BARCELONA.-La Asociación Interprofesional del Cerdo Ibérico (Asici) atendió las preguntas de Economía Digital a principios de febrero en Madrid, concediendo tanto una entrevista con su director gerente, Andrés Paredes, como una sesión de análisis de distintos casos de fraude de jamón ibérico con su director técnico, Manuel González.
Este medio aprovechó el encuentro para despejar dudas sobre fotos y
vídeos de presuntas irregularidades que han hecho llegar a la redacción
fuentes del sector y consumidores, y sobre los que el representante del
sector del ibérico aún no se había explayado.
La interprofesional defiende que las incidencias por fraude en el
sector del jamón ibérico han evolucionado "positivamente" desde que fue
aprobada
la norma de calidad
relativa a estos productos cárnicos curados.
Así lo aseguró el señor
Paredes en su conversación con
Economía Digital, alineado con la postura
oficial de
Asici de que las anomalías son anecdóticas. También insiste
el defensor del ibérico en que parte de su función es informar a las
organizaciones del sector de los casos de fraude, toda vez que no tiene
competencias ejecutivas para hacer más.
Como en cualquier otro sector agroalimentario, en el ibérico hay
fraude, defiende
Asici. Pero es minoritario y, a su entender, no debería
siquiera suscitar interés entre los consumidores y los medios de
comunicación. La interprofesional se jacta de tener la trazabilidad de
todos los jamones ibéricos en pieza que se venden en el mercado, pero
también admite que otros formatos,
como el loncheado,
son más difíciles de controlar.
En este análisis de posibles fraudes en
el sector, el director técnico de la asociación confirma
irregularidades en varios jamones loncheados.
Legado Ibérico de El Pozo
El Pozo es uno de los grandes grupos alimentarios
españoles que opta por confundir a sus clientes de jamón ibérico o,
directamente, por cometer fraude.
Economía Digital ha desvelado
algunas de sus prácticas más cuestionables en este sentido, las cuales han sido en su mayoría verificadas por la propia
Asici y corregidas por la empresa tras las publicaciones. Manuel González ha confirmado nuevas anomalías del fabricante, como por ejemplo este jamón de cebo ibérico loncheado de su marca Legado Ibérico.
"Este es un conflictazo que tenemos con las autoridades y dentro de
nosotros mismos hace mogollón de tiempo", ha explicado el director
técnico de Asici, refiriéndose a que –según la norma de calidad– el
color predominante en el etiquetado de un jamón de cebo ibérico debería
ser el blanco, pues es el que distingue los cárnicos provenientes de
cerdos de 50% raza ibérica alimentados con pienso.
Sin embargo, además
del blanco, el color verde tiene mucho protagonismo en el empaquetado, y
este color identifica los ibéricos de cebo de campo, que son de mejor
calidad.
"Lo que rememora a mí como consumidor es algo verde, blanco. Además,
no está acompañado a la denominación de venta, no respeta el tamaño y
tipo de letra", ha explicado González. "En el fondo esto al consumidor
le confunde. ¿Le intenta engañar? No lo sé. ¿Confundir es engañar? Para
mí sí, porque el consumidor no nace sabiendo qué dice la norma; eres tú
quien tiene que cumplirla. No es una incidencia tan sumamente grave como
la falsificación de precintos o la venta de piezas fuera de norma, pero
es un problema", ha añadido.
Otro problema que presenta el primer jamón de El Pozo
–al igual que el de la segunda foto– es que el porcentaje racial que por
ley debe llevar el etiquetado aparece en una letra de menor tamaño y de
un color prácticamente imperceptible. La norma de calidad no permite
esto.
"Legado Ibérico de El Pozo tiene una carta nuestra" en la que
se denuncian algunas de estas irregularidades, ha afirmado el técnico de
Asici, que ha apostillado que están esperando que el Ministerio de Agricultura y las comunidades autónomas "concreten y nos definan" si los fabricantes pueden hacer este tipo de cosas.
"No hay respuesta aún", ha alegado.
Cuando se le ha mostrado la segunda imagen de un jamón de Legado Ibérico de
El Pozo, González ha indicado: "Igual, igual. De
Legado Ibérico
vas a encontrar". Este segundo jamón de cebo ibérico también indica el
porcentaje racial de la materia prima en una letra de pequeño tamaño y
en color dorado sobre un fondo transparente, lo que nuevamente obliga a
los consumidores a hacer el doble de esfuerzo para detectar una
información que debería ser
lo clara en el etiquetado que exige la normativa.
Los famosos 'pata negra'
Lo de
El Pozo Alimentación es un desdén por la norma
de calidad desmesurado. El grupo alimentario no solo infringe la
normativa en sus productos ibéricos, sino también cuando intenta
promocionar sus otros cárnicos, como es el caso del jamón serrano Bodega.
