Encuentros en la segunda fase / Juan Redondo

Valcárcel y Saura tuvieron un encuentro en San Esteban “muy cordial”, según el líder de de los socialistas murcianos y “realmente cordial”, según el consejero de Presidencia Juan Antonio de Heras. Son dos personas con estudios, preparación y responsabilidades públicas y se reencontraban para buscar soluciones conjuntas a los problemas de la Región y de los intereses de los murcianos no para enfrentarse en un ring de lucha libre americana.

Los cordiales son unos dulces navideños tradicionales del Campo de Cartagena, muy apreciados en Torre Pacheco, con almendra molida y cabello de ángel. Pero en el encuentro cordial el presidente regional y el líder socialista no hablaron de Torre Pacheco, municipio nativo de este último.

El alcalde popular García Madrid está en la cárcel por presuntos delitos de prevaricación y conocidos empresarios imputados sin medidas cautelares en un caso y con retirada de pasaporte en otro. Las denuncias socialistas sobre corrupción y las actuaciones judiciales en este campo han exportado y siguen exportanto una mala imagen de la Comunidad. Este tema curiosamente no mereció ni un minuto en la reunión cordial de San Esteban, según dijo Saura tras el encuentro.

En las conclusiones no se establecieron calendarios ni comisiones técnicas de seguimiento, simplemente se expresó una voluntad conjunta de trabajar en sintonía por los intereses de la Región, en defender el trasvase Tajo-Segura e intentar llevar a cabo un Pacto Regional sobre el Agua.

Una imagen que recuerda la del pasado mes de septiembre, en el primer gran encuentro en San Esteban. Con la misma cordialidad y palabras parecidas. Desde entonces han cambiado las cosas. Los populares confiaban en que Rajoy ganara las generales y se enfrentaban al Gobierno nacional en una política de desgaste. Y Saura era el adalid murciano de Zapatero, que ahora se encuentra algo desgastado, mientras Valcárcel ha sido premiado con la presidencia del Comité Organizador del Congreso Nacional del PP.

Dicen los observadores que este encuentro en la segunda fase beneficia a ambos. A Valcárcel porque intenta buscar un aliado territorial en su nueva política de cohabitación con Madrid y tiene claro que no puede seguir cuatro años más con el enfrentamiento. Y a Saura porque no está como para tirar cohetes.

“Es mejor defender el murcianismo exigente que el victimismo, es decir la colaboración y la sintonía con el Gobierno de España, que la confrontación”, dice Saura. Y Valcárcel está de acuerdo. Y pone sus deberes al líder socialista. Defender el AVE, garantizar el suministro de agua para la Región, modificar la financiación autonómica basada en el censo real de población, etc.

El líder del PP marca otra vez la estrategia política y demuestra porqué lleva de inquilino en San Esteban más de doce años.

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