domingo, 2 de septiembre de 2007

Algunos elementos para aproximarse al trasfondo de la crisis bursátil. Finanzas, burbuja inmobiliaria y tasa de ganancias / Esteban Mercante

Las turbulencias financieras de estos días brindan una excelente oportunidad para poner de relieve la ligereza con que los analistas económicos suelen abordar cuestiones económicas que, bien vistas, podrían al menos haber originado algunas inquietudes e interrogantes respecto de la salud de la economía mundial. Los mismos analistas que desde los comienzos de la crisis comenzaron a destacar con preocupación la falta de liquidez en los mercados bursátiles (es decir, es deseo de los tenedores de acciones y bonos de venderlos, y sacar el dinero del circuito bursátil), eran los que hasta una semana antes de las primeras caídas bursátiles, señalaban alegremente la situación contraria. Han pasado de diagnosticar abundancia a escasez de liquidez en los mercados, de un día para el otro y con la misma superficialidad y sin explicaciones muy convincentes ni de la liquidez previa, ni de la iliquidez actual.

Algo particularmente llamativo, desde la última recesión mundial -la del desinfle de la burbuja de las punto com- a esta parte, ha sido el gran crecimiento del capital abocado a las finanzas, en comparación con el capital dedicado a la producción de bienes y prestación de servicios. Esta “abundancia de liquidez”, según nos ilustraban los analistas haciendo gala de su capacidad de recaer en lugares comunes, se debía al “exceso de ahorro” de muchos países con superávit comercial, mayormente exportadores industriales a EE.UU. (China, Corea) o especializados en commodities agropecuarias o energéticas, que también vienen teniendo su boom de precios. Todas estas naciones venían acumulando excedentes, que además de engordar bajo la forma de reservas monetarias sus bancos centrales, venía alimentando la especulación con los distintos instrumentos financieros y la inversión inmobiliaria en los últimos años. Supuestamente, no debería haber preocupación por esta liquidez mundial que casi se triplicó entre el año 2000 y julio de 2007, siendo los flujos financieros varias veces superiores al monto de las transacciones de la economía real.

Capital Ficticio y Valorización

Lejos de estas afirmaciones simplistas, puede establecerse una correlación estrecha entre la abundancia de liquidez, y las turbulencias que hoy afectan las finanzas mundiales. En realidad ese “exceso de ahorro”, podríamos decir que es un “exceso de capital dinerario” en relación con las oportunidades de invertirlo productivamente de manera rentable, y que busca por lo tanto valorizarse escapando a las dificultades para participar de la extracción de plusvalía.

Esto tiene que ver con un problema general del capitalismo en su fase declinante: por un lado, las ganancias capitalistas se hayan determinadas por la ley del valor, es decir que el capital sólo puede acrecentarse mediante la apropiación de trabajo no pago que realizan los capitales abocados a la producción de bienes y prestación de servicios. El capital que permanece como capital financiero, no extrae plusvalía. La plusvalía, solamente surge del trabajo abocado a la producción de bienes o prestación de servicios socialmente necesarios. El capital financiero, que busca una ganancia sin meterse en la producción de nada, no aporta ni un ápice a la plusvalía generada por el conjunto de los capitales productivos, ese fondo común de plusvalía del cual surgen las ganancias de todos los capitalistas. Pero por otro lado, esta ley del valor, en esta etapa declinante del capitalismo, subsiste “bajo condiciones de crisis”, es decir que es “cada vez más difícil convertir en capital acrecentado nuevas masas de trabajo no pago”. La masa de plusvalor extraída a los obreros, es cada vez más irrelevante en relación con las otras fuerzas que se ponen en juego en la producción capitalista.

Por un lado, el desarrollo de nuevos instrumentos para la valorización financiera, tiene mucho que ver con esta crisis de la ley del valor, que ha hecho cada vez más patente que “el robo de tiempo de trabajo ajeno, sobre el que se funda la riqueza actual, aparece como una base miserable” para la valorización capitalista.De esta forma, el capital financiero, ese capital que se limita a circular, a prestarse, o participar del intercambio de bonos y acciones y que por lo tanto no genera plusvalía, sin embargo reclama -y obtiene- una ganancia. Y ésta, por supuesto, no puede tener otra fuente que la plusvalía generada por la explotación capitalista. Por lo menos debe basarse en los beneficios esperados, apoyados en la perspectiva futura de tasa de ganancia (cuya base el la apropiación de una cuota de la plusvalía generada por los capitalistas que invierten productivamente). Es decir que es posible, más aún con los nuevos mecanismos desarrollados en los últimos años, efectivizar hoy ganancias que se basan en la plusvalía que podría llegar a extraerse en el futuro.

Pero por otro lado, la plusvalía no ha dejado de ser la única fuente para el acrecentamiento del valor. Por eso los en algún momento debe probarse que los beneficios esperados, sobre los que se basa la valorización financiera, realmente pueden efectivizarse. Como afirma Michel Husson, “es posible enriquecerse en la Bolsa, pero sólo sobre la base de una punción operada sobre la plusvalía, de modo que el mecanismo establece unos límites, los de la explotación, y que el movimiento de valorización bursátil no puede autoalimentarse indefinidamente”. Y acá es donde el desarrollo de los mercados de derivados y hedge funds se muestran como problemáticos en los momentos de incertidumbre como el actual. Ya volveremos sobre esto.

Pero más allá de las condiciones generales de crisis de la ley del valor que permiten explicar la tendencia general a una mayor extensión del capital ficticio en relación al capital real, este proceso, como ya señalé, se ha potenciado en los últimos años. Es llamativo que haya sido prácticamente unánime tomar a la ligera esta masa creciente de capital líquido en búsqueda de ganancias fáciles mediante la especulación financiera. Por supuesto que a los análisis burgueses, para quienes no existe un sustrato último de extracción de plustrabajo en lo que hace a las ganancias, ni se les pasó por la cabeza este problema. Sencillamente se limitaron a señalar de dónde surgían estas masas de dinero, aceptando alegremente su existencia y sin preguntarse si no podría estar expresando alguna perspectiva sombría para el futuro. Ahora que ese futuro parece estar llegando, puede ser oportuno preguntarnos por los motivos de este mayor crecimiento de liquidez en los últimos años.

