martes, 4 de diciembre de 2007

El TSJ ya puede citar al diputado Morales para saber por qué se le investiga

MURCIA.- El Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Región de Murcia ya puede citar al ex alcalde de Totana y diputado regional, Juan Morales, para que sepa por qué se le investiga y pueda prestar declaración sobre los hechos que, según la UCO de la Guardia Civil, supuestamente le implican en varios presuntos delitos.

Cualquier diputado autonómico tiene, según el Estatuto de Autonomía, la prerrogativa de que un procedimiento judicial que le afecte, lo lleve en primera instancia el TSJ, y no los tribunales ordinarios, siempre y cuando la Asamblea Regional certifique previamente su pertenencia a la cámara, desde qué fecha y grupo parlamentario al que pertenece.

Tanto el TSJ como el juzgado nº 1 de Totana han recibido ya sendas respuestas a sus, oficio y providencia, de la semana pasada al respecto sobre Juan Morales.

Ahora Morales tiene los mismos derechos y deberes frente a la Justicia que cualquier otro ciudadano español para responder a las demandas de los magistrados de la Sala de Lo Penal del TSJ.

Según el artículo 25 del Estatuto de Autonomía de la Región de Murcia, los diputados "no podrán ser detenidos ni retenidos por los presuntos actos delictivos cometidos en el territorio de la Región, sino en casos de flagrante delito, en tanto decide el Tribunal Superior de Justicia sobre su inculpación, procesamiento y juicio. Fuera de la Región la responsabilidad penal será exigible, en los mismos términos, ante la Sala de Lo Penal del Tribunal Supremo".

El diputado regional ha comentado en varias ocasiones que se siente indefenso, ya que no sabe de qué se le acusa después de que se le haya retirado el pasaporte y registrado su domicilio en la ciudad de Murcia.

En el maletín que le fue interceptado el pasado lunes a su anterior abogado, señor Cegarra, había al parecer 1.500 euros en metálico y varios documentos, que quedaron bajo la custodia de la juez María Asunción Navarro Artero.

Hoy ha trascendido que la titular del Juzgado de Instrucción y Primera Instancia Número 1 de Totana es una lorquina de tan solo 30 años, que ha llegado a la titularidad provisional del órgano judicial totanero sin haber aprobado la oposición.

Es juez sustituta desde el 5 de julio del 2005, una figura reconocida y con mucha tradición en un sistema jurídico plagado de comisiones de servicio, excedencias y bajas.

Navarro optó voluntariamente a ser reclutada para estas sustituciones y hace poco más de seis meses llegó a Totana para llevar las riendas del Número 1. Según su nombramiento, sólo puede ejercer -además de en Totana- en Caravaca y Lorca.

Desde entonces, el órgano se ha ido labrando una fama de dureza en sus decisiones. En los pasillos de los juzgados y en los mentideros de los abogados defensores, que un caso cayera en el Número 1 era sinónimo de firmeza y dureza en las decisiones cautelares impuestas a los imputados en cualquier clase de delito.

Navarro Artero compatibiliza su función como juez sustituta con las clases de Derecho Penal que imparte en la UCAM, de la que es profesora ayudante.

Se licenció en Derecho en la Universidad de Granada, y en su currículo luce también una diplomatura en Criminología y un máster en Prácticas Jurídicas.

Por otra parte, la secretaria del Ayuntamiento de Totana, Laura Bastida, se reincorporó hoy a su puesto de trabajo, después de que quedara en libertad con cargos tras abonar una fianza de 20.000 euros.- (NEM)
(Juan Martínez Moya, presidente del TSJ)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Todos los murcianos contrarios a la corrupción urbanística y que estén a favor de la regeneración de la vida política tienen una cita el próximo día 14 de diciembre en Totana. Más taarde se puede plantear otra en el mismo sentido frente a la Asamblea Regional.

Anónimo dijo...

¿Qué hacemos con los ultras?

Los franquistas -esa especie existente en España como consecuencia del golpe de estado del 18 de julio de 1.936 y de la dictadura- estaban en peligro de extinción y finalmente ha resistido al cambio climático democrático ocurrido en España. Ahora se pavonean con la bandera de España –que consideran suya- se sienten cómodos en la cercanía de Ángel Acebes, consideran un traidor a Alberto Ruiz Gallardón y miran con tanto odio a cualquier socialista que lo fusilan con la mirada.

Acuden a las concentraciones para protestar contra un asesinato de ETA con más ganas de injuriar al Gobierno que de detener a los terroristas. Forman parte de nuestro paisaje, creen que tienen el monopolio de la representación de las víctimas del terrorismo, se sienten cómodos en el seno de la Iglesia Católica española y crecen auspiciados por la sombra que les proporciona el Partido Popular con sus convergencias en postulados que en la Europa del siglo XXI harían enrojecer a cualquier miembro de un partido conservador.

España, que había conseguido en el proceso de la Transición avergonzar a los franquistas, escondidos y arropados por unos braseros casposos, tiene que soportar ahora una eclosión de la más dolorosa reminiscencia del franquismo.

Seríamos unos ingenuos si despacháramos el tema con una condena de ellos y de quienes les arropan: la COPE, la Conferencia Episcopal, El Mundo y este PP casposo y trasnochado. Afrontar con inteligencia este problema requiere también un examen autocrítico para proceder a alterar la agenda política de la reacción y dejarles otra vez con un espacio marginal y reducido.

Quienes piensen que la existencia de ultraderechistas en el entorno del PP moviliza al electorado de izquierda, y en consecuencia, la existencia de Rajoy es una fortaleza de Zapatero, se equivocan. España no puede ser otra vez experimento de confrontaciones profundas porque eso siempre ha conducido a la tragedia.

Hace falta recomponer consensos profundos que se han roto y no importa tanto saber quién cogió la tijera –que se sabe- como buscar el remiendo que acabe con el costurón.

Es una tarea para la próxima legislatura que necesita líderes con inteligencia, grandeza y generosidad personal y talante democrático. No son unas cualidades tan excepcionales, pero a veces nos cuesta encontrar quien las tenga.