domingo, 17 de julio de 2016

La venganza del sultán Erdogán / Pablo Sebastián *

Ha dicho Erdogan que el golpe de Estado es ‘un regalo de Dios para limpiar el ejército’. Semejante infamia con la que valora la grave crisis en la que durante horas ha estado inmersa Turquía revela la catadura política y moral de un dirigente que lleva años recortando la democracia y las libertades en su país camino de la islamización y para asegurarse el poder como si fuera un sultán de los tiempos pasados.

El golpe contra la ‘democracia vigilada’ de Turquía no era aceptable, rompió la legalidad y se ha cobrado cerca de 300 muertes y mas de mil heridos, amén de haber fracturado el país mas de lo que ya lo estaba. Y creado en el Oriente Próximo otro motivo mas de incertidumbre y una desestabilización, que por otra parte abre problemas en el seno de la OTAN y mas inquietud en la UE donde el terrorismo reaparecido en Francia y el Brexit británico tienen en vilo a Europa cuando aún no hemos salido de la larga recesión económica y social.

Y buena prueba de que Erdogan –que si ha colaborado con la UE en la crisis de la inmigración siria- no cuenta con entusiasmo alguno entre sus aliados atlánticos y europeos se vio en la noche del golpe cuando un ruidoso silencio se extendió en la OTAN y la UE a la espera de ver si triunfaban o no los golpistas. Y sólo cuando el presidente Obama (a las tres de la madrugada europea y cuando la CIA dio fracasado el golpe) declaró su apoyo a Erdogan fue el momento en el que los portavoces atlánticos y europeos se fueron sumando a favor del presidente turco.

Hechos estos muy importantes que Erdogan debería tener en cuenta a la hora de tomar sus anunciadas implacables represalias en contra de los golpistas y de sus adversarios políticos (se han detenido a 3.000 militares y destituido o arrestado a jueces y dirigentes políticos), a los que piensa fulminar aumentando su trayectoria represiva que sin duda está en el origen del fallido golpe, por anti anticonstitucional que sea.

La reconciliación nacional y la recuperación de las libertades plenas (los medios de comunicación han sido censurados por Erdogan) deben ser los objetivos de la acción del gobierno turco tras la intentona de los golpistas y no, al contrario, el aumento de la represión política, militar y judicial recortando mas el campo de la democracia que Erdogan había estrechado en su propio beneficio para eternizarse en el poder como un antiguo sultán.


(*) Periodista


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