Ahora son ellos los que interrogan a los periodistas en las ruedas de
prensa. Les hacen preguntas retóricas para llevarlos a su terreno, donde
fingen coherencia al minuto siguiente de exhibir sus renuncias.
Ya no
admiten preguntas que no sean de corta y pega, y se levantan de la mesa
de conferencias con desplante torero para disimular que en realidad se
están bajando los pantalones. No pueden evitar la cara de cabreo tras el
velo de una sonrisa que en realidad es el gesto premonitorio de la
dentellada.
Saben que los tenemos calados, ya no pueden ocultar sus
vergüenzas, y se enfadan con nosotros, los ciudadanos, cuanta más
incapacidad e impotencia descubren en sí mismos. Ya da igual lo que
digan porque siempre es mentira.
Decía un colega: “El periodismo acaba donde empieza una rueda de
prensa”. Pero estos tíos las vienen haciendo tan gordas que ya no
aguantan ni una simple rueda de prensa.
http://blogs.laopiniondemurcia.es/angelus/
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