domingo, 10 de junio de 2007

Celdrán asume hacer el trabajo sucio para no ser desplazado de la presidencia de la Asamblea


MURCIA.- El presidente de la Asamblea Regional en funciones, Francisco Celdrán, centró su discurso, nada institucional esta vez, del 25 aniversario del Estatuto de Autonomía en intentar lavar la imagen pública de la Región de Murcia, asumiendo unilateralmente la tarea de hacer el trabajo sucio de defender lo indefendible: el papel indigno de quienes presumiblemente la han mancillado, con su corrupción e impunidad, desde las filas de su propio partido, y de quienes fácticamente lo soportan desde el ya muy corrompido, con las lógicas excepciones, mundo económico regional.

En una clara estrategia de hacer méritos ante la propia pirámide de intereses aludida para no ser desplazado en los próximos días de la presidencia de la Asamblea Regional, que podría ser ocupada ahora por otro candidato de mucha más confianza de San Esteban, como el actual consejero Fernando de la Cierva, ante las dudas que suscita su condición de cartagenero en momentos un tanto secesionistas, Celdrán conculcó, con cinismo e hipocresía, todas las reglas no escritas, en un claro comportamiento político a la desesperada tras saber que Valcárcel desconfía de su papel político en el resurgimiento sostenido del cartagenerismo.

Celdrán pivotó su discurso del acto institucional del Día de la Región de Murcia, celebrado esta vez en el Teatro Romea en vez de en la propia Asamblea Regional, ante la total indiferencia de los ciudadanos murcianos, en destacar cómo el insulto y la crispación han presidido la vida política durante la reciente campaña electoral.

Celdrán mostró su rechazo a lo que tachó de "campañas difamatorias, falsas e injustas" porque, según defendió, "han demostrado ser una mala táctica electoral", sin llegar a desmentir con pruebas de lo contrario los hechos a que se refieren, según él, esas campañas. "La crispación, los insultos y las descalificaciones pueden ocasionar un daño personal, a veces irreparable".

El todavía presidente de la Asamblea Regional expresó su deseo de "reconducir el debate político a sus justos términos" ya que "ha transcurrido en muchas ocasiones por derroteros ajenos a las preocupaciones cotidianas de los ciudadanos (?) y lo ha hecho además trufado innecesariamente de crispación, de insultos y de descalificaciones".

Si el año pasado Celdrán criticó las campañas en las que se hablaba de Murcia "como una segunda Marbella y nos presentaban como resabiados ladrones de agua", en esta ocasión se ratificó en lo dicho e insistió en que este tipo de consideraciones hacen un flaco e injusto favor a la imagen de Murcia.

Para Celdrán, en las pasadas elecciones ha quedado demostrado que estas estrategias son «una mala táctica electoral por el voto que los ciudadanos han dado a sus líderes» y provocaron «un enorme daño a instituciones y personas». Esto ocasionó la indignación de los dirigentes socialistas presentes en el acto al recordarles la «lección dada por nuestros electores el pasado 27 de mayo» al demostrar su rechazo en las urnas a «las campañas que nos presentaban como una segunda Marbella y como esos resabiados ladrones de agua».

El presidente de la Asamblea repitió en varias ocasiones la palabra "confianza" -lema del PP en las pasadas elecciones- y expresó su deseo de que lo acontecido en el debate político "nos lleve a todos a reconducir ese debate a sus justos términos porque existe la dificultad de llegar a acuerdos entre partidos en un ambiente crispado y tenso"; acuerdos "siempre deseables, y en ocasiones, necesarios". Se refirió específicamente en el conflicto del agua o en la defensa del buen nombre de la Región "cuando se nos agrede desde fuera".

Con total desfachatez, este político conocido en su día con el sobrenombre de "gondolero del Mar Menor", llego a decir: “Los políticos estamos para solucionar problemas, no para generarlos promoviendo intensos debates sobre asuntos de escaso interés para la gran mayoría”. Y expresó, finalmente, su deseo de reconducir el debate político y dejar a un lado dicho ambiente.

La dirigente del PSRM-PSOE Begoña García Retegui, portavoz adjunta en la Asamblea Regional, criticó inmediatamente este discurso, ya que lo consideró "impropio del cargo institucional que ocupa" Celdrán. También la portavoz socialista, Teresa Rosique, lo tachó de político y no institucional.

A juicio de Retegui, Celdrán "ocupa un cargo que representa a la Asamblea Regional de todos los ciudadanos, no a un partido político. No es el día, ni es el lugar para hablar como si estuviera en un mitin electoral, y con su actitud ha faltado el respeto a los murcianos, a los que representa por su cargo institucional".

García Retegui sospecha que Celdrán "ha hecho el discurso que seguramente le ha impuesto el PP para continuar como presidente de la Asamblea, pero es lamentable porque su figura es una figura de respeto".

