domingo, 2 de marzo de 2008

Longevidad no significa experiencia / Apunte de Argárico

Mientras el candidato socialista, Fernández Bermejo, tiene que aguantar a todas horas, allí por donde va, una molesta corte de funcionarios de Justicia, que le exige un simple aumento de sueldo, el diputado autonómico Juan Morales pasea inadvertido por las calles de Murcia en su “Mercedes” 4x4, exhibiéndose sin pudor muy bien acompañado, o en solitario por las quebradas de Sierra Espuña, feliz de haberse conocido. “Aquí no pasa nada”, se dirá. “Ya me dijo Ramón Luis que todo iba a ir bien”, pensará.

Hay hasta quien también piensa, como simple conjetura, que este seguro imputado sube demasiado a menudo a la montaña porque allí pudiera tener algo escondido. Tiempo ha tenido, desde luego, hasta de excavar un zulo, después de meses esperando la llamada segura de la “chica de la balanza”. ¿Para qué quería este hombre una caja de seguridad, encontrada vacía por la UCO, en la oficina de “Cajamurcia”? No tiene ningún sentido, al menos que “alguien” la vaciase a tiempo por orden directa de quien puede hacerlo con una simple llamada desde la planta noble.

Algún día la democracia murciana habrá de pedirle explicaciones al “capo” regional de CC OO, José Luis Romero, sobre este dislate inoportuno de una huelga paralizante del proceso a la corrupción político-urbanística del PP, excepto en los juzgados de San Javier por ser causa contra un socialista, y que sólo beneficia a quien, en la estructural corrupción que nos rodea, gane tiempo e intente conservar su impunidad mientras avanza y se consume la campaña electoral, y se priva así al votante de todo lo que debiera saber para decidir con mejor criterio.

Aunque lo cierto es que el ministro de Justicia, con más longevidad que experiencia política, como muy bien acaba de distinguir Obama ante los reproches de Mrs. Clinton, no ha sabido como candidato, prever una situación, que lo ha convertido, finalmente, en su rehén, según palabras de los propios huelguistas. Y así es: se le conoce más en Murcia por resistirse a aumentar los sueldos a funcionarios y acusaciones de no ser lo que dice ser, que por su actividad en campaña. Bermejo debiera aporrear menos el tambor en Moratalla y más tocar la trompeta donde llevan tantos meses esperando.

Venir a Murcia a sacar su escaño, le ha supuesto a Bermejo un verdadero calvario por un exceso de confianza en si mismo y una carencia de equipo electoral (una socióloga que ni es de aquí ni nos conoce es toda su asistencia junto con Ana, su fiel secretaria), que lo mantiene, todavía a estas alturas de la campaña, sin método ni estrategia. Y algo inédito para el gran público en sus planteamientos políticos ante cierto boicot del sistema mediático oficial y la prudencia adoptada frente al despropósito por los medios más independientes, excusados ante la babosa loa de los subproductos financiados desde Princesa.

Errático hasta en el mensaje, Bermejo se irá de aquí sin haber inquietado a los presuntos y defraudando a una izquierda que había puesto en él todas sus complacencias. Terminará abandonando la Región y regresando a Madrid pareciendo lo que no es: pusilánime y deshonesto. Lo malo es que esa sensación creada la pague en las urnas y, encima, le cueste su efímera carrera política por no haber movilizado en su favor a la izquierda volátil. Eso sí, estoy seguro de que terminará siendo uno de los más brillantes oradores de la próxima legislatura.

Se le nota a Bermejo, aunque no lo parezca, cierto pánico escénico después de la brutal ofensiva desatada contra él desde Génova 13 para entretenerlo en defenderse y así evitar poder pensar en el ataque o inhibirse en esas revelaciones que anunció haría sobre los problemas de Pilar Barreiro, quien, por cierto, tampoco le da oportunidad de lucirse en un debate y ha fijado el tópico de que es un señor que no sabe nada de la Región, está de paso sólo para conseguir un escaño y adios muy buenas.

Bastante tiene en campaña electoral con la denuncia sobre las desmedidas obras en su piso oficial, la señalada compañía de una esposa en baja laboral por enfermedad y esos “cobradores del frac”, siempre molestos, que le ha puesto Romero, para mayor satisfacción de la CROEM y de Valcárcel, y que así se encuentre lo más inseguro e incómodo posible mientras patea las calles de nuestros pueblos y ciudades en busca del voto perdido socialista.

