MURCIA.- Las cajas de ahorros han vuelto a revisar las previsiones económicas de la Región para este año, y el resultado -como era previsible en pleno proceso de enfriamiento por causas propias y ajenas- es bastante preocupante. Según dicho informe, el deterioro se agudiza en la mayoría de los indicadores, especialmente en la industria, según "La Verdad".
Funcas preveía en mayo un crecimiento del 2,5% y ahora sostiene que el desplome del sector estará en torno al 2,6%, siendo la caída seis décimas superior a la media nacional, debido en gran parte al batacazo de la construcción, al descenso del consumo, a los altos precios interiores y a los malos momentos de la economía internacional.
Las perspectivas de los distintos indicadores son, en su mayoría,poco halagüeños. Así, el índice de la producción industria de julio a (último que se conoce) bajó durante los últimos doce meses en Murcia más del diez por ciento y en lo que va de año el descenso medio es superior al 6%.
Por otra parte, la construcción regional irá durante el resto del año un poco menos mal de lo previsto hasta ahora. El sector seguirá cayendo con fuerza, aunque frena algo el descenso. En los tiempos que corren la moderación de los desastres son triunfos.
Sin embargo, pese a los problemas hídricos, la agricultura, con su cada vez más modesta aportación al PIB regional, seguirá recuperándose del trienio negro ( 2004-2006) y crecerá este año el 1,6%, una décima más que en el 2007, por lo que seguirá contribuyendo positivamente al mantenimiento de los puestos de trabajo en el campo.
Igualmente el sector Servicios mejorará ocho décimas sobre las previsiones de hace cuatro meses -según los datos de las cajas de ahorros-, con lo que el crecimiento total del grupo será del 2,8%, una cifra muy estimable si se tienen en cuenta las horas bajas del comercio.
Aunque la Funcas no detalla qué segmentos de este macrosector, que aporta dos tercios del PIB regional, serán los más dinámicos no es difícil suponer que el mayor impulso recaerá en el transporte, las tecnologías de la información y el turismo, con la incógnita del comportamiento del comercio al por menor (es decir de la afluencia de consumidores a las tiendas) hasta final de año.
En los últimos meses, sin embargo, la desaceleración de las ventas ha ido en aumento y el sector ha empezado a perder puestos de trabajo. Es reconfortante comprobar -al menos sobre el papel de las estimaciones- que el PIB regional no entrará en recesión este año.
El crecimiento del 1,1% (3,9% durante el año anterior) , aunque modesto aún deja un pequeño margen de maniobra para acelerar ideas y proyectos que frenen las tasas de paro previstas en el 9,7%, que aunque inferiores a las registradas por la EPA en el segundo semestre, son muy elevadas, en especial entre ciertos colectivos poco cualificados.
La productividad, asignatura pendiente de empresas y trabajadores, sigue siendo baja en la Región y, lo que es peor, aumenta el diferencial con el resto de España.
El informe de las cajas ha vuelto a echar otro jarro de agua fría sobre las expectativas inflacionarias. En los últimos meses habíamos conseguido situarnos por debajo del resto del país en incremento de precios. No era mucho una sola décima inferior en una inflación del 5%, pero se había roto la tendencia de abanderar las alzas autonómicas de este absurdo impuesto.
Las previsiones de Funcas son que el IPC regional estará rondando el 5% (mantiene las previsiones de mayo), mientras que la media española bajará hasta el 4,6%. Con toda seguridad la carestía de productos y servicios, así como el mayor esfuerzo de los hogares en la adquisición de bienes repercutirá en la tasa de ahorro sobre la renta familiar, que caerá del 18,3% calculada en el anterior informe hasta el 10,5%.
Es destacable igualmente el aumento previsto del nivel de ahorro empresarial ,que ha pasado en unos meses de unas estimaciones del 3,8% al 9,1%. En circunstancias económicas tan desfavorables las Administraciones Públicas,están aumentando los números rojos, de tal manera que si se unen los compromisos contraídos con anterioridad y los gastos derivados de la crisis la necesidad de financiación se disparará por encima del 7% y la deuda regional bruta es posible que pase del 2,5% al 4,1%.