La compañía, en diferentes publicidades, se refiere a este producto
como "el pata negra del jamón blanco". Incluso hace un año, en
uno de sus anuncios para la televisión
(del que este medio tiene copia), la marca insistió en utilizar el
vocablo "pata negra" para un jamón obtenido de materia prima inconexa
con el ibérico.
La norma de calidad reserva la denominación de venta "pata negra"
exclusivamente a la designación de jamón de bellota 100% ibérico, el de
mayor calidad en la gama de los ibéricos. Jesús Pérez, el director de comunicación de Asici,
explicó que El Pozo, en estos anuncios, "utiliza un término que
comercialmente es reconocido por el consumidor para vender un producto
que no lo es". González añadió que la Comunidad de Murcia es la competente en estos casos, siendo El Pozo de allí.
El fabricante se defendió así al ser consultado al respecto de este
asunto: "Nuestro jamón blanco tiene la pezuña envuelta en un film negro,
patentado, por lo que se trata de un distintivo de su packaging
totalmente objetivo, sin ningún afán que no sea puramente descriptivo".
La imagen anterior es otro caso del uso fraudulento de la
denominación "pata negra". González lo detalla: "Esto no se puede. Hay
un acuerdo de la mesa del sector del ibérico que dice que, incluso
teniendo registrada esa marca, hay una norma de rango superior [el Real Decreto
que aprueba la norma de calidad] por la cual no podría utilizar esta
denominación de venta. En este caso, ni nombre de marca. No puedes decir
'pata negra' ni utilizar el color negro si el jamón no es un 100%
ibérico".
Bridas fuera de lugar
Los acuerdos de la mesa del ibérico prohíben que las bridas de colores de Asici se
coloquen en otro lugar que no sea la caña de la pieza de jamón. Sin
embargo, estos jamones, además de tener precios muy por debajo de la
media del sector, llevan sus bridas en la pezuña y no en la caña. "Eso
está mal y no se puede hacer". El director ténico de Asici ha explicado
que esto no debería repetirse, pues había dos mataderos que colocaban
los precintos en la pezuña y a los que se corrigió para evitar el
problema.
Desde luego, es más fácil manipular una brida en la pezuña que en la
caña del jamón. Estas bridas de colores deben colocarse lo más ajustadas
posible a la caña para que ningún fabricante consiga retirarla sin
romperla, de forma que pueda ser colocada en otro jamón que no es
ibérico pero que, con un precinto de ibérico, puede venderse como tal;
es decir, a mayor precio. Lo que nos lleva a la siguiente imagen...
Esta imagen fue compartida por una fuente anónima que asegura haberla
tomaro en la nave de un fabricante sin identificar. Muestra un bote
lleno de precintos intactos presuntamente retirados de jamones ibéricos
comercializados en formato loncheado. En principio, los transformadores
de jamón ibérico deben romper el precinto de color para entregarlo a
Asici, que procede a su destrucción, con el objetivo de que no haya más
de una pieza de jamón en el mercado con el mismo precinto, que contiene
un código único que facilita la trazabilidad del producto.
"Si no están rotos es algo irregular", ha confirmado González.
"Pueden ser precintos obtenidos de loncheados. Esto es irregular; es
alguien que lo ha sacado. El punto 4 del protocolo de certificación dice
que los precintos deben estar ajustados a la caña para que de ninguna
manera se puedan quitar. La certfificadora debe exigir que se aprieten.
Esto no puede ser así porque ahora cojo yo una pata de cabra, se lo
pongo y es un ibérico", ha añadido.
El "puro de bellota" de Enrique Tomás
La cadena de tiendas de jamón Enrique Tomás ha recibido algunas cartas por parte de Asici debido a irregularidades en algunos de sus productos. "Parece que entre más cartas recibes más jamones vendes", ha ironizado González.
La imagen muestra un jamón "puro de bellota" sin precintos de norma.
Además de ello, la denominación de venta incluye la palabra "puro", que
la más reciente norma de calidad suprimió por completo. El decreto
incluso prohíbe el empleo del término "ibérico puro".
"Esto es un subterfugio alegal", ha indicado el director técnico. "En
teoría sí podría utilizar esa frase, siempre y cuando no utilice 'puro'
relacionado a la raza del animal. Cuando tú dices 'puro de bellota',
¿qué significa? ¿Que es bellota puro o ibérico puro? Si dices 'ibérico
puro' relacionado a la raza, eso está prohibido en el Real Decreto.
Ahora, 'puro' como descriptivo, puede ser que la bellota es la pura, no
el ibérico".