¿Por que no obligó Bermejo a Patrimonio del Estado a dar las explicaciones pertinentes sobre la reforma de una vivienda prestada al alto cargo? ¿Por qué no dejó a Susana en un plano tan discreto como el de Sonsoles, aunque le acompañase? ¿Por qué no conjuró con CC OO en Madrid la huelga de funcionarios? El ministro es un cateto político como candidato. Un palomo con fama de gavilán. En definitiva, su honradez no lo tiene ducho en precauciones ante pillos.

Instalado en una imagen de conflictividad, Bermejo ya no se puede deshacer a tiempo del “sanbenito” y su lamento sale en forma de reproche en cada mitin como quien clama en este desierto murciano de moral política pública. ¿Dónde está el “ángel exterminador” que dicen llevaba dentro este fiscal? Ha resultado más humano y menos valiente de lo que parecía.

Llegado para triunfar, bastante es si no pierde ahora el tercer escaño socialista por culpa de no haber salido a tiempo, pero en persona, a explicar lo del piso, pedir perdón por obligar a su esposa, enferma y de baja laboral, a aparecer en campaña sin aparente necesidad, y haber solucionado, como ministro, las reivindicaciones de sus funcionarios antes de ejercer de candidato.

Elemental si no se confunde condición con situación, como, al parecer, le ha sucedido a este Bermejo, todavía con la asignatura pendiente de Cartagena, donde su Gobierno ha dado los primeros pasos hacia la provincia, desdoblando la Administración Periférica del Estado en la Región de Murcia, y el ministro no ha sido todavía capaz de explotarlo ante los cartageneros en exclusivo beneficio de Zapatero frente unas más que ajustadas elecciones generales. Un desastre para el único candidato con cierto nivel y otra oportunidad perdida por el PSRM.

Noqueado políticamente por Martínez Pujalte, el candidato contrario, Bermejo muestra ahora más debilidades que fortalezas mientras una, improvisada y algo a la desesperada, plataforma ciudadana a favor de Zapatero, aparece tarde con tan sólo 300 personas y se percibe como la escasa fuerza del socialismo murciano entre la más activa sociedad civil de la Región. Otro error.

Crecido junto al Presidente del Gobierno en el ya histórico “mitin bisiesto”, queda por ver si esa fuerza de inercia de Bermejo es capaz de llevarle esta semana, no de tapadillo como en Totana, a hablar claro y preciso de las corrupciones concretas del PP, al menos, a Águilas, Mazarrón, San Javier o Cieza, y del PSRM, a Los Alcázares, para ilusionar y motivar, por fin, a los votantes más concienciados y resabiados de entre nosotros. Pasaremos por alto haber aparecido en Jumilla junto a Francisco Abellán y en otros mítines al lado de Manuel Hurtado aunque sean errores para sumar al “debe” porque eso la izquierda seria puede no tolerarlo.

Y es que la imagen percibida de Bermejo por el cuerpo electoral de la circunscripción ha terminado siendo de desastre aunque no falta quien califica la situación como de tongo mientras otros ven al ministro como un torpe político que, posiblemente, ya haya pagado con su “cartera” tanta improvisación y una presencia errática algo descentrada, mientras Saura y Benzal pierden también su oportunidad de saltar a altos cargos, en el todavía hipotético nuevo Gobierno central, presidido por Zapatero.

Si al Presidente le faltan escaños el 10 de marzo y el resultado en Murcia es peor del esperado por no haber hecho bien las cosas durante la campaña, no resultará justo echarle todas las culpas al empollón de Jara de los errores por omisión de un par de opositores, que han perdido la costumbre de competir aunque sean imbatibles en el terreno de los ideales y la decencia. Una verdadera pena…al menos que los murcianos los perdonen, rediman y enmienden tal chapuza.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La aplastante mayoría del PP le permite acariciar el séptimo escaño el 9-M

Una encuesta realizada en la Región esta semana atribuye a los populares una estimación de voto del 58,8%, algo más de un punto que hace cuatro años, y del 32,2% al PSOE


El próximo 9 de marzo no habrá sorpresas en la Región de Murcia. El PP volverá a ganar las elecciones generales en la Región y con una amplia diferencia sobre el PSOE, incluso superior a la que obtuvo en los comicios de hace cuatro años y con muchas posibilidades de llevarse el décimo diputado con que se ha enriquecido la representación de Murcia en el Congreso de los Diputados.

Esta es la foto fija que ofrece una encuesta realizada esta misma semana en la Región por el Grupo de Opinión Pública de la Universidad de Murcia, en la que se preguntó a 406 murcianos no sólo sobre su intención de voto, sino también por la valoración de los candidatos y los líderes políticos del PP y el PSOE regionales, sobre su percepción de la situación política y económica y también sobre el impacto del primer debate televisivo en quince años entre los dos aspirantes a presidir el Gobierno de España los próximos cuatro años, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy.

