domingo, 18 de mayo de 2008

Miles de inmigrantes permanecen sin empleo en Cieza

CIEZA.- El sector agrícola ciezano no puede absorber la gran cantidad de mano de obra que estos días está demandando un puesto de trabajo para acometer labores de aclareo y recogida de frutas, sobre todo albaricoque, melocotón, nectarina o brócoli. Y es que atrás han quedado aquellos años en los que los agricultores buscaban debajo de las piedras para encontrar personal.


El bajón de la construcción y del sector servicios en la Región podría ser la causa de la actual situación, según explicó el presidente de la Federación de Cooperativas Agrarias y Ganaderas de la Región de Murcia, Santiago Martínez, que asegura en "La Opinión" que este año han arribado a toda la Vega Alta unos 2.000 inmigrantes más que el año pasado en busca de trabajo en el campo.

Pero lo peor es que, según Martínez, el sector no puede contratar a todo este nuevo personal, puesto que aproximadamente ya se les da empleo a unas 7.000 personas en los municipios de Cieza, Abarán, Blanca y Calasparra, que cubren perfectamente las necesidades, bien directamente en el campo, bien en las instalaciones de las propias cooperativas en tareas de manipulación de frutas.

De estas últimas, aproximadamente un 50% son inmigrantes llegados de Marruecos, Argelia, Ecuador, Bolivia, Colombia y países del este europeo, como Lituania, Ucrania y Rumanía.

La excesiva mano de obra acarrea otro problema al inmigrante cuando llega a Cieza, puesto que el empresario del sector hortofrutícola ya sólo busca personas que tengan sus papeles en regla, al contrario que pasaba años atrás, cuando la escasez de mano de obra obligaba a los agricultores a buscar oriundos de otros países, cualquiera que fuera su situación legal.

Mientras tanto, en algunas calles de Cieza se palpa perfectamente el drama por el que atraviesan cientos de inmigrantes. En las vías de mayor tránsito de la ciudad, sobre todo las que conducen a las grandes explotaciones agrícolas, se agolpan, a primera hora de mañana o a última hora de la tarde, personas procedentes, sobre todo, de Marruecos, que esperan que algún empresario con necesidades de mano obra se dirija a ellos y les ofrezca un puesto de trabajo.

Sin embargo, esta es otra circunstancia que, años atrás, era más común. "Ahora es muy difícil que pare algún jefe para darte trabajo, y más si no tienes papeles. Antes sí lo hacían, y hasta te arreglaban la situación legal en España; ahora no, y algunos días no tenemos ni para comer", afirma un inmigrante afectado por esta situación.

Es, sin duda, la otra cara de la campaña hortofrutícola que acaba de comenzar. Algunos de los que no consiguen un empleo pasan el tiempo mendigando o recogiendo de los contenedores de basura algo que poder llevarse a la boca.

A la hora de irse a dormir, la situación no es menos traumática: muchos lo hacen en condiciones infrahumanas, en casas abandonadas y semiderruidas o en coches, y los que no encuentran ni eso, lo hacen en los bancos de algunos parques de la ciudad.

No hay comentarios: