miércoles, 5 de diciembre de 2007

Analfabetos funcionales / Luis del Val


Se puede ser feliz sin leer. En mi casa, por ejemplo, uno de los seres más felices que la habitan es analfabeto profundo, y, aunque entiende y descifra casi una veintena de palabras, no ha aprendido a leer: se trata del perro.

Pero más allá del perro, si hablamos de un ser más evolucionado, el ser humano, por ejemplo, también puede ser feliz sin saber leer, ni escribir, y manejar videojuegos. Y ver la televisión. Cualquier analfabeto está capacitado para disfrutar de la televisión, y del cine, del teatro, y del circo, y de la radio.

Pero analfabetos severos hay pocos en España. Según el informe Pisa lo que puede aumentar en el futuro es el analfabeto funcional, es decir, el ser humano evolucionado que sabe leer y escribir y que interpreta perfectamente el letrero de ‘No hay localidades para la sesión de noche’ o sabe con certeza los que significa ‘entrada’, ‘salida’ o ‘liquidación por restos de serie’, pero que cuando recibe una notificación administrativa, procedente de un organismo, le cuesta desentrañar el significado de la comunicación.

Uno de cada tres escolares, tras abandonar las aulas, no leen jamás un libro. Esa falta de gimnasia neuronal atrofia la comprensión, de la misma manera que si no camináramos nunca, tras abandonar el periodo educativo, llegaríamos a movernos con dificultad.

Pero lo más grave es que, según el informe, está bajando el nivel de comprensión de lectura de nuestros escolares. Descodifican los signos de las palabras, los pueden convertir en sonidos, pero no captan el sentido del escrito. ‘Se me juntan las letras’, le dijo a mi mujer bizarramente un ciudadano al que le pretendía regalar un libro.

Pero eso no significa que se termine la posibilidad de ser feliz: se puede cantar, bailar, escuchar la radio, viajar y asistir a un festival de rock. Lo que le va a resultar más difícil, por ejemplo, es leer y enterarse de lo que dice un ejemplar de periódico.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A mí me preocupa más lo que no dicen los periódicos, por ejemplo "La Verdad", "La Opinión" o el "Faro".

Anónimo dijo...

El articulista me recuerda a algunos de mis profesores - hace alrededor de 35 años - que se ponían a analizar el problema sin tener en cuenta la causa y no resolvían nada.

A aquellos profesores les gustaban los alumnos con notas altas, pero los de los ceros, unos, doses, treses y cuatros, eran rechazados. Conozco a algunos alumnos de entonces de notas altas que copiaban en los exámenes, una y otra vez, y cuando recibían las notas eran felicitados. Hoy algunos de ellos son licenciados que no ejercen como tales. Otros continúan siendo unos chupatintas pegados al poder que les subvenciona su ego.

Y yo me pregunto ¿porqué no entra en su artículo al fondo de la cuestión? ¿quien falla en eso de que nuestros alumnos no tengan capacidad para entender lo que leen?, ¿porqué los alumnos españoles tienen un suspenso con relación a la media de los paises de la OCDE y un aprobado por los pelos con relación a los 57 paises analizados en el estudio de PISA?, ¿porqué no son buenos en ciencias y en matemáticas?, ¿ porqué abandona los estudios?etc...y también me pregunto ¿no será que lo que realmente falla es el sistema educativo, es decir, los que marcan las líneas maestras, las administraciones, los centros de enseñanza, los profesores, y los padres por consecuencia?.

A los alumnos de hoy día les falta motivación. Esa motivación que tenemos que crearles los mayores: profesores y padres. Los profesores porque se han cebado en poner deberes sin medida, trabajo en las aulas y trabajo para casa. Desde el colegio los zagales no tienen tiempo para jugar, si quieren sacar el curso adelante, pero son críos y tienen que hacer cosas propias de críos: jugar, reir, fantasear, ... Recordemos que no son adultos y que ellos no han decidido por si mismos ir a la escuela. Esto es algo impuesto por el sistema y por padres y madres.

El llamado "fracaso escolar" lo sufren los zagales en primera persona cuando, desde mi punto de vista, los que fracasan no son ellos. Somos nosotros los profesores y los padres. Por que somos los primeros responsables de haberlos metido en una empresa que ellos no han pedido. Pero ese fracaso les perseguirá toda la vida haciéndoles pagar las consecuencias. Los primeros que los repudian, por fracasados, son los mismos centros de enseñanza, escuelas e institutos, los mismos profesores que se han limitado a actuar como autómatas y que no han sabido dar la educación debida. Y los propios padres que no habremos sido capaces de luchar por una buena enseñanza para nuestros hijos y que tendremos sobre nuestras conciencias durante largos años el obtjetivo no cumplido.