La encuesta, realizada entre los días 26 y 27 de febrero, ofrece una radiografía electoral de la Región de Murcia claramente favorable al PP a una semana de la cita con las urnas, pero la ventaja de los populares no es aún suficiente para asegurarse la obtención de un diputado más.

El estudio asigna una estimación de voto a la candidatura del PP, liderada por la alcaldesa de Cartagena, Pilar Barreiro, del 58,8%, algo más de un punto superior al que lograron los populares en las anteriores elecciones generales de marzo del 2004. Con estos datos, al día de hoy, los populares tendrían asegurados seis de los diez diputados en juego y estarían cerca de incrementar esta cifra en uno más.

A los socialistas, que cuentan en Murcia como número uno en su candidatura con el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, la encuesta les da una estimación de voto del 32,2%, lo que representa un descenso de casi tres puntos con respecto al porcentaje de votos de hace cuatro años.

El PSOE tiene asegurados en la Región los tres diputados que hasta ahora posee en la Cámara Baja y en el más favorable de los supuestos, y menos favorable para el PP, podría aspirar a lograr el cuarto.

La encuesta refleja la influencia que tuvo en los electores el debate del pasado lunes entre Rodríguez Zapatero y Rajoy, y que para la mayoría de los entrevistados ganó el líder del PP, pero no llegó a recoger los efectos que los actos centrales de campaña del PP y PSOE pudieron tener en la movilización de sus simpatizantes, ya que el sondeo tuvo lugar antes de que Rodríguez Zapatero y Rajoy dieran sus mítines en Murcia.

18% de indecisos

La clave de lo que ocurra en la última semana de campaña, y que puede ser determinante para que el décimo escaño caiga de uno u otro lado, puede estar en el 18% de encuestados que aún no ha decidido qué hará el próximo domingo, la mitad de los cuales (49,3%) reconoce tener dudas entre el PP y el PSOE. El 81% de los encuestados, en cambio, tiene ya decidido el voto.

La opinión de los murcianos sobre quién les gustaría que ganara las elecciones y quién creen que las ganará difiere ampliamente. A la pregunta de ¿quién va a ganar las elecciones nacionales?, un 56,4% de los encuestados contesta que el PSOE, frente a un 14,5% que confía en las posibilidades del PP. Incluso entre los que votaron al PP en las pasadas elecciones generales, casi la mitad (47,3%) cree que la victoria final será de los socialistas y que Rodríguez Zapatero permanecerá en La Moncloa.

En cambio, los deseos de los murcianos están con los populares, ya que un 43,1% contesta que le gustaría que fuera Rajoy el que ganara los comicios, frente a un 28,8% que se inclina por el PSOE. Al cruzar estos datos con el recuerdo de voto de hace cuatro años se aprecia la mayor fidelidad de los votantes del PP, ya que el 9,7% de los que votaron al PSOE desean una victoria popular, frente al 2,7% de los votantes populares que prefiere un triunfo socialista.
(De "La Verdad")

Anónimo dijo...

Barreiro logra una puntuación de 5,6 y Bermejo suspende

La encuesta se interesa por la valoración que tienen los entrevistados de los principales líderes y candidatos del PP y el PSOE, y los resultados claramente sonríen a los populares.

La candidata número uno del PP al Congreso por Murcia, Pilar Barreiro, supera el aprobado al recibir una puntuación de 5,63, mientras que el cabeza de lista del PSOE por Murcia, el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, cosecha un suspenso al quedarse con una valoración de 3,84 puntos.

Valcárcel supera a Rajoy

La calificación que los murcianos asignan a los dirigentes nacionales difiere significativamente de la valoración que hace el conjunto de la población española, según la encuesta preelectoral del Centro de Investigaciones Sociológicas. El candidato a la presidencia del Gobierno del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, baja muy ligeramente su nota de 5,36 de media en España a 5,32 en Murcia. Sin embargo, Mariano Rajoy ve aumentada su valoración desde un 3,95 en España a un 5,48 en la circunscripción de Murcia.

En cuanto a los políticos regionales, el presidente regional, Ramón Luis Valcárcel, sigue siendo el político mejor valorado por los murcianos con un 6,05, aventajando ampliamente al líder de los socialistas murcianos, Pedro Saura, que se queda a un punto del aprobado con un 3,99. La valoración de Valcárcel está incluso más de medio punto por encima del líder de su partido, Mariano Rajoy.

