domingo, 27 de marzo de 2016

Pablo Iglesias va a por todas / Marcello *

Los nietos políticos del fascista belga León Degrelle han reaparecido por las calles de Bruselas como ratas que acuden al fétido olor de la dinamita terrorista esparcida por la ciudad. Son los mismos que en otros países de Europa se movilizan contra los refugiados que huyen desesperados de las guerras de Siria, Libia e Irak.

Menuda racha han vivido los belgas mientras los españoles retozaban al sol y entre ellos los políticos que no han pegado ni chapa gracias a la Semana Santa. Hasta el punto que la política se ha quedado bloqueada en el tiempo y puede que por ello (y dicen que para ahorrar energía) se ha decidido adelantar en una hora el reloj. Pero ahora se reanuda otra semana de pasión en Madrid con Sánchez enseñando los dientes a sus adversarios y su compañera Susana Díaz meciéndose en el trono de la Macarena a la espera de que los ‘armaos’ la lleven en andas a Madrid.

Sánchez está para pocas bromas porque le crecen los enanos mientras Iglesias se mesa la barba y mira de reojo a Errejón que castigado sigue en su rincón de Podemos a la espera que se desvele el misterio de las ‘deslealtades’ que denunció ‘el coleta’ sin señalar a nadie aunque todo apunta a que se refería a Pascual y a Errejón. A los que habrían pillado haciendo manitas con A. Hernando y Sánchez, en lo que algunos de la guardia pretoriana de Iglesias habrían calificado de ‘alta traición’.

Como en todas partes el debate político español es de lucha de poder. Nada de programas o ideologías. De lo que se trata es de controlar el poder de los partidos o del gobierno de la nación. Y todo eso que, por ejemplo, se habla en Podemos de política transversal, federalista o de más o menos a la izquierda, son florituras para disimular la lucha más o menos encarnizada por controlar Podemos con el viejo estilo de los partidos comunistas de antes, hoy llamados anti capitalistas. O sea, ni círculos, ni asambleas, ni federaciones, donde hay patrón, y ese hoy es Iglesias, no mandan marineros.

Y menos aún cuanto están a punto de anunciarse unas elecciones en las que Podemos, sus confluencias e IU si van juntos, podría convertirse en el segundo partido de España y derrotar al PSOE. Y vistas así las cosas tenemos que decir que Iglesias tiene razón: o le dan la vicepresidencia del Gobierno para asaltar desde el centro la fortaleza del PSOE, o no hay pacto con Sánchez y la nueva izquierda radical intentará vengar al viejo PCE buscando el liderazgo de la izquierda española a modo y manera de lo que Alexis Tsipras hizo en Grecia con el Pasok.


(*) Pseudónimo de un veterano periodista cordobés


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