Inversión y rentabilidad en el ciclo de crecimiento actual

En una nota publicada en IECO del domingo 12 de Agosto, Joseph Stiglitz señala algo que es bastante elocuente para entender el significado de la situación actual. “Todo se remonta a la recesión del 2001. Con el apoyo de la Reserva Federal, Alan Greenspan, el presidente George Bush impulsó una rebaja de impuestos diseñada para beneficiar a los estadounidenses más ricos, no para sacar a la economía de la recesión post-burbuja de Internet. Cometido ese error, la Reserva no tenía muchas opciones si deseaba cumplir su mandato de conservar el crecimiento y el empleo: tenía que bajar las tasas de interés, cosa que hizo insólitamente hasta llegar al 1%” . Lo que sucede es que el crédito barato incentivado por esta política de tasas de interés bajas de la FED en tiempos de Alan Greenspan, no tuvo como consecuencia el endeudamiento para inversión en EE.UU.. “Funcionó, pero de un modo fundamentalmente distinto a como funciona normalmente la política monetaria. Por lo general, las tasas bajas hacen que las empresas pidan más préstamos para invertir, y el aumento del endeudamiento trae aparejados más activos productivos”. Lejos de esto, el crédito sirvió para alimentar una vorágine de endeudamiento para la especulación, que multiplicó la masa de capital líquido que circula en busca de ganancias rápidas, por la falta de oportunidades para obtener ganancias en la producción de bienes y provisión de servicios.

¿Por que no se dieron estas oportunidades? Lo que sucede, es que, gracias a la política de dinero barato de Greenspan, cuyo objetivo fue contener la crisis luego del estallido de la burbuja de las empresas de alta tecnología (especialmente las punto com) se evitó que hubiera una quiebra importante de empresas. Estuvieron los escándalos de ENRON y WorldCom, y desaparecieron un montón de empresas tecnológicas, especialmente las punto com, que nunca iban a ser rentables. Pero la sobreinversión, que llegaba a muchas otras ramas de la economía, no fue resuelta mediante quiebras importantes y una liquidación más masiva de capital constante.

¿Y que importancia tiene para las posibilidades de realizar inversiones rentables, el hecho de que se haya mantenido la situación de sobreinversión? Si hay sobreinversión, lo que sucede es hay superabundancia de capital constante, es decir de medios de producción (y también materias primas e insumos). Y esto tiende a bajar la tasa de general de ganancias. En la sociedad capitalista, el capital constante debe combinarse con el capital variable, el trabajo vivo de los obreros, para generar plusvalía. La plusvalía, como dijimos, sólo surge del valor generado por los obreros. Es la diferencia entre lo que el capitalista desembolsa como salarios, y el mayor valor generado por los obreros durante la jornada. La tasa general de ganancia, que mide la relación entre el plusvalor extraído y el conjunto del capital invertido por los capitalistas, está en relación inversa al monto del capital constante. Cuanto mayor sea la magnitud de valor del capital invertido en maquinarias e insumos en relación con la misma masa de capital variable (destinado al pago de salarios), menor será la proporción general entre capital variable y capital constante, y por ende será más baja la tasa general de ganancias. Veamos un ejemplo que nos permita comprender esto. Supongamos que el conjunto de los capitalistas pagan, contando a todos los trabajadores $ 1.000 millones en salarios. Supongamos que para hacerlos producir utiliza un capital en maquinarias e insumos de $9.000 millones. Como la tasa de plusvalor es del 100% obtienen una plusvalía de $1.000 millones. Como su capital total es de $10.000 millones, obtienen una ganancia promedio del 10%. Esa, será la tasa general de ganancias. Ahora, supongamos que para aumentar las fuerzas productivas, y así la tasa de plusvalor, invierten en más maquinarias. Supongamos que el capital constante, pasa a ser de 18.000 millones. Supongamos, que como consecuencia de eso, la tasa de plusvalía aumenta en un 50%, es decir, pasa de $1.000 millones a $1.500 millones para un capital destinado a salarios de %1.000 millones. Entonces, la tasa general de ganancias, cae de 10% a 7.6%. Este proceso, pero mucho más aceleradamente (y con resultados mucho más moderados en términos de aumento de la productividad y de la tasa de plusvalía) tiende a darse siempre en la economía capitalista, donde la anarquía de la producción tiende a generar permanentemente sobreinversión en distintas áreas, es decir, aumento de capital constante en relación con el variable.

En términos generales, podemos decir que las crisis capitalistas resuelven esta situación de sobreinversión, llevando a la quiebra a una multitud de empresas capitalistas, y haciendo que desaparezcan grandes masas de valor invertido en maquinarias e instalaciones, y que otras tantas se desvaloricen enormemente, Sin embargo, esta situación estructural de sobreinversión en que se encontraban las principales economías mundiales, especialmente -pero no sólo- la norteamericana, cuando comenzó la recesión de comienzos del milenio, no fue resuelta de este modo, como ya señalamos. Hubo una política de salvataje para que sólo quebraran las empresas más comprometidas. Por eso, no hubo nuevas oportunidades de obtener grandes ganancias, justamente, porque en la mayoría de las áreas -particularmente telecomunicaciones por ejemplo- no había habido saneamiento. El costo de esta política, ha sido poner un techo a las posibilidades que tiene la burguesía para valorizar su capital mediante un proceso que implique la extracción de plusvalía. Eso explica que la inversión haya sido tan baja en los últimos años, especialmente en EE.UU., Japón y Alemania. “La baja de las tasas de interés no estimuló mucho la inversión”. La única excepción ha sido China, que por los bajos costos de la fuerza de trabajo y los beneficios otorgados por la burocracia en materia impositiva, sigue siendo un imán para la inversión capitalista. Esto lo ha reconocido el propio Fondo Monetario Internacional, que en su pronóstico anual para 2007 planteaba “Es interesante señalar que el aumento reciente de la inversión está concentrada casi enteramente en China, donde las trasformaciones económicas han generado amplias oportunidades”.

Las bases del último ciclo de crecimiento

Pero en este marco, ¿cómo explicar el último ciclo de crecimiento que involucró a todo el mundo capitalista sin excepción? Por un lado, frente a la falta de alternativas, la masa de dinero que buscaba oportunidades de valorización, se volcó especialmente a la especulación inmobiliaria. Así, alimentó una burbuja que hizo subir por las nubes los precios de las propiedades (en EE.UU. y en todo el mundo) y recién comenzó a desinflarse a fines del año pasado. Volviendo a Stiglitz: “La economía creció, pero principalmente debido a que las familias estadounidenses se decidieron a endeudarse más para refinanciar sus hipotecas y gastar parte del excedente. Y, mientras los precios de las viviendas subieron como efecto de las menores tasas de interés, los estadounidenses pudieron no darse por enterados del creciente endeudamiento”. Pero incluso señala que “ni siquiera eso estimuló lo suficiente a la economía. Para que más gente pidiera préstamos, se ablandaron las condiciones de los créditos, lo que promovió el crecimiento de las hipotecas basura, las llamadas ‘subprime’.

La otra pata, es el gran desarrollo de distintos instrumentos financieros, que involucraron los créditos hipotecarios, pero también incluyeron la especulación con los precios de hidrocarburos y las commodities agrarias. Sobre esta base, se produjo un amplio desarrollo de mercados de derivados. Pero también se desarrollaron las estrategias de valorización de las acciones empresarias, a través de las fusiones y adquisiciones. Aprovechando el dinero barato, grandes empresas recurrían al crédito para la adquisición de otras firmas importantes. De esta forma, esperaban que el resultado, en términos de cotización accionaria, de la empresa fusionada, fuera mayor a la suma del valor accionario de las dos empresas por separado. Así, empresas que no tenían necesariamente gran rentabilidad, lograban incrementar el valor de sus acciones, y por ende beneficiar a sus accionistas.

De esta forma, el capital financiero, que como tal, no participa de la generación de plusvalía, puede sin embargo permitir la realización de ganancias, que son una promesa de plusvalía futura, en potencia. Este mecanismo llevado hasta límites insospechables previamente, permitió el crecimiento exponencial del capital ficticio, y permitió que la mayoría de las grandes corporaciones pudieran presentar buenos resultados de ganancias.

Fue la combinación entre la burbuja inmobiliaria y estos mecanismos financieros (que generaban un “efecto riqueza” que incentivaba un consumo de la clase media norteamericana más allá de sus posibilidades actuales), la base para el boom de consumo y el febril desarrollo de la construcción. Por otra parte, las grandes corporaciones, encontraron en China un paraíso de mano de obra barata, y en el cual el capital tenía todo un territorio virgen por colonizar. La inversión productiva se ha concentrado en esa región del planeta en magnitudes nunca vistas anteriormente, y con posibilidades de rentabilidad que no ofrecía ninguna otra en estos últimos años

De esta forma se pudo mantener un ciclo “virtuoso” a nivel mundial, donde EE.UU. era el gran consumidor de las exportaciones del resto del mundo, alimentando su déficit comercial, junto con su déficit fiscal.

Pero como ya señalamos, esto no puede durar indefinidamente. Este capital ficticio acrecentado, debe en algún acreditar que su mayor valor, acrecentado por la vía de la especulación, es una parte de la plusvalía extraída por el capital productivo. En los momentos de inquietud, los inversores bursátiles, que normalmente aceptan como buenas las afirmaciones más disparatadas sobre posibles rendimientos de títulos, exigen pruebas más fehacientes. Y como todo el capital, el financiero no puede reclamar más que una porción del valor generado diariamente por los obreros en sus jornadas. Una porción proporcional a su monto, dependiente de la tasa general de ganancias. La “exuberancia irracional”, como dijo alguna vez Greenspan, muestra entonces su carácter efímero, bajo la forma de abruptas caídas bursátiles y “corralitos” -como el que instrumentó el BNB Paribas, reconociendo que tres de sus fondos de inversión, no tienen ni remotamente el valor que afirmaban. Ahí, es cuando la superabundancia de liquidez se transforma en iliquidez. En algún momento, las turbulencias financieras de los últimos días iban a tener lugar, para sacudirse masas de valor acrecentado que sólo existían en las pizarras de las cotizaciones bursátiles.

Cambios en las perspectivas de la economía norteamericana

La economía norteamericana ya venía mostrando signos de agotamiento desde finales del años pasado. En 2006 se llegó a lo que algunos analistas señalaron como el momento pico del ciclo, con los mejores márgenes, desde el cual podía considerarse probable un estancamiento en el crecimiento del producto bruto norteamericano. Otros han hecho hincapié en el hecho de que desde el año pasado los costos laborales estuvieron aumentando más que la productividad, y reduciendo los márgenes empresarios. Las ganancias venían creciendo 20% al año, hasta finales de 2006, pero distintos analistas venían señalando su retraimiento. Algunos por ejemplo afirmaban que “tal crecimiento de las ganancias podría no ser sostenible, especialmente si los costos laborales siguen aumentando a cauda de las concesiones en convenios salariales o una desaceleración en el crecimiento de la productividad”.

Las predicciones de crecimiento, y de ganancias que se venían haciendo desde comienzos de este año, eran bastante moderadas, y estaba en discusión la posibilidad de recesión.

