de abril. Es más, el euríbor ha cerrado en el -0,108% de media mensual, frente al -0,265% de marzo. Una subida que encarecería la hipoteca media (en la que se piden 100.000 euros prestados) en unos 84 euros anuales si se compara con el mes anterior (no obstante, las revisiones del euríbor suelen ser semestrales o anuales). En un momento de crisis como el actual, el Banco Central Europeo busca todo lo contrario, reducir al máximo el coste del crédito para que fluya hacia la economía en un intento por amortiguar la recesión económica y la previsible caída de los precios (inflación).

Sin embargo el euríbor ha escalado a máximos que no se veían desde 2016, pese a las inyecciones de liquidez, los tipos de interés oficiales más negativos y las compras masivas de bonos, que a la postre se convierten en más reservas bancarias (liquidez pura). El euríbor, en condiciones normales, debería moverse cerca del tipo de interés sobre la facilidad de depósito (donde los bancos aparcan sus reservas) que marca el BCE y que ahora mismo es del -0,5% (aunque con un sistema de tramos), lejos del interés que marca el euríbor. ¿Por qué sucede esto? Tensión en el mercado monetario y falta de confianza. El euríbor es un indicador que se construye a partir del tipo de interés promedio al que los bancos de la eurozona ofrecen préstamos no garantizados a corto plazo en el mercado interbancario a otras entidades. 

¿Qué quiere decir eso de no garantizado? Que los bancos se prestan liquidez (reservas bancarias) sin un colateral a cambio, es decir, sin entregar en prenda (como rehén) un bono u otro activo que sirva para asegurar, de cierta forma, que si el banco al que se le ha prestado liquidez no puede devolverla, al menos exista ese colateral para compensar una parte de las pérdidas. En este mercado los bancos se juegan mucho, por lo que una situación económica incierta como la actual suele tensar su funcionamiento, lo que eleva el interés que los bancos se cargan unos a otros por prestarse liquidez. Si un banco no se fía de otro le pide un 'precio' (interés) mayor a cambio de correr el riesgo de prestarle dinero. 

Esto es lo que está ocurriendo ahora mismo y lo que el BCE está intentando corregir. Sin embargo, resulta rara la crisis en la que el euríbor o el mercado de 'repo' (donde los bancos se prestan dinero dejando colateral en prenda) no se tensan y estos tipos de interés suben, afectando a los hipotecas y generando una situación procíclica, es decir, que acentúa la intensidad del ciclo económico, que en este caso es recesivo. Los bancos centrales deben evitar esto a toda costa para que la recesión sea lo menos profunda posible. 

"La subida del euríbor a su nivel más alto desde 2016 indica cierto estrés en el mercado interbancario de la zona del euro. El aumento de los tipos en otros mercados clave podría haber llevado a que este índice suba también", explican los analistas de Bank of America Merryll Lynch en una nota para clientes. 

No obstante, en los últimos días el euríbor ha bajado unos cuantos puntos básicos tras haber llegado a tocar los -0,05%. Este descenso se ha producido tras la pasada reunión de política monetaria del BCE en la que se anunciaron grandes mejoras en las inyecciones de liquidez y una nueva herramienta llamada PELTRO, que ofrece una barra libre de liquidez absoluta a los bancos (pueden pedir toda la cantidad que quieran), lo que debería presionar a la baja el euríbor. Los expertos coinciden en señalar que la escalada de este indicador, que sirve de referencia para millones de hipotecas, debería ser limitada.

¿Puede perder un banco central el control?

Benoit Coeure, antiguo miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo, explicaba en una exposición celebrada en Frankfurt durante 2019, que "la volatilidad (en el interbancario) es indeseable desde la perspectiva de la política monetaria. Los tipos a corto plazo son la referencia clave del precio del crédito". Si el precio de las reservas bancarias se dispara, los bancos pueden trasladar ese precio a la concesión de crédito actuando como una subida de tipos.

"En este entorno, una función importante, aunque no la única, del exceso de liquidez es anclar firmemente los tipos de interés a corto plazo en los niveles que los encargados de formular políticas consideren apropiados. En el caso de la zona del euro, este es actualmente el nivel de nuestra tasa de facilidad de depósito", explicaba Coeure. Esta tasa se encuentra en el -0,5%, que es la penalización que el BCE cobra a la banca por su exceso de liquidez. El BCE establece este tipo tan bajo para que la banca incremente el crédito a familias y empresas a un interés bajo. 

Sin embargo, aunque este tipo esté controlado por el banco central no quiere decir que se transmita de forma perfecta por el canal financiero, ni siquiera entre los propios bancos que se prestan dinero en el mercado monetario, como se está pudiendo comprobar ahora mismo.

Por ejemplo, "si hay fragmentación, también es posible ver aumentos temporales en los tipos de interés en la zona del euro, a pesar del notable exceso de niveles de liquidez que estamos viendo actualmente", explicaba Coeure. Los movimientos del euríbor pueden ser el reflejo de esa mayor reticencia de bancos holandeses (por ejemplo) a prestar a entidades italianas (por ejemplo). 

La subidas del euríbor parecen estar controladas, pero si el riesgo de una ruptura del euro aumenta o el BCE no puede actuar con libertad, es muy probable que los mercados monetarios se tensen, incrementando el interés del euríbor y, a la postre, dañando a la economía real a través de los canales crediticios (hipotecas, crédito...).

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