Para García Retegui, "Celdrán confunde la Asamblea con el PP, pero además en su discurso ha demostrado que también confunde la política con la justicia", por las alusiones contenidas en el discurso.

"Los ciudadanos han respaldado al PP el pasado 27 de mayo, pero eso no significa un respaldo a determinadas actuaciones. La justicia sigue su curso", sentenció la diputada socialista.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y EL EBRO BAJA TRANQUILO

Por Juan Redondo

Parece que hay vocación de futuro, que todos desean pasar página, aunque sea parcialmente, y tirar del carro. Acatar los resultados y trabajar conjuntamente por la Comunidad de Murcia ha sido la declaración de intenciones tanto de Ramón Luis Valcárcel como de Pedro Saura. El presidente en funciones que afrontará su cuarto mandato con su mayor respaldo parlamentario y el líder del partido mayoritario de la oposición parece que empiezan a intentar encontrar lugares de encuentro. Antes se rehuían y ahora se buscan aunque sea sólo para salir en la foto. “Vamos a dejarnos de tonterías domésticas y buscar el consenso en los grandes temas para dar estabilidad a la Región”, parece la consigna común. Los dos han reflexionado y movido ficha e incluso parece que han intercambiado discursos sobre el agua y el ladrillo.

Las palabras de Valcárcel de ayer en el Teatro Romea fueron las más institucional de sus años al frente del Gobierno Regional. Confianza, unidad, esperanza y proyecto de futuro. Como dirían los historiadores el pasado está escrito y todos hemos cometido errorers de los que hay que aprender. Por primera vez en mucho tiempo ha dejado el Ebro tranquilo. El agua es una necesidad para el desarrollo futuro de la Región pero no ha machacado con la cantinela de los miles de hectómetros cúbicos que vierte el río al Mediterráneo por Tortosa. Sobre el ladrillo, ha inistido en su apuesta por un desarrollo sostenible con respecto al Medio Ambienter. Desarrollos sostenible, políticas sociales, formación ny calidad en el empleo son las consignas, parece que el programa electoral lo ha hecho un económista dirigente del PSOE. Y con Madrid, colaboración y firmeza, ni los últimos mohicanos ni los primeros pelotas según el color que pinten en La Moncloa.

Saura también lo tiene claro: unidad y consenso en los grandes temas. La Reforma del Estatuto, garantizar el agua con el Tajo y las desalanizadoras, reformar de la Ley Regional del Suelo para evitar el abuso del ladrillo y encontrar el desarrollo sostenible y la mejora la calidad del empleo son objetivos prioritarios. Parece que los dos tienen ganas de trabajar juntos para que esta joven Región de 25 años tenga un proyecto de futuro lo menos incierto posible.

Y las quinielas, para el lunes.

Francisco Celdrán se coló en la fiesta

El presidente en funciones de la Asamblea Regional Francisco Celdrán se coló en una fiesta como dice la canción. Cuando se hablaba de futuro, de unidad y de cerrar viejas heridas, el buen hombre sacó a colación el supuesto “fraude del lino” en Castilla-La Mancha y la difunta Loyola de Palacio, así como rememorar un pasado de supuestas calumnias y difamaciones en la crispación política regional. Quizás al buen hombre al salir la sede física de la Asamblea Regional y cruzar el Puerto de la Cadena le afecte el “jet-lag”. El sindrome ya empezó a sufrirlo en pasado año en Lorca. El se empeña en hacer un discurso político, algo que compete más al Ejecutivo, y más cuando está en funciones y preside la Cámara que representan a todos los ciudadanos. Su intervención de ayer, bien estructurada y meditada, para los observadores estuvo como mínimo fuera de lugar y sitio. Además hablando de viejas e injustas heridas, no tenía que haberse ido a Castilla-La Mancha ni a Loyola de Palacio. Sin ir más lejos el ex presidente Carlos Collado, declarado inocente, fue “condenado” antes de ser juzgado y el PP presentó una moción de censura contra él, con Celdrán diputado. También podía haber hablado de la Comisión de Investigación que pidió el entonces presidente del PP, Valcárcel, sobre el funcionamiento del Centro de Homodonáción. Lo dicho, el “jet-lag” suele afectar.
De "El Faro"

Anónimo dijo...

LA DEMOCRACIA ESTÁ ENFERMA

Que las empresas tengan especial influencia en la política significa que la democracia está enferma. El propósito de la democracia es asegurarse de que los ricos no tienen una influencia proporcional a su riqueza. Y si tienen más influencia que tu o que yo, eso significa que la democracia está fallando. Las leyes que obtienen de esta forma no tienen autoridad moral, sino la capacidad de hacer daño.

Richard Stallman