Es en este marco que se pinchó la burbuja inmobiliaria. El año pasado con las subas de interés de la FED impulsadas por el nuevo presidente de la misma, Ben Bernanke, se hicieron más costosos los créditos hipotecarios. Se detuvo la toma de nuevos créditos para comprar casas, y esto impactó sobre los precios de las propiedades, que comenzaron a caer. Para muchos, se hizo entonces más caro seguir pagando el crédito, que dejar que le rematen una propiedad desvalorizada. Así, entonces, comenzó lentamente el desinfle de la burbuja inmobiliaria, que se enmarcó en una crisis de sobreproducción del mercado inmobiliario.

Este es el escenario en el cual se producen las turbulencias financieras. Las ganancias menores a las esperadas, se dan más crudamente en los sectores ligados a la construcción. Tenemos por empezar los casos de las menores ganancias de Du Pont por la menor producción de hornos, baños y mesadas, y la empresa ferroviaria Burlington por menores envíos de materiales para la construcción. Estas actuaron como disparador de las turbulencias bursátiles. Pero también Home Depot anunció el 14/8 que sus ganancias se redujeron 15% en el segundo trimestre del año. Y también se empieza a sentir una cierta retracción del consumo. Wal-Mart también presentó ganancias más bajas de lo esperado, como resultado de la baja de consumo. El mismo artículo señala que venían barajando el cierre de algunos locales. Aunque el consumo se mantiene alto, se viene sintiendo una caída en el caso de los bienes durables. Sobre estas bases, se fueron alimentando una serie de contradicciones que hemos señalado anteriormente en otros artículos:

Déficit fiscal y comercial crecientes de la economía norteamericana. Aunque esta combinación le ha permitido actuar como motor de consumo que alimentó el crecimiento de la economía mundial, lo ha hecho al costo de acumular contradicciones potencialmente explosivas para la misma. Particularmente, la presión para la devaluación del dólar. Aunque en el último tiempo se revirtió parcialmente en el déficit comercial “gracias” a una cierta devaluación del dólar, el proceso parece de difícil reversión por que gran parte del consumo, especialmente el consumo de los estratos más bajos, se apoya en importaciones chinas, cuya moneda no se ha devaluado. Por otra parte, si EE.UU. tuviera una política decidida para revertir el déficit comercial, los efectos para el conjunto de la economía mundial serían preocupantes dado que el crecimiento de China y el conjunto de Asia, pero también de Europa, se apoya en el déficit norteamericano.

Con el dólar devaluado (cayó 40% frente al Euro en los últimos 3 años), se erosiona el poder de compra de los consumidores norteamericanos. El consumo masivo no lo ha sufrido del todo porque no hubo devaluación frente al Yuan chino. Los cálculos son que si esto sucediese, los precios podrían aumentar 50% o más.

Por otra parte, la FED venía tironeada entre las presiones para permitir la devaluación del dólar, y la necesidad de contener su efecto sobre los precios. Permitir la devaluación requeriría bajar las tasas de interés (para que haya menos incentivos para los inversores a comprar dólares e invertir en bonos del tesoro). Mientras que para contener la inflación, la Fed venía inclinándose por la suba de las tasas de interés hasta el viernes 18/8.

La deuda privada ha alcanzado niveles récord y el ahorro personal fue en 2006 de un 1% negativo del PBI. El peor nivel desde la Gran Depresión que siguió al crack del ’29.

Por otra parte, el resultado de los flujos de capital ha sido negativo por primera vez desde 1929. Los capitales y ahorristas extranjeros ganaron más con sus inversiones en EE.UU. de lo que ganaron las corporaciones y ahorristas norteamericanos invirtiendo en el resto del mundo.

Ya en Estrategia Internacional Nº 23 habíamos señalado el deterioro económico estructural de la economía norteamericana. Sus viejos colosos, como Boeing o General Motors, están siendo superados por empresas europeas o asiáticas. Y las propias empresas norteamericanas están relocalizando su producción fuera de EE.UU., con la consiguiente pérdida de base industrial del país. En 2005 y 2006 se perdieron aproximadamente un millón de puestos de trabajo.

Como vemos, los signos de crisis, y la necesidad de ajustes en la dinámica de la economía norteamericana, ya se venían planteando.

Perspectivas y contradicciones para las herramientas clásicas de política económica

Ahora que la sobre inversión en el sector inmobiliario ha hecho que una gran parte de las propiedades no puedan venderse, y que muchos han comenzado a declararse insolventes para pagar sus hipotecas, toda la serie de artilugios realizados para alimentar el mecanismo de los créditos baratos, proyecta una sombra sobre toda esa masa de capitales que buscaron vías rápidas de valorización frente a la estrechez de las posibilidades de inversión rentable. Las contradicciones que viene acumulando la economía norteamericana, plantean que la salida no sea muy sencilla.

Hasta ahora, la estrategia desplegada por los bancos centrales, a la cual están suscribiendo también los bancos y financieras privadas (como Goldman Sachs) ha sido inyectar fondos en el mercado, a cambio de las hipotecas incobrables. De esta forma, pretenden sancionar como buenas inversiones sin ningún sustento, afrontando las pérdidas, y tratando de llevar calma a los mercados para evitar que continúe y se profundice la caída bursátil. Pero varios analistas han salido a marcar los límites que tiene la perspectiva de éxito de esta política. Entre ellos el economista Roubini en una nota publicada en IECO el día 14/8, señalan que la situación de turbulencia “se potencia en la cadena de crédito: tenemos individuos que no pueden pagar las deudas hipotecarias; prestamistas de hipotecas, constructores, hedge funds apalancados, administradores de activos y corporaciones financieras en bancarrota o en problemas. ’Esto no es una crisis de liquidez como lo fue el episodio del fondo Long Term Capital Market en 1998’. Según Roubini, entre los ejemplos de crisis de liquidez que pueden ser resueltas inyectando dinero se encuentran el Tequila, en México, Korea, Turquía, o Brasil. ’Pero donde operaron crisis de insolvencia como en Ecuador, Argentina o Rusia’, la provisión de liquidez del prestamista de última instancia (en este caso fue el FMI), ’solo pospuso el inevitable default e hizo de la crisis más larga y amarga’. Roubini advierte además que la crisis de insolvencia aumentó significativamente las probabilidades de un hard landing [aterrizaje forzoso].” También Paul Krugman remarcaba en una nota publicada el domingo 12/8 en el mismo medio, que los mecanismos financieros que normalmente funcionan, en las crisis no tienen necesariamente el resultado esperado. “Cuando la liquidez se evapora, las herramientas normales de la política pierden mucho de su eficacia. Bajar el costo del dinero no ayuda mucho a los que piden préstamos si no hay quién preste. Garantizar que los bancos tengan mucho efectivo no es de gran ayuda si el dinero se queda en las bóvedas”. Por eso, estos fondos inyectados pueden tener un efecto sumamente limitado.

