Y no solo paraíso fiscal, sino lavadero
de dinero negro, punto de transacciones opacas, centro de redes
clientelares relacionadas con el crimen organizado, si es que no lo son
ellas mismas, bolsa de la especulación y lugar de caza de fondos
buitres. Basta con recordar que sigue siendo el país que dobla la media
en la UE de billetes de 500 €, esos que el BCE quiere retirar de la
circulación porque son un instrumento para actividades ilegales.
Para
lo más ilegal ya tienen los otros paraísos fiscales, Panamá, Delaware,
Caimán, etc. Muchos de ellos no lo necesitan porque la legalidad les
permite "optimizar sus obligaciones fiscales", cosa que no tiene nada en
común con los vulgares fraudes. Las SICAV, como los fondos de
inversión, son artistas de tales ingenierías.
Otros
no precisan de paraísos allende los mares, ni ingeniería fiscal. Es el
caso de la Iglesia católica, que no defrauda a Hacienda porque no tiene
nada que pagar, al estar exenta de todos los impuestos. Además, puede
apropiarse bienes públicos sin tasa a precios irrisorios, con lo cual
ahorra mucho de los miles de millones que el Estado (o sea, los
contribuyentes) le asigna anualmente. Con esos ahorros pueden los curas
difundir la palabra del Señor desde medios audiovisuales caracterizados
por la dulzura de su mensaje cristiano. Es de esperar que, en algún
momento, la Iglesia explique a la ciudadanía por qué da a Dios lo que es
del César. Será quizá cuando se recuerde que la revolución francesa se
produjo porque la gente estaba harta de pagar impuestos mientras los
nobles y los curas no lo hacían. Como aquí.
Cuando
se destapan asuntos de corrupción (prácticamente todos los días) se
descubren historias inverosímiles, relaciones peligrosas, tipos
nauseabundos, complicidades oscuras. Algunos casos son tan perversos que
meten miedo, como el de las cloacas de Interior. Otros parecen más de
un hampa con ínfulas de señores, como el de Blesa. Y otros conectan
directamente la corrupción con el fenómeno de masas más característico
de los siglos XX y XXI. Los tres tienen en común esquilmar los dineros
públicos de los que debieran rendir cuentas minuciosas. Uno para
fabricar pruebas falsas contra los adversarios políticos; otro para ir a
cazar hipopótamos; y el otro, para darse la vida padre e hijo.
Las
cloacas de Interior son la típica ocurrencia de quien redactó esa
infame Ley Mordaza, que sigue sin ser derogada, gracias a la inutilidad
de la izquierda (la mitad de ella, muy vociferante) y quien condecora
estatuas de la virgen. Es evidente que el hombre no está enteramente en
sus cabales y es un sectario y un fanático. O sea, un orate. Una persona
así es un peligro público y si, además es el responsable de la
seguridad colectiva, el peligro puede materializarse de cualquier modo,
por repugnante y delictivo que sea.
La
historia de Blesa, que ahora queda judicialmente concluida, ya solo
interesará por sus facetas humanas, si las hay. Desde el punto de vista
político, su suicidio interpela directamente a Aznar que fue quien lo
puso al frente de Caja Madrid y lo mantuvo, al tiempo que obtenía
diversos tipos de contrapartidas. Todo como prueba de su fabulosa
capacidad para dar con los más ladrones e inútiles en los puestos de
mando: Rato, Blesa, Rajoy.
El
caso de Villar no me inspira nada, pues ignoro todo del fútbol. Supongo
que el presidente de los sobresueldos, fervoroso hincha, hará las
correspondientes y profundas reflexiones sobre este nuevo caso aislado
que le toca de lleno en su más cara afición y deja muy claro el
desprecio de estos sinvergüenzas por los intereses del común.
En
esta situación es un verdadero sarcasmo que el Tribunal de Cuentas
inicie un procedimiento para ir contra el patrimonio de tres dirigentes
independentistas de la Generalitat. Ese tribunal tiene entre sus
miembros a una ex-ministra de Aznar, un hermano del mismo Aznar y un
cuñado o cuñada de algún otro mando del PP. Una desvergüenza alucinante.
Un tribunal que, como el Constitucional o la Audiencia Nacional, son
nidos de corruptos y vendidos al poder. Eso explica que en lugar de
abrir diligencias para que la sarta de ladrones del PP devuelva los
cientos y miles de millones que ha defraudado, malversado o desviado, se
apreste a avalar una injusticia clamorosa que puede provocar un
conflicto mayor en Cataluña.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED
A un curso de la Universidad Internacional del Mar, de la Universidad de Murcia sobre el muy amplio tema de Retos del Sistema Político Español
y en el cual se tratarán diversos temas desde perspectivas académicas y
(sin duda) políticas distintas, desde los aspectos jurídicos de la
investidura de gobierno hasta talleres de liderazgo político o
seminarios sobre la corrupción. Todo un vergel.
Por fortuna, cuenta con
unos participantes de mucho nivel, de forma que el éxito está
garantizado. La intervención de Cotarelo a las 09:45 versará sobre la
política de la postverdad, un curioso, aunque no muy reciente, fenómeno
que hoy se hace patente.
El lugar es el salón de Actos Isaac Peral.
Facultad de Ciencias de la Empresa. UPCT. C/ Real, 3. Cartagena.
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