Por fin algo de luz en el largo túnel de la investidura de Rajoy para
la formación de un nuevo Gobierno gracias a que Albert Rivera acaba de
dar un paso al frente y se declara dispuesto a que Ciudadanos apoye la
investidura de Rajoy si el PP acepta seis condiciones encaminadas a
reforzar la lucha contra la corrupción y favorecer la regeneración de la
vida democrática. Seis condiciones razonables que hoy deberá aceptar
Rajoy, anunciando de paso una fecha para la investidura una vez que
concluya la negociación con Ciudadanos.
Asimismo Rivera, que ha actuado con responsabilidad y generosidad (y
presionado por el riesgo de unas terceras elecciones), ha dejado en un
pésimo lugar a Pedro Sánchez y al PSOE que de momento quedan fuera de
juego porque con su decisión el presidente de C’s ha asumido la
responsabilidad que correspondería al líder de la oposición.
Lo que sin duda va a obligar al PSOE a revisar su posición porque si
Sánchez se mantiene en el ‘no’ y le niega a un Rajoy con 170 escaños
(del PP, C’s y CC) la posibilidad de gobernar la responsabilidad del
PSOE en la crisis institucional será plena y con serias consecuencias
para la unidad del Partido Socialista, porque ya son varios los barones
que le han pedido a Sánchez la abstención para el caso en que Rivera
decidiera votar a favor de Rajoy, lo que está a punto de confirmarse.
Las condiciones que Rivera pone a Rajoy no solo son sensatas sino que
también son buenas para España y la regeneración de la vida pública.
Propone Rivera y con razón los siguiente: que los imputados dejen los
cargos públicos; que se acaben los aforamientos; nueva ley electoral que
respete la proporcionalidad, las listas abiertas y elimine el riesgo de
‘voto robado’ a quienes viven fuera de España; el final de los indultos
a los condenados por corrupción; limitación de mandato presidenciales a
2 u 8 años (¿se entiende que a Rajoy solo le queda un mandato?); y la
creación de una comisión de investigación de la corrupción de Gürtel del
PP (que podría ser extensiva al resto de los partidos afectado, cabe
imaginar).
Condiciones similares a las enunciadas por Rivera han sido aceptadas
por el PSOE en Andalucía y el PP en Madrid, de ahí que lo más lógico
sería que este mismo miércoles Rajoy debe aceptar el ofrecimiento y
abrir las negociaciones oportunas para poner en marcha cuando antes la
sesión de investidura. Además el líder del PP sabe que esta es y será su
última oportunidad para permanecer en el liderazgo de la política
nacional. Como también sabe que le espera una auténtica Odisea para
navegar en minoría a lo largo de la legislatura y frente a una exigente y
muy dura oposición. Aunque es cierto que a él siempre le quedará, en
caso de bloqueo, la opción de disolver las Cortes y convocar las nuevas
elecciones algo que muchos partidos no querrán.
A Rivera le ha faltado integrarse en el Gobierno, como tampoco quiso
que C’s entrara en los gobiernos de Andalucía y Madrid, pero eso nos
parece razonable de la misma manera que su gesto y su propuestas son
encomiables y abren un terreno de esperanza en pos de la estabilidad
política y la reanudación de la acción de Gobierno.
Al político catalán le gusta mucho pedir pactos de Estado y gestos de
Estado y suele hablar de ‘la hora de los estadistas’. Pues bien en esta
ocasión su actitud ha sido propia de un estadista y ojalá que llegue a
buen puerto. Porque Pedro Sánchez esta vez no se puede plantar sin
causar grave perjuicio a España y sin proponer su alternativa de un
‘gobierno de izquierdas’ como lo insinuó cuando afirmaba que en este
país solo puede haber gobiernos de izquierdas o de derechas. Lo que es
otro disparate como el tiempo demostrará.
(*) Periodista
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