Funcas preveía en mayo un crecimiento del 2,5% y ahora sostiene que el desplome del sector estará en torno al 2,6%, siendo la caída seis décimas superior a la media nacional, debido en gran parte al batacazo de la construcción, al descenso del consumo, a los altos precios interiores y a los malos momentos de la economía internacional.
Las perspectivas de los distintos indicadores son, en su mayoría,poco halagüeños. Así, el índice de la producción industria de julio a (último que se conoce) bajó durante los últimos doce meses en Murcia más del diez por ciento y en lo que va de año el descenso medio es superior al 6%.
Por otra parte, la construcción regional irá durante el resto del año un poco menos mal de lo previsto hasta ahora. El sector seguirá cayendo con fuerza, aunque frena algo el descenso. En los tiempos que corren la moderación de los desastres son triunfos.
Sin embargo, pese a los problemas hídricos, la agricultura, con su cada vez más modesta aportación al PIB regional, seguirá recuperándose del trienio negro ( 2004-2006) y crecerá este año el 1,6%, una décima más que en el 2007, por lo que seguirá contribuyendo positivamente al mantenimiento de los puestos de trabajo en el campo.
Igualmente el sector Servicios mejorará ocho décimas sobre las previsiones de hace cuatro meses -según los datos de las cajas de ahorros-, con lo que el crecimiento total del grupo será del 2,8%, una cifra muy estimable si se tienen en cuenta las horas bajas del comercio.
Aunque la Funcas no detalla qué segmentos de este macrosector, que aporta dos tercios del PIB regional, serán los más dinámicos no es difícil suponer que el mayor impulso recaerá en el transporte, las tecnologías de la información y el turismo, con la incógnita del comportamiento del comercio al por menor (es decir de la afluencia de consumidores a las tiendas) hasta final de año.
En los últimos meses, sin embargo, la desaceleración de las ventas ha ido en aumento y el sector ha empezado a perder puestos de trabajo. Es reconfortante comprobar -al menos sobre el papel de las estimaciones- que el PIB regional no entrará en recesión este año.
El crecimiento del 1,1% (3,9% durante el año anterior) , aunque modesto aún deja un pequeño margen de maniobra para acelerar ideas y proyectos que frenen las tasas de paro previstas en el 9,7%, que aunque inferiores a las registradas por la EPA en el segundo semestre, son muy elevadas, en especial entre ciertos colectivos poco cualificados.
La productividad, asignatura pendiente de empresas y trabajadores, sigue siendo baja en la Región y, lo que es peor, aumenta el diferencial con el resto de España.
El informe de las cajas ha vuelto a echar otro jarro de agua fría sobre las expectativas inflacionarias. En los últimos meses habíamos conseguido situarnos por debajo del resto del país en incremento de precios. No era mucho una sola décima inferior en una inflación del 5%, pero se había roto la tendencia de abanderar las alzas autonómicas de este absurdo impuesto.
Las previsiones de Funcas son que el IPC regional estará rondando el 5% (mantiene las previsiones de mayo), mientras que la media española bajará hasta el 4,6%. Con toda seguridad la carestía de productos y servicios, así como el mayor esfuerzo de los hogares en la adquisición de bienes repercutirá en la tasa de ahorro sobre la renta familiar, que caerá del 18,3% calculada en el anterior informe hasta el 10,5%.
Es destacable igualmente el aumento previsto del nivel de ahorro empresarial ,que ha pasado en unos meses de unas estimaciones del 3,8% al 9,1%. En circunstancias económicas tan desfavorables las Administraciones Públicas,están aumentando los números rojos, de tal manera que si se unen los compromisos contraídos con anterioridad y los gastos derivados de la crisis la necesidad de financiación se disparará por encima del 7% y la deuda regional bruta es posible que pase del 2,5% al 4,1%.
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