lunes, 18 de abril de 2016

El cometa Soria y el silencio de Aznar / Marcello *

El cometa Soria -el político español que más ha mentido en menos tiempo- ha pasado como una exhalación por el firmamento azul PP ante los ojos atónitos de gobernantes, dirigentes y militantes de este Partido sin que nadie mueva un músculo, carraspee o alce la voz. No vaya a ser que lo escuche don Mariano y el que se vaya de la lengua tenga un problema o incluso un accidente.

La corrupción en el PP mana por toda España y la bandera de España sigue sin ondear a media asta en el Palacio de la Moncloa en cuyo balcón principal a buen seguro que sale Rajoy de madrugada y sepa Dios para hacer el qué, porque nos tememos lo peor. Lo que sería una manera de cachondearse de de los españoles, y nos quejábamos de las amigas de Ada Colau.

Aquí pillan a un ministro como José Manuel Soria con las manos en la masa de una offshore y el tío sin el menor pudor lo niega todo. Y salen como borreguitos con campanillas en el cogote Soraya, Margallo, De Guindos, Alonso, Pastor, Hernando y compañía a dar unas volteretas por los medios de comunicación porque el patrón tocó la a rebato y les encargó a todos ellos hacer unas cabriolas para apoyar al pobre Soria, que al parecer es inmensamente rico.

El que ha dejado a todos sus compañeros de gobierno y del PP con el culo al aire y, de pronto, desaparecidos porque finalmente han sido cómplices del canario. El que sigue cantando mentiras y todavía se atreve a desafiar a Montoro par que registre sus negocios, a pesar que el titular de Hacienda fue el único que leyó la cartilla a Soria cuando afirmó que: ‘quien tiene negocios en paraísos fiscales no puede estar en el Gobierno’.

Pues por lo que se ha visto Soria, el amigo de Rajoy, si que podía. Eso sí, todo muy ‘legal’ y después de negarlo cien veces con una desvergüenza descomunal. Pero y Rajoy ¿qué dice el presidente? Pues no dice nada, aunque la Moncloa ha distribuido dos versiones: que fue Rajoy quien le obligó a dimitir a Soria y filtró el documento de Jersey; y otra que Rajoy no hizo nada y en privado consoló a su ministro dimisionario.

Y ¿piensa Rajoy asumir él alguna responsabilidad política por todo esto? Pero ¡hombre de Dios! ¿En qué país cree que vive usted? Esto es España. ¿Rajoy dimitir? pues de ninguna de las maneras, ni en el Gobierno, ni en el PP donde el silencio de los corderos es atronador al anochecer mientras Mariano monta la guardia desde el balcón de la Moncloa.

Está claro que Teruel existe, y que Rajoy también, pero el PP no existe. Este partido político es otra cosa, un club privado, un cortijo, un ovni, una cosa rara y especial que nada tiene que ver con sus otros partidos homólogos en la UE. Porque en el PP el debate interno, la protesta y la discrepancia están prohibidos. Incluso los Congresos están a punto de desaparecer, porque ya llevan más de un año de retraso y nadie dice ni pio.

Y a Aznar que sí se atrevió a pedir un congreso del PP abierto, pues ya saben lo que le pasó que, de pronto, y cuando estaba a punto de repetir ‘urbi et orbi’ la necesidad de la urgente celebración del Congreso para antes de los comicios del 26-J, un alma caritativa de la Moncloa filtró la multa de Hacienda del ex presidente el Gobierno por no haber hecho su declaración de Hacienda sobre sus ingresos como debía, y el señor del bigote y de las malas pulgas enmudeció. ¿Cómo va a dar lecciones el hombre, hombre de los principios y los valores, cuando lo acaban de pillar regateando a la Hacienda pública, ni más ni menos que él que es inspector fiscal?

Pues nada Soria pasó sobre el firmamento azul PP como un cometa, en un santiamén. Y si además hay un poco de suerte y en los ‘papeles de Panamá’ aparece ahora un dirigente del PSOE pues miel sobre hojuelas y mucho mejor para el PP. Y entonces Mariano, ni más ni menos que el Presidente del Gobierno de España -aunque en funciones- que ahora va escondido y por la sombra para que ningún periodista se le acerque, volverá a los medios y a la televisión y le dirá a Sánchez aquello de que ‘nadie está en condiciones de tirar la primera piedra’. Ni siquiera él.


(*) Pseudónimo de un veterano y prestigioso periodista cordobés


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