Que Pilar Barreiro no hubiera aparecido en la primera semana de campaña,
siendo candidata popular al Senado, era cuando menos insólito, por
decir algo suave. Pero que se dejara ver ayer por primera vez, entre los
árboles de un parque en Sangonera la Verde, donde Javier Maroto daba un
mitin, tan solo unas horas después de que el Supremo ratificara la
anulación del Plan General de Cartagena, ya entra de lleno en lo
cabalístico.
Parece que Génova ya no sabe qué hacer para perder votos en
Cartagena. Dice el Supremo que las deficiencias observadas han sido
tantas -solo su enumeración ocupa catorce páginas de la sentencia del
TSJ recurrida- y, sobre todo, tan importantes, que las pretensiones del
Ayuntamiento y la Comunidad no podían ser estimadas. Pero ahí sigue
Barreiro, a un pequeño paso del Senado.
(*) Periodista y director de La Verdad
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