Por otra parte, la Fed bajó el viernes 18/8 lo que se llama la ventana de descuento a 5.75%. Esto ya se venía esperando. El problema, y eso explica en parte la resistencia de Bernanke a hacerlo (la semana anterior no bajó las tasas como se esperaba), es que abaratar el costo de la deuda habilitaría la continuidad de la especulación y evitaría que los mayores especuladores paguen los costos. Por eso, no ha bajado los tipos de interés, que es la tasa que mayor relevancia tiene; ésta se mantuvo en 5.25%. Por eso, la medida ha sido en última instancia más simbólica que real.

Por último, si los signos recesivos que señalamos se asientan, es posible también que avancen en la devaluación del dólar. Tanto para abaratar las deudas contraídas en dólares previamente, como para disminuir el déficit comercial. De hecho, como dijimos, una módica devaluación de los últimos años ya ha revertido ligeramente el balance comercial negativo. Los salarios se están abaratando en términos internacionales, con lo cual también se está reduciendo la radicación de firmas norteamericanas en otros países. Hasta automotrices alemanas salieron a anunciar que con el dólar devaluado, volvía a resultarles conveniente producir en EE.UU.

Lo que sucede, es que avanzar en la devaluación del dólar, puede tener consecuencias sobre los tenedores de dólares como reserva, o los poseedores de títulos en esa moneda, que podrían querer deshacerse de ellos, alimentando un círculo vicioso de caída del dólar. Previo a esta crisis, frente a la debilidad del dólar distintos analistas señalan como posibilidad que luego de un primer movimiento “hacia la calidad” desde los títulos de hipotecas y las acciones, y los títulos de deuda de los emergentes, hacia los bonos del tesoro, podría producirse un nuevo movimiento hacia bonos extranjeros.

El intento de ganar competitividad devaluando, puede significar minar el rol del dólar como reserva mundial. Y por otra parte, no está garantizado tampoco que la consecuencia de la devaluación sea efectivamente una mejora sustancial en el balance comercial norteamericano. Sus efectos recesivos para la economía mundial son bastante más certeros.

Como vemos, si se asienta un escenario de recesión en la economía norteamericana -que por ahora no puede confirmarse-, probablemente se sienta más la contradicción entre los mecanismos de salvataje financiero, y la defensa del rol del dólar en como reserva de valor en el mundo. Esto pondría en jaque el mecanismo por el cual la economía norteamericana logró sortear exitosamente las turbulencias financieras que significaron catástrofes para los países de la periferia, y financiar sus déficits gemelos sin mayores traumas. Como plantea Juan Chingo “en el marco de la vulnerabilidad del dólar -expresión de los abultados déficits gemelos, comercial y de cuenta corriente, y de la creciente necesidad de financiamiento externo- una baja de las tasas de interés podría precipitar una corrida contra la divisa norteamericana. Si agregamos las recientes amenazas de ‘investigadores’ chinos, publicadas no por casualidad en la prensa de Pekín, sobre que China podría vender sus bonos del Tesoro norteamericano (el principal componente de las reservas de su banco central) a causa de la creciente frustración de las autoridades de ese país por las presiones proteccionistas en EE.UU., en especial en el Congreso, tal vez no parezca tan extraña la prudencia del presidente de la FED. Los márgenes de maniobra de la economía norteamericana se están estrechando aceleradamente”.

En principio, ha aumentado las posibilidades de un aterrizaje forzoso de la economía norteamericana. Más allá de las estrategias que despliegue el gobierno de EE.UU., junto con las grandes economías de Asia y Europa, y de los ritmos de la situación, lo que vemos es que no hay recetas mágicas para la perpetuación del capitalismo global, que las ganancias embolsadas por los capitalistas en los últimos años se sostuvieron en gran medida en una ilusión especulativa (reforzada, por supuesto, por una mayor explotación de los trabajadores en todo el mundo, y el fervoroso avance capitalista sobre áreas que antes estaban vedadas a la acumulación, como China), y los elementos estructurales críticos, pateados para adelante en otras ocasiones, pesan en las posibilidades de relanzar hoy una estrategia facilista para intentar sostener las ganancias capitalistas.

Independientemente de los tiempos en que esto se desarrolle -que se superen las turbulencias y el crecimiento se prolongue hoy no se puede excluir- la actual ansiedad en las finanzas mundiales, muestra el mar de fondo que empaña el brillo del crecimiento capitalista de los últimos años.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La codicia es la norma en muchos de los nuevos empresarios del sector de la construcción que han surgido en la Región en los últimos años, propiciando los ya conocidos resorts con campos de golf, donde casi nadie juega, y buscando el enriquecimiento rápido. Según ha podido saber VMPress de profesionales del sector, en la Comunidad Autónoma muchas viviendas se venden a un precio cinco veces superior a su coste. Tal como informó un arquitecto que se desvinculó de un proyecto urbanístico, A.S., “porque me dí cuenta que estaban estafando a los compradores”, se promocionan viviendas por más de 140.000 euros cuando en realidad han costado 30.000 euros, casi cinco veces menos.

