lunes, 2 de julio de 2007

Negros augurios bursátiles/ Lorenzo Bernaldo de Quirós


En el primer semestre de 2007, la Bolsa española fue la que menos se revalorizó de todas las del mundo desarrollado. Las grandes operaciones corporativas no han podido compensar el lastre derivado de la desaceleración del sector inmobiliario. Si se descuentan los efectos de aquellas, el comportamiento del conjunto de los valores ha sido muy mediocre. Las perspectivas no son mejores para los próximos meses. El mercado de capitales español comienza a descontar que las próximas subidas de las tasas de interés y el elevado endeudamiento de los hogares y de las empresas van a pasar factura. De momento, la Bolsa española descuenta un menor crecimiento económico en 2008.

Las empresas ligadas a la construcción y al sector inmobiliario son las más afectadas. La combinación de un alto apacalancamiento de las compañías, con expectativas de crecimiento del sector a la baja han empezado a plantear serias dudas sobre la solidez de sus posiciones. Están depurando los días de vino y de rosas de la "burbuja" experimentados a lo largo de casi una década. Primero fue Astroc y, ahora, muchos analistas se preguntan sobre la situación de Sacyr. Su fuga hacia delante se ha truncado en Francia, lo que ha puesto de manifiesto sus enormes fragilidades.

¿Qué nos dice el mercado? De momento nos anuncia unos meses de considerable volatilidad, esto es, el precio de los valores oscilará hasta que encuentre una tendencia definitiva que salvo sorpresas será bajista. Si las Bolsas, como demuestra la experiencia, anticipan la evolución de la economía con un año de antelación, el comportamiento de la española anuncia el fin del ciclo expansivo iniciado en 1996. De momento, los ciudadanos no perciben esa situación aunque la subida de los tipos les sugiere que los viejos buenos tiempos han llegado a su fin.

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