Los alumnos de Capuchinos tuvieron ayer un recuerdo especial hacia el Padre Benjamín

MURCIA.- Cientos de antiguos alumnos murcianos de Bachillerato aprendieron sus primeras nociones de Ciencia con las ilustrativas y avanzadas lecciones del padre Benjamín Piquer Garcés, de Rafelbuñol, en el colegio San Buenaventura, de los PP. Capuchinos, desde comienzos de los años 60, y que falleció de una crisis cardíaca hace algo más de dos meses en el hospital "Morales Meseguer".

Anoche muchos de ellos tuvieron ocasión de recordarlo en un homenaje póstumo que se celebró en la parroquia de Nuestra Señora de los Buenos Libros, aneja al centro escolar, coincidiendo con el acto oficial de apertura de curso, y al que asistieron decenas de antiguos alumnos del colegio Capuchinos, junto a sus familiares, hoy destacadas figuras de la sociedad civil de Murcia.

Ese recuerdo consistió en una misa solemne y en la inauguración de una exposición titulada "50 años de ciencias en el Colegio San Buenaventura", que recoge aparatos del laboratorio, aves y mamíferos disecados, fósiles y minerales, recopilados por el ilustre capuchino a lo largo de una dilatada vida entregada al estudio y la enseñanza en Murcia.

Al acto no faltaron sacerdotes capuchinos de otras comunidades vecinas de la provincia valenciana de la Orden, desde Totana hasta Alicante, como el padre Clemente de Alcudia, el padre Claudio Llopis o el padre Generoso de Javalí, todos ellos coetáneos de Benjamín como profesores del colegio San Buenaventura a mediados del siglo pasado.

El padre Benjamín no fue uno de los fundadores del centro en 1947, hace ahora 60 años, pero sí ejerció como rector durante varios en los 70 y 80 tras cursar la carrera de Biología en la Universidad de Barcelona. Hasta su fallecimiento el pasado 31 de julio, a los 82 años, todavía era frecuente verlo por los pasillos del colegio, ahora en manos de una entidad privada que ha respetado su ideario fundacional.

Al día siguiente fue enterrado, junto a su hermano Hugolino (rector con anterioridad en Murcia pero algo más joven), en el pequeño cementerio privado que los Capuchinos tienen en el jardín del convento de la Magdalena, en Massamagrell, muy cerca de Rafelbuñol, su pueblo natal. Hugolino había fallecido en Valencia en 2002. También tenía una formación científica en el área de las ciencias exactas, al tiempo que exhibía una sobriedad exactamente igual a la de Benjamín.

Allí se congregaron, de nuevo, pues, primos y sobrinos, a los que solía visitar con frecuencia y confesar, y un representante comisionado por los alumnos de la promoción 1959-70, llegado expresamente desde Murcia para la ocasión, junto a los padres capuchinos de la Magdalena y aquellos otros que habían acompañado el féretro desde Murcia, su gran pasión confesada junto con Barcelona.

Encima se colocó un antiguo banderín triangular del colegio, con su lema "Ciencia y virtud", y el rector del convento y también antiguo profesor del San Buenaventura, el padre Bernardo, dirigió una oración de despedida antes de que, al filo del anochecer, fuera sepultado, maltratado por la enfermedad, el cuerpo sin vida de Vicente (su nombre de civil) entre los truenos y relámpagos de una pequeña tormenta de verano que súbitamente apareció para recordar que era un hombre de fe pero también de ciencia .

(Convento de Massamagrell, Valencia, donde está enterrado el capuchino y biólogo, y escudo del colegio San Buenaventura, de Murcia)