domingo, 22 de noviembre de 2015

Mal gobierno / Alberto Aguirre de Cárcer *

La exalcadesa Pilar Barreiro, que se ufanaba de mandar mucho en Cartagena, tenía clavada muy honda la espina de no poder controlar la UPCT, la Autoridad Portuaria o ‘La Verdad’. Como otros políticos, Barreiro quería prensa servil y actuaba en consecuencia, limitando el acceso a la información de interés para nuestros lectores, lo único que duele a un medio de comunicación independiente que se sobra y se basta con el apoyo de su audiencia y anunciantes. 

El bastón de mando está hoy en manos del líder de Movimiento Ciudadano, José López, que gobierna en coalición con el PSOE y quien ante las primeras informaciones de la prensa local que no han sido de su gusto reaccionó con todo tipo de genéricas descalificaciones públicas, a cual más peregrina. En paralelo ha creado una web institucional con informaciones sobre la acción de su equipo de Gobierno, en clave muy personal, y réplicas a los partidos de la oposición. El alcalde está en su derecho de dirigirse directamente a los cartageneros, pero confunde información con propaganda y eso no le exime de la rendición de cuentas ante quienes, con sus preguntas, dan respuesta al derecho a la información de los ciudadanos. 

Escocido por las críticas a su política informativa, el pasado viernes se negó también a responder a los periodistas sobre los asuntos de actualidad del municipio y les remitió al plasma de la web gubernamental. No es el mejor ejemplo de buen gobierno. Los medios de comunicación ejercen una función social relevante en las democracias y tienen el deber constitucional de difundir información veraz sin violar el derecho al honor, la imagen y la intimidad de las personas. 

Aquellos que ejercen con rigor y profesionalidad su cometido deben someterse también al escrutinio, a la crítica razonada y a la rectificación de sus errores de ‘motu proprio’ o por los cauces que marca la ley, pero en ningún caso pueden ceder en sus obligaciones por muy intensas y reiteradas que sean las descalificaciones, las presiones o los intentos de mordaza.


(*) Periodista y director de 'La Verdad'


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