Mala calidad
Además, las calidades de los materiales son pésimas. El promotor o constructor deriva la obra a subcontratas que terminan en otras subcontratas y en el afán de abaratar los costes a lo máximo posible se entregan unas viviendas que al poco tiempo de ser habitadas descubrirán a los compradores que han adquirido casas de tercera categoría que no corresponden con el precio que han pagado. Demasiado tarde. Son cientos las quejas acumuladas contra promotores en la Región, que se desentienden de los defectos de obra, una vez que han hecho caja. Personas que han sucumbido al maquillaje del marketing y de una realidad irreal, presentada como un paraíso inexistente.

Esta redacción ha detectado, por ejemplo, en urbanizaciones de Mazarrón, hogares tercermundistas. En esta urbanización, en donde la mayoría de los residentes son ingleses, existen casas con grietas de tal tamaño que entra la luz del sol al interior. Por no decir grifos que dejan de funcionar o paredes que se desconchan rápidamente. También venden como pequeños apartamentos lo que en realidad son casas prefabricadas en serie que dejan caer en la tierra. La importante comunidad británica llegó a Mazarrón atraíada por el buen clima, la cercanía al mar, a pesar de estar en un paraje desierto bajo un sol vengativo, y los campos de golf, que supuestamente se riegan ilegalmente con la mayor trama de tuberías que conducen agua desde el trasvase. Se sienten engañados por las empresas constructoras.

En Campos del Río, una promotora ha ofrecido a inmobiliarias de toda España comisiones de hasta el 18 por ciento ante el escaso éxito de ventas y la gran inversión publicitaria. El propietario de una inmobiliaria gallega nos manifestó que "a pesar del atractivo de la comisión hemos desistido en promocionar el resort, porque no son normales esas ofertas y creemos que hay gato encerrado". En esta localidad hemos descubierto viviendas sin desagüe y otros servicios obligatorios.

La especulación, el daño al medio ambiente, y la premura por reunir miles de millones, ofrecen un producto devaluado que ya ha espantado al cliente europeo. Las suspensiones de pagos familiares aumentarán de forma considerable en los próximos meses, pero los bancos están dispuestos a renegociar las hipotecas porque saben que de embargar se quedarían con una vivienda que vale mucho, muchísimo menos, que el crédito que han concedido.

Las viviendas sociales, también
Pero no solo los falsos grandes resorts los únicos que especulan con el suelo y juegan con las calidades. Las viviendas sociales, las pocas que se proyectan en la Región, están construidas con prisas, de mala gana, y sin ningún miramiento para los que serán sus inquilinos. En Molina de Segura, en un pequeño edificio en las cercanías de la carretera de Fortuna, se entregaron unos pisos…sin persianas. Los residentes tuvieron que pasar un caluroso verano con cartones pegados a los cristales. Las paredes tienen un color de pintura…parecido, y los peldaños de la escalera de acceso se parecen más a un monopatín con su movimiento al pisar que a otra cosa. En Archena, la viviendas sociales inauguradas recientemente a bombo y platillo por el consejero Joaquín Bascuñana ya ha despertado la indignación de los habitantes de las casas. Además de las numerosas deficiencias de construcción, a los vecinos no les recogían la basura hasta hace poco. Siempre ha habido y hay clases.

Coje los bártulos y vámonos
La crisis del sector inmobiliario se dejará ver una vez terminadas las vacaciones. Las ventas son muy bajas y todavía nadie sabe qué se va a hacer con miles de casas, dúplex, triplex y pisos. Unos empresarios catalanes han abandonado la Región, hace unos días, tras recomprar los pocos apartamentos que habían vendido. Según manifestaron a VMPress, “ante las expectativas, no vendíamos casi nada, hemos preferido no continuar con la construcción de tres edificios e irnos con la cabeza bien alta. La honradez es importante en este negocio. Más adelante es muy posible que terminemos la obra”.

Las inmobiliarias ponen el candado
También las inmobiliarias, que tanto han proliferado en los últimos años, sufrirán la crisis que se avecina. Ya han cerrado algunas y se prevé que cerrarán tres de cada cuatro. Seguirán las de “toda la vida”. Algunas no han vendido nada en los últimos tres meses.

La Región, muy tocada
Toda esta locura del ladrillo ha dejado muy tocada a la Región de Murcia. Las falsas expectativas que se crearon con la especulación y con el sector, dejarán en paro a miles de personas, muchos de ellos inmigrantes, y en la ruina a proveedores que no cobrarán los trabajos realizados para algunas promotoras. Muchos de estos ya hace meses que no cobran de importantes promotoras de esta Región, algunas de gran difusión comercial en televisión, radio y prensa. Pero lo peor de este espejismo que ha acompañado a nuestra Comunidad, es el daño irreversible que se ha hecho a parajes emblemáticos por su importancia histórica o medioambiental. Las grúas han pasado por encima de la ley. Gran parte de la huerta y la costa murciana han quedado destruídas por la avaricia de unos pocos. Al final, como dice el refrán, pan para hoy y hambre para mañana. Pero muchos listos, alguno de ellos políticos, alcaldes y concejales de urbanismo, se quedan con los bolsillos bien llenos. Los bancos ya no alientan al promotor. Las cajas no conceden préstamos alegremente y con rapidez. Los intereses suben peligrosamente. En conclusión, la avaricia de los promotores especuladores y polítiquillos sin escrúpulos han terminado por anular el progreso de esta Región.

Anónimo dijo...

