domingo, 11 de mayo de 2008

Murcia, la Fuensanta y los franceses / Antonio Pérez Crespo*


Los efectos de la invasión francesa, se sintieron más o menos intensamente en las distintas partes de España. En la Comunidad murciana fue más el miedo que infundieron las tropas francesas entre el vecindario que las acciones de guerra que se produjeron. Al grito de Guerra por la Independencia los españoles se organizaron en Juntas provinciales: en la constituida en Murcia se integraron las autoridades constituidas y diversas personas, entre ellos José Moñino, conde de Floridablanca. La Junta, que se reunía en el Ayuntamiento, acordó traer a la Virgen de la Fuensanta a la Catedral y nombrarla generala de Murcia y su reino.

El 31 de mayo de 1808, después de la misa de coro, la Junta puso en manos de la Virgen el fajín y el bastón del general Heceta, que el brigadier Pedro de Llamas y Molina ofreció por enfermedad del general. La tropa formada cubría las calles desde el Ayuntamiento a la Catedral. Al frente de la comitiva iba el Pendón Real y el del reino de Murcia; el brigadier, enmedio de la formación, llevaba en una bandeja de plata el fajín y el bastón. El Cabildo salió a recibir a la Junta, se rezó una breve oración, y el brigadier entregó al presbítero Bartolomé Tobar, sacristán mayor, el fajín y el bastón. La tropa hizo tres descargas, sonaron los órganos y hubo repique general de campanas en toda Murcia. Y una noticia, un tanto extraña: "Dos generales franceses que vinieron a la ciudad tuvieron en rehenes a dos del municipio y a dos canónigos. Sacaron una contribución y volvieron a Granada".

Después, se le puso al Niño otro fajín encarnado. Antonio Lucas, Marqués del Campillo, regaló a la Virgen un bastón de caña de las Indias de gran valor, con puño de oro y diamantes, que le constó 10.200 reales. Cuando felicitó por su regreso al Rey en mayo de 1814, le dijo: "Señor, los murcianos no hemos tenido general, sino generala". Y preguntó: ¿A la Virgen. Respondió: "Sí, señor", y añadió Su Majestad: "Sí, sí, esto ha sido un milagro".

En un pliego de cordel se reprodujo la imagen de la Virgen de la Fuensanta, con esta nota: "Devoción a María Santísima de la Fuen Santa, Protectora y Generala del Exército de Murcia".

Vamos todos á su hermoso Templo,
que el Te Deum laudamos
/ oigamos cantar,
á la Virgen de la Fuen Santa
que es la Defensora
/ de la Christiandad:
y luego llegad,
al pedirle que saque á Fernando,
que es la Generala
y en su mano está.

Ya, Godoy, se acabó tu maraña,
que tanto en la España fuiste
/ con traición,
que la Virgen como Generala,
formó prontamente todo
/ su Esquadrón:
Vamos, español,
á pedir que traiga á Fernando,
que está en el Dominio
de Napoleón.

Esta rogativa se completa con un Romance Histórico, cuyo original se conserva en el Archivo Municipal de Murcia: Un Romance Histórico. Rogativa a María Santísima de la Fuensanta. Protectora y Generala del Exército de Murcia, implorando interponga su divino auxilio con su Santísimo Hijo, y nos conceda victoria contra nuestros enemigos.

Debemos este romance anónimo, lleno de ingenuidad, y de curioso sabor histórico a la amabilidad de don José Alegría, ferviente murcianista que también nos ha facilitado los originales para componer las páginas iconográficas de la Virgen.

En unas coplas a María Santísima de la Fuen Santa para que sean cantadas y termine la epidemia en Cartagena, Alicante y Málaga y para que María Santísima por medio de su intercesión, favor y auxilio nos alcance la victoria que deseamos todos los Españoles.

Bolved Virgen Soberana
esos tus ojos serenos,
y librar de tantas penas
a los tres Infantes tiernos.
Socorred a nuestro Regente
en el trance que está puesto,
y haced como Generala,
que acabe con los perversos.
Despierten todas las almas
de aquese profundo sueño,
y alabemos á María,
que ella nos dará el consuelo.
Soberanísima Aurora,
darle vos vuestro remedio
á nuestro Rey Don Fernando
que está en Francia Prisionero.
Muera la nación Francesa
que su Santa Ley perdieron,
y vivan los españoles
pues que la estan defendiendo...

Ramón Blanco, comentando el asunto del generalato de la Virgen de la Fuensanta, relata que se le rindieron honores de Capitana Generala con mando en plaza. El ayuntamiento de Murcia en 1809 hizo votos de asistir a la función religiosa que todos los años se celebra en la Catedral el día del Dulce Nombre. Y termina preguntándose: "¿Por qué a Nuestra Patrona no se le rinden los honores tradicionales a partir de que el alcalde Delmás prescindiera de ellos? Afirma que si la costumbre hace ley, aunque no exista la autorización reglamentaria, debe respetarse lo tradicional. Para aquellas personas que son entusiastas de la Patrona, molesta que en las fiestas de la Coronación no se le hayan tributado los honores de Capitana Generala con mando en plaza".

Díez y Lozano en su Breve Oración, reproduce el juramento del primer Escuadrón de Caballería del Regimiento de Nuestra Señora de la Fuensanta formado en la plaza del Arenal de Murcia y su juramento del 6 de julio de 1808: "Soldados, Caballeros del Regimiento de nuestra Señora de la Fuen Santa, dignos Xefes de tan distinguido cuerpo, oídme: esta Ciudad y todo su Reyno se ha puesto desde el primer día baxo la protección de la Santísima Virgen con el título de la Fuen Santa. Todos los cuerpos que han salido para campaña militan debaxo de sus vanderas. Todos llevan estampada su imagen en sus insignias, y en las fronteras de este Reyno á presencia del enemigo, que ocupa Almansa, no cesan de victorearla con continuos vivas, como a su principal Generala. Llevais su propio nombre, el Regimiento se ha de llamar con su santo nombre, que después del de Dios, es el mayor de todos los nombres".

"Habéis empezado a merecerle. Habéis sacrificado vuestra quietud, y convivencias para alistaros en este cuerpo. Habéis gastado vuestra hacienda para montaros, vestiros, y manteneros a vuestras propias expensas; cosa no oída todavía de ninguna de nuestras provincias más ricas y poderosas. Acabad de merecerle sacrificando vuestra vida antes que manchar este nombre, antes que perder ese rico estandarte que acabáis de recibir, antes que se diga: no se portaron como Caballeros de la Fuen Santa".

"Nobles é Hidalgos, que componéis la mayor parte de este cuerpo, vais a añadir nuevo Ilustre a vuestras familias. Hombres decentes, y honrados, que formais el resto, ya estais en el primer escalón para subir a la mas alta nobleza. Subamos todos a la cumbre de la mayor gloria, en honor de nuestra patria, de nuestra inclita Nación, cuyo nombre va a remontarse sobre el de todas las Naciones, en sacrificio por nuestro Rey cautivo, cuyas cadenas vais a romper, en holocausto por el Dios de los Exércitos que nos protege, y en olor de suavidad por nuestra Generala. El enemigo está cerca. Pisa las tierras de vuestro Reyno de Murcia: esto debe llenaros de mayor enojo. No le temais: es un enemigo injusto, y la injusticia es la madre de la cobardia, y medio seguro de vencerle".

Esta Junta superior de Gobierno acaba de nombrarme vuestro Capellán de honor, y este es un nuevo empeño, una nueva obligación para mi de encomendaros a Dio, y de serviros. A vosotros toca honrar vuestra patria con vuestras acciones heroicas, extender vuestro nombre por toda la tierra, y hacer que en toda ella resuenen sin cesar los gloriosos vivas de 'Viva nuestra Señora de la Fuen Santa, Viva el Rey Fernando VII, Viva el Regimiento de Caballeria de la Fuen Santa'. Todo el pueblo respondió: '¡Vivan!', y entre estas aclamaciones marchó para Campaña.

* Cronista Oficial de la Región de Murcia y ex presidente preautonómico

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Es cierto que Murcia capital quedó deshabitada durante la Guerra de la ndependencia?.