miércoles, 9 de julio de 2008

Morales versus Zaplana / Juan José Cánovas*

La imagen de un Morales, tumbado a la bartola (femenino del testaferro, Bartolo, que da la vida por Martínez Andreo) en un chiringuito de las playas del Mar Menor, aguantando la canícula veraniega y curando su depresión, mientras sueña con las playas de Copacabana, allá en su querido Brasil. Es un fiel paradigma de la cultura política apoyada y potenciada por el PP en los últimos años.

Quizás sueña Morales con emular a Eduardo Zaplana, al que la Justicia anuló unas conversaciones, intervenidas por la policía en las que manifestaba su voluntad de forrarse con la política. Pensándolo bien, si a Juan Morales le salé la jugada, igual puede llegar sustituir a Valcárcel y después lo vemos de ministro, para terminar jubilándose en un puestecito tipo Telefónica o HEFAME, como su padrino Marqués, al que estuvo llevando la chaqueta en el periodo 99-2003.

Su liante picapleitos, pretende anular el proceso, porque al diputado no le avisaron de que le iban a “pinchar” el teléfono. Vaya por Dios. No se cuestiona el delito. Ni mucho menos. Lo que se cuestiona es cómo han podido saber los Guardias Civiles, los tejemanejes que se llevaba el Diputado, protegido de Ramón Luís, con sus socios y testaferros, para llevárselo caliente y aposentarse en Brasil, previo aforramiento total, a costa de los vecinos de Totana.

No cuenta, Juan, con la “técnica” estrategia del abogado de “su Pepico”, que está dispuesto, como buen catalán, a venderlo ante el fiscal y el Magistrado, a cambio de reducir las acusaciones y presentarse como un mártir, sin cohecho ante sus incondicionales del “pesebre”. Si no espabila, hoy puede tenerlo tiznado el diputado depresivo, que dormita en la hamaca, en brazos de Morfeo, mientras sueña con los amos de las llaves del calabozo o con el “listo” del Olimpia.

Conozco a Morales y es posible que no esté dispuesto a pagar él solico, los platos rotos en la operación “Tótem”. Cuando, en unas horas, los periodistas lo esperen, a las puertas del Palacio de Justicia, como si un campeón de Copa de Europa se tratase, pensará en la suerte de Eduardo Zaplana y en lo mal que lo ha tratado su “hijo” político, el que, según él, no sabe hacer la ‘o’ con un canuto y lo ha acuchillado como Brutus hizo con Julio Cesar, en los idus de marzo. Hoy puede ser un gran día, si le anulan las escuchas del móvil a este servidor de lo público, al que tan injustamente estamos tratando. Esperemos acontecimientos, que falta poco.

*Coordinador de IU en el Bajo Guadalentín

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