Otro dato revelador es la baja valoración tanto del líder de la oposición en la Asamblea Regional como del cabeza de lista del PSOE, Fernández Bermejo, que, de los políticos incluidos en el estudio, resulta ser el peor percibido por los murcianos. Este hecho es más destacable en la medida en que los votantes socialistas otorgan al ministro una valoración de 5,92, que contrasta con el 7,97 que otorgan a Rodríguez Zapatero.

(De "La Verdad")

Anónimo dijo...

Todo en el aire / Antonia Martínez

El debate televisivo que se celebrará este próximo lunes, y la más que previsible movilización de los electores del PSOE en las últimas jornadas de campaña, decidirán la adjudicación del último de los escaños en la circunscripción de Murcia. Quizá nunca en la historia electoral reciente de esta Región, los políticos nacionales hayan prestado tanta atención a las preferencias electorales de los murcianos. Y es que la encuesta elaborada por el Grupo de Opinión Pública de la Región de Murcia nos sitúa en un escenario de alta competición entre los dos grandes partidos por hacerse con el tan preciado escaño número 10.

Tras el debate entre ambos candidatos celebrado a comienzos de semana, el escenario electoral murciano manifiesta una tendencia clara hacia un abrumador triunfo del PP en la Región. Este partido mantiene una alta fidelización de su voto de 2004. Además, capta altas transferencias de electores que en 2004 se decantaron por otras opciones políticas, en especial del PSOE. A éste ya de por sí buen escenario, el PP recibe una buena parte de los más de 57.000 nuevos electores, teniendo una especial incidencia en la franja más joven. Los "desencantados" con esta opción política apenas llegan al 20% de su electorado de 2004, tasa que es más que compensada por los electores, principalmente socialistas, que transfieren su voto al PP, y por nuevos adherentes. En el otro lado, se dibuja un PSOE con fuertes problemas para mantener la fidelidad de sus votantes de 2004 (apenas un 60% de éstos repetiría su voto), y con una escasa capacidad para arrastrar a nuevos votantes o abstencionistas de 2004. Así, sólo el 76% de sus antiguos votantes expresan de manera abierta que es este partido el que le gustaría que ganara las elecciones. Incluso un 7% se manifiesta claramente favorable a que sea el PP el ganador.

Es posible que desde Madrid se piense que el tema del trasvase esté aún acentuando las diferencias de intención de voto entre ambos partidos. Lo cierto es que ese tema está ya descontado en las preferencias de los electores desde las generales de 2004 y autonómicas de 2007. Hay otros elementos, sin duda, que agudizan la crisis del PSOE en la Región. Por un lado, hay entre los propios electores socialistas la sensación que ésta ha sido poco beneficiada durante la gestión de este Gobierno, especialmente en infraestructuras y cohesión territorial. Ésta, que quizá sólo sea eso, una percepción, se agudiza cuando se nombra a un cabeza de lista que poco o nada se identifica con Murcia. Así, los electores manifiestan un enorme desconocimiento de Fernández Bermejo y una mala valoración. Pero quizá lo que más se relaciona con el voto hacia el PP es la sensación entre el conjunto de los electores murcianos de una mala situación tanto política como especialmente económica: el 38% de los electores califican la situación política del país como mala o muy mala, frente a tan sólo el 18% que la califica como de buena o muy buena. Más aguda es esta sensación en el terreno económico: un 44% valoran como mala o muy mala la situación económica, frente al 17% que la valora como buena o muy buena.

Y a una semana de las elecciones, con un escenario electoralmente consolidado, que no debería dar lugar a grandes sorpresas, nos encontramos con todo en el aire. A principios de la campaña, los analistas daban por seguro que en esta circunscripción el décimo escaño iría a parar a las arcas de ZP. Un resultado de 6 a 4 se manifestaba en todas las encuestas hasta el momento. Sin embargo, tras la primera semana de campaña, el PP incrementa en la Región su caudal de voto y pone en evidencia la posibilidad de arrebatar al PSOE ese escaño tan querido. Es cierto que falta aún una semana de campaña, y que desde 1993, Rubalcaba nos tiene acostumbrados a algunas tácticas de último momento que inciden en la movilización de los electores socialistas. Sin esta previsible movilización y el añadido de incremento de la participación electoral, el PP podrá obtener un resultado histórico en la Región, y a su vez afianzar al propio Gobierno de la Comunidad en el liderazgo de un proyecto para Murcia.

(De "La Verdad")

Anónimo dijo...

Pues vaya una mierda de región de analfabetos, seguiremos de por vida siendo el culo de España. Como se puede votar a los corruptos y mafiosos para que nos gobiernen, terminare avergonzandome de mi origen y tendre que soportar la mofa del resto de los españoles para con nosotros.