Mariano Rajoy: “El fiscal general actúa con absoluta independencia frente a miGobierno”.
Falso, como bien sabe la penúltima fiscal general del Estado, Consuelo Madrigal, que no siguió en el puesto porque se negó a nombrar a Manuel Moix como jefe de Anticorrupción. O el antepenúltimo, Eduardo Torres Dulce, que dimitió tras un montón de encontronazos con el Gobierno de Rajoy.
O el último, José Manuel Maza, que se mantiene el cargo a pesar de que
ha sido reprobado por la mayoría absoluta del Parlamento: por todos los
grupos parlamentarios con la única excepción del PP.
Mariano Rajoy: "El PP no es un partido corrupto. Por eso los electores nos renuevan la confianza".
Falso. Que el PP no haya perdido todos sus votos –solo un tercio desde
2011, que no son pocos– no limpia la corrupción de un partido que tiene a
casi todos sus tesoreros imputados, ha ido dopado a las principales
citas con las urnas y se ha financiado con dinero negro desde el año en
que se fundó. La corrupción no se limpia con los votos, por mucho que
Rajoy quiera mezclar ambas cuestiones.
Mariano Rajoy: “Ni me salto la ley ni quiebro los principios constitucionales”.
Falso. Su Gobierno se saltó la Constitución con la amnistía fiscal, como ha sentenciado el Tribunal Constitucional por unanimidad.
Y el propio Rajoy presume sin tapujos de incumplir la ley de la Memoria
Histórica, dejándola de forma permanente sin presupuesto.
Mariano Rajoy: “¿Cómo puede decir usted que nos dedicamos a ocupar las instituciones ahora que gobierno en minoría, y no dijeron una palabra del asunto en los años en que pudimos gobernar con una mayoría mucho más holgada?”.
Falso. La debilidad parlamentaria del PP no impide a Mariano Rajoy
gobernar de espaldas al Congreso porque las votaciones de los diputados
quedan en casi nada. Tiene a un ministro reprobado por el Parlamento:
Rafael Catalá. Antes tuvo al ministro del Interior Jorge Fernández y
pronto será reprobado Cristóbal Montoro; y a Rajoy le seguirá dando
igual.
El Gobierno ha perdido la mayoría en el
Parlamento pero los magistrados nombrados por el PP mantienen la mayoría
absoluta en el Poder Judicial, un rodillo conservador que permite colocar en puestos claves a jueces recusados por sus propios compañeros por su afinidad más que evidente con el PP.
También es falso que esa ocupación de las instituciones no se produjese
durante los años de la mayoría absoluta de Rajoy, cuando llegaron a
nombrar a un presidente del Tribunal Constitucional con el carné del partido. Fue también con la mayoría absoluta cuando el Gobierno organizó esa policía política que lanzó contra sus rivales, o cuando empezaron a maniobrar para poner y quitar jueces en la Audiencia Nacional.
Mariano Rajoy: “Hemos facilitado el trabajo de jueces y policías, que a la vista está”.
Falso. Lo que está a la vista es la ofensiva del Gobierno contra los funcionarios que investigan la corrupción del PP.
Son públicas las críticas del ministro del Interior y otros dirigentes
del partido contra la Guardia Civil por sus informes sobre Cristina
Cifuentes. O las presiones del marido de la ministra de Defensa contra
la UDEF por sus informes contra él, que consiguen que el director
general de la Policía vaya a “estudiar” esa queja, e incluso se plantee
interrogar al inspector que elaboró ese informe –no intenten recurrir a
esa ventanilla de reclamaciones si no es un VIP del PP–.
También es falso que hayan facilitado el trabajo a los jueces, salvo que destruir pruebas –como hicieron con los discos duros de Bárcenas–, sea su peculiar forma de colaborar.
Mariano Rajoy: “Los casos de corrupción no afloran por casualidad ni contra los deseos del Gobierno”.
Falso. Solo hay que recordar cuál fue la reacción del PP
cuando afloró el principal caso de corrupción que ha afectado a su
partido, el de la Gürtel. Primero Rajoy denunció una “cacería contra el
PP”. Después se presentaron como acusación en la causa, hasta que fueron
expulsados por la Audiencia Nacional por colaborar con las defensas de
los imputados. Más tarde intercedieron a favor de Luis Bárcenas
con el juez Pedreira, que levantó la imputación en una decisión más que
cuestionable cuando aún faltaban los datos de Suiza por llegar. Y como
colofón, hace unos meses, pidieron la nulidad de toda la investigación y que no se celebrase el juicio. Obviamente, todo esto no ha ocurrido por casualidad.
Mariano Rajoy: “En estos siete meses de Gobierno, solo siete, hemos convocado y celebrado con éxito la Conferencia de Presidentes Autonómicos”.
En cinco años en La Moncloa, solo un lustro, Rajoy solo ha convocado
dos conferencias de presidentes, y la anterior fue a los pocos meses de
llegar.
Mariano Rajoy: “Para mí el Parlamento es algo muy serio. Es el pilar básico del sistema democrático. Es la representación de la soberanía nacional, de la voluntad política de la nación, de todos los españoles”.
Falso. Y por eso Rajoy incumple sistemáticamente las votaciones que
pierde en la sede de la soberanía nacional –desde las reprobaciones de
sus ministros hasta la moción para sacar a Franco del Valle de los Caídos–.
Por eso se negó a comparecer en la sesión del control del Congreso
durante todo un año que estuvo en funciones. Por eso está intentando
boicotear la comisión de investigación en el Congreso sobre la
financiación del Partido Popular.
Mariano Rajoy: “España gana y ustedes pierden”.
Falso. Quien ganará en esta moción no es España, sino Mariano Rajoy; un
presidente indecente, que, a pesar de estas mentiras, a pesar de su
debilidad en el Congreso, sale reforzado entre los suyos por la
polarización en el debate y por la división de la oposición, incapaz de
lograr un acuerdo para desahuciarlo del poder.
(*) Periodista
No hay comentarios:
Publicar un comentario