Arranca la semana decisiva, pero los actores protagonistas andan de
puente de Santiago. Y sigue todo paralizado, bloqueado. Mañana comienza
la ronda de reuniones con el Rey, a quien ha cabreado más que mucho
que Albert Rivera, y algún otro, haya pretendido trasladarle la presión a
él. Me dice una persona que habla con él, que “Felipe VI cree que Rivera
ha estado torpe, y ha acreditado no conocerle a él ni a la Casa. No gusta
nada, pero nada, que alguien pretenda que juegue un papel que no le
corresponde constitucionalmente. El Rey no es responsable de los errores
de los partidos, y lo que han podido conseguir entre todos es que su
neutralidad sea extrema. No le van a cambiar el paso, pero le han
cabreado”.
Una de las alternativas que barajan si cuando el jueves termine la
ronda no hay acuerdo para que Rajoy salga a la segunda es que,
inspirados en episodios madrileños que fueron oscuros, Rajoy decida no
presentarse y forzar la disolución de las Cámaras y la convocatoria de
elecciones sin pasar el trago de padecer una sesión de investidura
fracasada. Rajoy no quiere ser Sánchez. Por este camino Moncloa
pretendería, de paso, restarle presión al Rey, aunque la jugada tenga
muchos riesgos para todos, los partidos y Su Majestad, en la medida que
pudiera ser interpretado como una operación en parte fraudulenta por su
dudosa constitucionalidad.
Rajoy sigue insistiendo en que él no se va a someter a la investidura
si no tiene garantizado que sale. Y a día de hoy no hay forma. En el
equipo del presidente en funciones me dicen que “la responsabilidad es
del PSOE y Ciudadanos. Sánchez está en intentar a toda costa que Rajoy
pase el mismo trance que él, presentarse a la investidura para no salir,
y eso no va a suceder. Y Rivera, que no sabemos muy bien a qué juega,
además de estar muy mal asesorado por un periodista en apuros, pretende
ahora forzarnos a sustituir a Rajoy por otro para posibilitar un
Gobierno del PP, y esto tampoco va a suceder. O sea, que, en definitiva,
Sánchez y Rivera no es que no quieren en el fondo posibilitar un
Gobierno presidido por Rajoy, es que lo que desean es liquidarle. Pero
aquí no somos bobos”.
El mismo interlocutor me dice que en Presidencia y en Génova 13 no se
entiende que “Rivera no se haya dado cuenta aún de que, si de verdad
quiere sacar adelante una agenda regeneracionista, está en disposición
de sacarle a Rajoy lo que quiera. Puede pedir lo que desee porque se lo
va a dar, lo necesita. Y puede vetar o imponer nombres. Si de verdad
quiere que haya Gobierno, que juegue sus cartas porque puede
posibilitarlo, y poner en un brete al PSOE. Pero tenemos dudas de que
sea de verdad lo que quiere, y la situación no avanza”.
Y la rumorología que no cesa. Hay quien dice que hay pactos secretos
que saldrán a la luz cuando termine la ronda de entrevistas con el Rey.
Otros aseguran que hay reuniones secretas de Rajoy y Rivera, e incluso
de Rajoy con Sánchez. No habla y no se para de pactos secretos
vergonzantes del PP con los nacionalistas. Lo cierto es que mañana
martes el Rey comienza a recibir a los líderes de los partidos políticos
en una ronda de consultas que terminará el jueves, de modo que el
viernes Ana Pastor, presidenta del Congreso, podrá anunciar si convoca
debate de investidura o no.
Rajoy, cuando hace unos días pensó que lo tenía hecho, filtró que la
votación de investidura sería los días 3 y 5. Ahora se habla del 9 y el
11. Pero lo cierto es que a día de hoy, de lo conocido, el bloqueo es
cierto. Y en el PP y en Moncloa lo que le piden a Rajoy es que no acepte
un encargo del Rey sin tener absolutamente garantizado el éxito. Y
tiene muy claro que no va a someterse a una investidura fallida para
poner en marcha el reloj constitucional de modo que lo que suceda es que
después del verano Ciudadanos y PSOE acepten apoyar un Gobierno del PP
pero con otro presidente que no sea Rajoy.
Y el personal estupefacto, ir a unas terceras elecciones sería
nefasto, tendrías severas consecuencias políticas, económicas, sociales e
institucionales y colocaría a España en una situación crítica, sin
precedentes en ninguno de los países de nuestro entorno. Allá ellos con
su responsabilidad.
(*) Periodista
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