No se humille más. Deje de gimotear y
arrastrarse. Deje de llorar. No haga más el ridículo. No se rebaje más
ante el partido al que trataba con desprecio hace un par de lunas. No
siga sacrificando el país a sus intereses o, mejor dicho, su interés,
que solo consiste en mantenerse aforado. No siga abusando de la
paciencia de los españoles. Deje de chantajear, de hacer jugarretas de
colegio de monjas. Deje de retorcer el calendario. Deje de esconderse
detrás de sus subordinados y de cualquier advenedizo, presto a servirle
de bayeta, como Rivera. Deje de prolongar la agonía de un país que trata
de salir del hoyo en donde lo ha metido usted.
¿No ve que la prensa
internacional no da crédito al abuso de esta situación? Ya sé que no es
el Marca y que usted no lo leerá pero el New York Times lleva meses hablando de la "parálisis de España".
Por último, deje de destruir su propio partido en el que es imposible
que no haya corrientes de resistencia a su absurdo empecinamiento en
gobernar un país que no lo quiere a usted ni como conserje. Y deje de
creer que el Rey es usted, en el fondo su verdadero problema, como
siempre pasa con los espíritus de dictadores.
Porque ¿qué significa esa afirmación suya de que seguirá intentándolo después de la segunda votación negativa?
¿Se cree usted el Rey? Con sus segundas calabazas debajo del brazo,
usted tiene que ir a La Zarzuela a reconocer que ha fracasado y devolver
la iniciativa al monarca que ya verá a quién designa, después de una
nueva ronda de conversaciones. ¿Qué es eso de que "lo seguirá
intentando" como si se tratara de una heroicidad suya y servicio a la
Patria frente a los empecinamientos de sus adversarios?
De
heroicidad, su comportamiento de garrapata no tiene nada. Escondido,
parapetado, aferrado al sillón se ha tirado usted más de sesenta días
desde las elecciones sin hacer nada porque, entre que es usted un
incapaz y no hay nada que hacer, su margen es más bien escaso. Usted
pretende seguir gobernando como si aquí no hubiera pasado nada. Como si
usted no estuviera bajo sólida sospecha de corrupción de haber cobrado
400.000 € de la caja B y aparecer cuarenta y tantas veces en los
"papeles de Bárcenas", como si su partido no fuera una presunta
organización de malhechores. Usted no quiere saber nada de eso y su
socio ciudadano, que tantos grititos daba contra la corrupción, tampoco.
Es lógico. Se trata de un verdadero mar, un océano de corrupción y
ustedes se pierden en ella. Vamos a ordenarles algunos datos:
El PP está acusado por diversos conceptos o investigado en cinco procesos penales.
Tiene
imputados, procesados y/o condenados a: 4 ex-ministros de Aznar y usted
mismo; 4 expresidentes de Comunidades Autónomas; 6 ex-diputados y
ex-senadores; 17 ex-consejeros de CCAA; 9 ex-diputados autonómicos; 7
ex-presidentes de diputaciones; 11 ex-alcaldes; 4 tesoreros nacionales
del partido; 3 gerentes territoriales. Hay que añadir algunos otros
casos como el de la corporación municipal de Valencia en pleno con la
inenarrable señora Barberá a la cabeza. Quien quiera confirmar o
contrastar datos o saber más de esta pocilga que acuda al documentado
reportaje del El Plural ¿Nos merecemos un presidente como este?
Sale
una muchedumbre. Una muchedumbre de sinvergüenzas. El PP es un partido
de neofranquistas sinvergüenzas. Usted no puede imponer que el país siga
desgobernado por esta gente, por utilizar un nombre suave. Y hasta los
timoratos y gazmoños que se escudaban en el superior interés de España y
su estabilidad (muchos de ellos socialistas) para pedir la abstención
del PSOE se han callado abrumados por la evidencia. Un no-gobierno es
mejor que un gobierno de esta tropa.
Y luego, elecciones, el normal procedimiento en democracia de resolver estas situaciones.
Diz que hay otras opciones. Sobre eso, el post siguiente.
La única alternativa a Rajoy son las elecciones
Retornan los de Podemos, hasta ahora
silentes por si el PSOE, al abstenerse y facilitar un gobierno de Rajoy,
les sacaba las castañas del fuego. ¿No era el PSOE la misma mierda
que el PP? Pues le correspondía abstenerse, según el manual de
marxismo-leninismo, para que Podemos brillara como la "verdadera" y la
"auténtica" oposición. El NO es NO del PSOE no se lo esperaban. No les
dio tiempo a cambiar su discurso y, al retorno del bronce, hace un par
de días, Iglesias hacía una de sus habituales declaraciones en las que
va de sobrado y muy siete machos, diciendo que en el PSOE había tres o
cuatro corrientes internas y que se dejara de marear, supongo que la perdiz.
Hoy,
con la votación de investidura ante las narices, está ya todo claro. NO
es NO. Y Podemos viene, como siempre, hablando de mano tendida y
"alternativa de izquierdas" para convencer a un secretario general
contra cuya candidatura votó hace unos meses junto al PP. Se entiende
que salga Errejón a echarle voluntad al asunto, a ver si convence. Pero
no sirve de nada porque el que manda en Podemos es Iglesias, tanto que
Anguita ha decidido abandonar la política, habiendo dejado, eso sí, a su
discípulo Monereo de intelectual orgánico de guardia para que no haya
sucias componendas con la banda de la cal viva. La pregunta es obvia:
¿qué crédito tiene Iglesias? Y la respuesta no lo es menos: ninguno. El
hombre no es leal, no es claro, dice una cosa y hace otra y está siempre
animado del revanchismo de los viejos comunistas frente a los
socialdemócratas aburguesados y poltrones.
Además,
como siempre, vende la piel del oso antes de cazarlo. Afirma Errejón
que hay una alternativa de izquierdas, pero no es cierto. Sus votos
tampoco dan. Solo lo harían contando con los indepes catalanes. Pero
estos exigen un referéndum que los socialistas no van a autorizar en
ningún caso. Por eso, Tardá, de ERC, ha anunciado ya su voto "no" a
Sánchez. ¿De dónde saldría la alternativa? De que creyéramos que Podemos
podría convencer a los indepes, dado que admite el referéndum.
Cualquiera que tenga idea de política catalana sabe que los indepes
desconfían igual de Podemos que del PSOE.
En
consecuencia, la solución más cómoda y democrática es ir a terceras
elecciones. Palinuro se pasó meses desgañitándose por la unión de la
izquierda, PSOE y Podemos (con muchos listos de Podemos diciéndole que
era de bobos considerar al PSOE de izquierdas) con los indepes
catalanes. Pero ya no lo considera viable, vista la mala fe de Podemos.
La mejor alternativa son las elecciones que no tienen por qué ser en
Navidad si el Parlamento se pone de acuerdo en reformar la LOREG, según
iniciativa del PSOE y celebrarlas el 18 de diciembre.
Esas
elecciones prometen ser muy reveladoras. Es del dominio común que
serían un fracaso para los dos partidos emergentes y consolidarían a los
dinásticos, dejando una situación más favorable a un posible gobierno
de coalición. ¿De que coalición? Eso es lo que decidirán los ciudadanos
en su momento.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED
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