El propietario del grupo Hispania, Trinitario Casanova, deja Murcia el próximo miércoles, 12 de septiembre, para fijar su residencia en Madrid. Así lo han manifestado íntimos del empresario murciano. Las continuas "decepciones" con el gobierno regional, y los compromisos incumplidos del ejecutivo murciano respecto a La Zerrichera, han terminado por desesperar al rico empresario, que se siente engañado y estafado por Valcárcel. La situación en que se encuentra lo que iba a ser una macrourbanización, pendiente de la manifestación de la Justicia, ha provocado un baile de millones en un proyecto intangible, por el momento. El empresario también ha cerrado la edición de El Faro de Águilas, y se marcha a la capital del Reino con Valcárcel en la memoria. Las preguntas no son pocas. ¿Quién va a pagar a quién tamaño desaguisado? ¿A quién reclama la Kutxa su inversión multimillonaria? ¿Pondrá el presidente murciano los miles de millones especuladores que ahora reclaman los inversores?. ¿Cuánto vale ahora la Zerrichera?. ¿Por qué se quiere ir el alcalde de Águilas y no le dejan?. Atrás quedan los tiempos en que Bascuñana y Casanova compartían bocadillo y bota de vino en el tendido taurino. No han podido coger el toro por los cuernos, dixit.

Anónimo dijo...

A primeros de septiembre aparecieron en la región murciana las primeras alertas sobre el incierto futuro de una de las emblemáticas empresas de la construcción que desde los últimos años operan al albur de la explosión expansiva y sin freno de este sector: Construcciones Hidráulicas y Carreteras, S.A. (CHC), con sede central en el polígono industrial La Estrella, del municipio murciano de Molina de Segura, con participaciones en otras ocho empresas y con delegaciones en Granada, Málaga, Alicante, Albacete, Las Palmas, Tenerife y hasta en Méjico. Decenas de pequeñas empresas y autónomos subcontratados por CHC, provenientes de las diferentes comunidades autónomas afectadas, vienen desplazándose hasta la sede central de CHC en Murcia en busca de quién puede dar la cara para reclamarle el pago de las deudas millonarias contraídas por esta empresa en los últimos meses.
La liebre había saltado a finales de julio en la vecina provincia de Granada, cuando en su municipio de Alhendín, la construcción de una urbanización de lujo quedó paralizada. CHC calificó entonces de “temporal” la paralización de sus obras, a la vez que informaba que su actividad quedaba suspendida en todo el país durante la primera quincena de agosto. Este hecho fue interpretado entonces por empresarios del sector y expertos en derecho mercantil como el primer paso para una posterior suspensión de pagos si se confirmaban las dificultades financieras que atravesaba esta compañía murciana.

El “anónimo” apoderado
Las sospechas se convertían en malos augurios a principios de septiembre, cuando un apoderado de CHC, que se negó a identificarse, y tras nuevas protestas masivas y sonadas de los acreedores y visita inesperada a la sede de la presidencia autonómica del popular Ramón Luis Valcárcel, anunciaba haber presentado en el juzgado de lo mercantil de Murcia un “procedimiento concursal”, es decir, la suspensión de pagos. Este “anónimo” apoderado no puede se otro que José María Pérez Corbacho, nombrado en junio pasado para este cargo.

Pero también, a través de un cartel en su sede murciana, se afirmaba que “ante las amenazas sufridas por el personal de CHC, la empresa ha decidido mantener cerradas las oficinas centrales”, y daban el 618 356 494 como número teléfono de contacto.

La caja le deniega el crédito
El ya menos “anónimo” apoderado ha llegado a culpar de la denegación de un crédito hipotecario por parte de una caja de ahorros y que precisa la compañía a “la falsa situación de alarma” creada por los medios de comunicación, cuando estos lo que han hecho es hacerse eco –como es su obligación- de la alarma de sus decenas de acreedores, en su mayor parte, pequeñas empresas y autónomos subcontratados, con los que ha contraído deudas que oscilan entre los 3.000 y 800.000 euros con cada uno. Dichos impagos se están produciendo desde el pasado mes de enero, hecho que contradice las afirmaciones del apoderado. Sólo en Tenerife hay unas cuarenta empresas afectadas. Y en Granada, la deuda a una cementera podría rondar los mil millones de euros.

Culpa a ayuntamientos y comunidades
Desde Comisiones Obreras se ha confirmado que los trabajadores directos en las delegaciones de Granada y Albacete no han cobrado sus nóminas desde junio, y los de Murcia, desde agosto, contradiciendo también así al apoderado de CHC, que había afirmado que todas las nóminas se han “pagado sin problemas”.

Respecto a la liquidez de CHC, el apoderado ha asegurado que a su compañía se le deben más de 20 millones de euros, mucho menos de lo que debe a sus acreedores, y que cuenta con un patrimonio de 57 millones de euros, que podría ascender hasta los 157 millones si se incluyen los desarrollos de las promociones previstas. Casi la mitad de la facturación de CHC es con empresas públicas y, según el apoderado, el impago a los acreedores se debe al retraso del pago de las obras por parte de ayuntamientos y comunidades autónomas por las pasadas elecciones locales. También ha dicho que se le ha retirado a la compañía el aval crediticio, sin especificar desde qué entidad financiera, aunque CHC ha venido operando con el Santander.

También, el apoderado ha llegado a afirmar que la situación crediticia de CHC ha paralizado su compra por otra sociedad que tiene la previsión de construir 57.000 viviendas de protección oficial, a la que se le podía invitar para que participara en el “procedimiento concursal” proveído ante el juzgado de lo mercantil murciano.

Obra pública y vivienda de lujo y protegida
Las comunidades autónomas de Murcia, Valencia, Andalucía, Castilla La Mancha y Canarias, decenas de ayuntamientos, diputaciones, universidades, ministerios como el de Fomento y Defensa, y marcas comerciales como Mercadona o Gas Natural están siendo afectadas por la situación de CHC.

Entre sus obras, se encuentran viaductos, piscinas municipales climatizadas, campus universitarios, parques y jardines públicos, rehabilitación de playas, como la de la Albufereta, en Alicante, o la de las Casas del Huerto de San Plácido, en Elche, edificios para la Guardia Civil. Pero también la construcción de viviendas, tanto de lujo y privadas como de protección oficial, como las 42 contratadas por la empresa municipal ilicitana que deberían estar listas para final de septiembre, o las 310 para jóvenes que están previstas construirse en unos terrenos de RENFE en el municipio murciano de Caravaca de la Cruz.

