lunes, 20 de octubre de 2008

Dos custodios de las esencias del PP en la Región / José Antonio Martínez Abarca

Tiene narices que los muy disciplinados Pacheco y Garre sean noticia (a veces, portada) nacional por creerlos relapsos a la doctrina oficial del PP y a las instrucciones de su grupo parlamentario. El murciano doctor Ripoll, el traumatólogo, me decía hace unos meses sobre su buen amigo Pacheco algo muy bien traído: "la gente, en esta sociedad en que cada vez nos conocemos menos unos a otros, se queda con unas pocas impresiones sobre los demás, que son las que valen.

Cuando los que le ponen ahí se preguntan quién es Pacheco la respuesta que se dan a sí mismos es: político que no plantea problemas". Lo he telefoneado esta semana, a Ripoll, sólo para pegarme "la joda", como dicen los argentinos: "doctor, los que no plantean problemas resulta que han planteado un problema".

O, por mejor decir, los que han planteado el problema son los diputados que componen el resto del grupo parlamentario del PP, votando a favor de la tramitación de un texto manifiestamente inconstitucional como el nuevo estatuto de Castilla-La Mancha. Pacheco y Garre, manteniéndose sujetos y disciplinados al programa electoral del PP, pasan ahora por indisciplinados, cuando es al revés.

Porque ya veremos a ver si es verdad lo que ha dicho Valcárcel en el Congreso del PP de este fin de semana: "los diputados del PP, todos, y digo todos, sabrán estar a la altura cuando se discuta el Estatuto de Castilla-La Mancha en el Congreso". De momento veo más razonable, qué quieren, la postura de Pacheco y Garre ganando tiempo y rechazando de primeras lo que de todas formas tendrían que rechazar de terceras, si nos atenemos a lo que nos venden desde la ejecutiva nacional del PP.

Pacheco y Garre podrían decirle a Soraya Sáenz de Santamaría o al resto de los barandas del PP en el Congreso lo que el periodista Pedro J. Ramírez les espetó a los que le achacaban que su periódico se había escorado demasiado a la derecha, cuando en realidad se ha mantenido siempre el mismo lugar: "yo no tengo la culpa de que hayáis evolucionado".

Pacheco y Garre no tienen la culpa de que la doctrina del PP sobre el trasvase del Tajo haya evolucionado, porque vaya si ha evolucionado, al menos en Castilla-La Mancha. Ellos están en el mismo lugar que siempre. Pacheco como político que no plantea problemas sino al contrario, amantísimo de la Murcia profunda, listo como sólo lo puede ser alguien que ha nacido en un lugar donde se ha pasado hambre, solícito y resolutivo en cuanto le piden sus superiores y, mejor, sus conocidos, y Garre como político al que los periodistas de carrera tomaron muy mal la medida, ya hace muchos años, cuando decían, siendo él portavoz del PP en la Asamblea Regional, que era un político romo, previsible y sin interés. Toma "romez".

Yo, aunque no sirviera para nada, fui el único que lo vio claro, anticipándolo como digo en al menos una década, quizás porque pude frecuentarle mucho más: Garre es un político con un par de cojones, como saben en su pueblo, Torre Pacheco. No se deja pisar, sin hacer cálculos ni esconderse debajo de ninguna piedra. Esta última vez, por el presidente castellanomanchego Barreda, que trató a los murcianos como a chachas que roban al señorito, pero antes de eso muchas más.

Pacheco es de los que colocaba obstinadamente carteles del patrón Fraga cuando por la calle te emplumaban con la cola de pegarlos. Desde que votó a Juan Ramón Calero en la elección interna en que se le enfrentó Valcárcel y fue rescatado por éste, su fidelidad al proyecto en general y a Valcárcel en particular ha venido siendo inequívoca, roquídea, a prueba de "butrones".

Territorialmente (Abanilla y Vega Baja), ha sido una máquina de ganar elecciones. Todavía no me he encontrado a nadie que siquiera hable regular de él: es imposible. Alberto Garre es el azote del actual líder del PSOE, su coterráneo Pedro Saura, de quien lo sabe todo, entiende de sutilezas jurídicas y es de los que se arma de voluntad machacándose en el gimnasio: de político de perfil bajo, nada. ¿Dónde están todos esos políticos que muestran su valentía para arreglar el mundo en un momento en la barra del bar, volviéndose lacios y febles en cuanto salen por la puerta?

Para cualquiera que crea en la democracia parlamentaria, que es la única real que hay, Pacheco y Garre son dos políticos que se han comportado de manera ejemplar y favorecen la imagen del PP como partido no exclusivamente "partitocrático", sino respetuoso con la soberanía popular. Punto y pelota. Todo lo demás son historietas que nos entretienen durante estos días.

Biografía

Los dos diputados nacieron hace cincuenta y tantos años y llevan decenios en primera línea política. Como diputados regionales, como concejales, como miembros de las Cortes o como lo que haya sido en cada momento concreto. Ya no tienen que demostrar nada a nadie. La nación española se ha enterado ahora de su existencia por un suceso que a ambos les hubiese gustado que no se hubiese considerado jamás suceso, sino costumbre.

El apego, no a una estrategia política puntual, sino a una tierra, a unos principios y ante todo a un programa electoral preciso, concreto, publicado e inesquivable. No se puede decir que nunca se hayan salido de la misión que les fue encomendada.

Cuando alguien quiera saber qué ha ocurrido en las áreas de "rádar" donde ambos políticos tienen sus votos (Abanilla el uno, Torre Pacheco el otro) sólo tiene que descolgar el teléfono. Son de los que no suelen estar fuera de cobertura.

www.elfarodemurcia.info

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No le deis mas cancha a este chupapollas de Valcárcel

Anónimo dijo...

Veo que al igual que tu abuelo y tu padre, sigues en el negocio de los cerdos. Suerte y que te vaya bonito.

Anónimo dijo...

Viniendo de donde vienes, familiar, profesional y politicamente, es digno de tí este panegírico.

Anónimo dijo...

ya veo que la izquierda es sumamente respetuosa con quien, sin estridencias y buena pluma, defiende los intereses de la región de murcia.

Bravo Jose Antonio¡¡