La empresa murciana Construcciones Hidráulicas y Carreteras, S.A. (CHC) se constituyó en septiembre de 2000, para la promoción, construcción completa, reparación, conservación y explotación, indistinta o conjuntamente, de obras públicas y privadas, y, en general, para la construcción de edificios y obras de ingeniería civil.

Aumentó su endeudamiento y bajó su liquidez
Comenzó con un capital suscrito de 607.500 euros que, en 2003, aumento hasta los. 1.815.550 euros, el mismo que mantenía en 2005. El número de sus empleados supera los setenta. En marzo de 2006, su director financiero es Juan Rubio y el de operaciones, José Miguel Palazón. Los datos revelan un perfil claramente ascendente de su facturación, que, entre 2003 al 2005, pasó de los 18.119.022 a 55.192.937 euros, es decir, se triplicó. Sin embargo, si su endeudamiento en el 2000 era del 4,76 por ciento, pasó al año siguiente hasta el 72,99 por ciento, siguiendo una línea ascendente hasta alcanzar el 94,97 por ciento, en 2005. A la misma vez, su liquidez general del 20,5 por ciento en 2000 pasó al 1,11 por ciento en 2005.

La auditoria de 2004 de CHC, contempla una salvedad, en el sentido de que, debido a que no se disponía de datos sobre los costes de producción, incluida la mano de obra, no podía ofrecer una opinión sobre los resultados de 2003 y 2004.

Diez constructoras en una
Los datos revelan, sin embargo, que la matriz doméstica de CHC, a mediados de 2006, es Saint-Gobain Canalización, S.A., compañía francesa con sede en Santander, presidida por Carpentier Benoit. El grupo del resto de accionistas lo integran, ese mismo año, una decena de empresas murcianas.

El mayor accionista de estas empresas, con el 30,25 por ciento, es el Grupo Disaplast, ubicado en el polígono Oeste de Murcia, cuyo director ejecutivo es Rafael de Ramón García. Según los datos publicados, a finales de 2005 transmitió todas sus participaciones que tenía, por un importe de 1.174.210 euros.

Cinco otros accionistas poseían hasta hace poco más de un año el 6,11 por ciento cada uno. Estos son Construcciones Iniesta, ubicada en Mazarrón, y dirigida por Antonio Iniesta Jiménez y Antonio Iniesta Hernández; Construcciones López y Torres, ubicada en Murcia, cuyo director ejecutivo es Pedro López Sánchez; Equipamientos Deportivos, ubicada en Torre Pacheco, presidida por Carmelo Ruiz Sánchez; Virgosa, ubicada en Calasparra, dirigida por Segundo Ángel García Ruiz, que tiene el negocio al cincuenta por ciento con Antonio Martínez Prieto, y Construcciones Juan Martínez.

Cada una de otras tres empresas murcianas poseían en esa fecha cada una otro 5,96 por ciento de las acciones de CHC. Estas son Construcciones Hermanos Alcaraz, ubicada en Murcia, y dirigida por Antonio Jesús Alcaraz Garcia; D.G. Asfaltos, también ubicada en Murcia y dirigida por Antonio Luis Dato Serrano, y González Soto, ubicada en Cartagena, cuyo director ejecutivo es Francisco González Pardo.

Las dos últimas empresa de la región que integran el accionariado de CHC, de las que se desconoce su participación, son Construcciones Juan García, ubicada en Torre Pacheco, y Construcciones Miguel de Madrid e Hijos, ubicada en San Javier, y dirigida por Miguel Madrid Aguilar.

Primeros cambios en el accionariado y de dirigentes
A partir de hace un año se va a iniciar un largo proceso de cambios en la composición de los órganos ejecutivos de CHC, acompañados de un cambio en el accionariado. Así, en septiembre de 2006, cesa como presidente del consejo el representante de la empresa pachequera Equipos Deportivos, de Carmelo Ruiz Sánchez; como vicepresidente, D.G. Asfaltos, de Antonio Luis Dato Serrano; como secretario, la empresa carraspaleña Virgosa, de Segundo Ángel García Ruiz, y, como consejera delegada, la mayoritaria y murciana Disaplast.

Sin embargo, el empresario cartagenero Francisco González Pardo, seguirá siendo consejero y será nombrado vicepresidente, y ocupará una consejería y la presidencia Francisco José Sánchez Fernández, propietario de un establecimiento de bebidas con forma jurídica de “comunidad de bienes” y del que no se conocen más datos. La vicepresidencia será para Proyectos y Diseños de Inversiones, una empresa murciana que se había constituido medio año antes, con un capital de seis mil euros, para la prestación de servicios técnicos de arquitectura y urbanismo, la realización de proyectos de edificación y la dirección de obras y asesoría urbanística. Su administrador único es Patricio Martínez Martínez, del que se desconocen más datos.

La secretaria del consejo la compartirán Patricio Martínez y María Isabel Baños Cava, también sin datos. Y será nombrado consejero Manuel José Teruel Muñoz, tampoco sin datos empresariales conocidos.

Se producirán nuevos cambios en el interior del consejo de CHC en octubre de 2006 y a primeros de 2007, siendo el más destacado el nombramiento de apoderados mancomunados que recaen en el ya citado Sánchez Fernández y en Laura Franco González, también sin otros datos.

Los últimos cambios y nombramientos
En mayo de 2007 son cesados del resto de cargos que en el consejo de administración mantenían todavía las empresas Equipamientos Deportivos y Virgosa, así como Proyectos y Diseños de Inversiones, incorporada esta hacía sólo un año. Tras estos ceses, en el mismo mes de mayo último son modificados varios artículos de los estatutos de CHC, S.A., y es nombrado como administrador único, Ginés Flores Masas, empresario catalán del que se tienen casi nulas noticias. Pero un mes después, en junio, será nombrado como apoderado José María Pérez Corbacho, del que tampoco hay más datos.