El proyecto de aeródromo civil en Corvera, promovido por la propia Comunidad Autónoma gobernada por el PP, se encuentra "de facto" ralentizado por el propio gobierno autónomo desde hace meses ante la negativa de los teóricos inversores privados de poner un sólo euro para la realización de las obras sin un compromiso previo del Estado para cerrar la terminal civil del aeropuerto de San Javier, ahora en pleno proceso de ampliación ante la media de 150.000 pasajeros al mes, porque dos instalaciones, tan cercanas, abiertas en paralelo, evitaría la más mínima rentabilidad económica del primero. Y las probables pérdidas, su déficit de explotación, tendrían que ser con cargo a los ya muy cargados presupuestos regionales, ahora muy mermados ante la fuerte inversión, injustificable del todo, para montar una TV autonómica innecesaria, en vez de realizar inversiones estratégicas en verdaderos centros de investigación, avanzados hospitales públicos y un renovado sistema de enseñanza pública a tres niveles.
Pero el Gobierno central no está, en modo alguno, dispuesto a contraer ese compromiso y privar a los murcianos de un servicio público asegurado, y financiado por todos los españoles, ante las crecientes incertidumbres que rodean un proyecto muy dudoso por la constante alza en el precio del crudo de petróleo y un sector turístico en crisis por la fuerte competencia en precios, servicio y valor añadido de varios países mediterrános europeos y no europeos. Los supuestos sobre los que se concibió la idea aeroportuaria de Corvera han variado hoy en sentido contrario a lo esperado, y las instalaciones de San Javier han mejorado tanto, así como sus elementos técnicos, nueva torre de control y unas pistas ampliadas, que ahora se considera más que suficiente para atender una demanda sostenida de uso, incluso de mejores perspectivas, para la Región de Murcia y su supuesto despegue turístico, aún por constatar pese a los estudios interesados de los últimos días, que lo dan precipitadamente por consolidado.
Ante la situación firme del Estado y las fuertes inversiones públicas en las instalaciones de San Javier y El Altet, que aseguran más que de sobra una completa accesibilidad por vía aérea a toda la Región de Murcia (yeclanos y jumillanos se encuentran a tiro de piedra de Alicante y Elche) en una perspectiva de veinticinco años, el señuelo de Corvera en este momento es puramente electoral pese a la "luz verde", por fín, de todas las instancias administrativas de navegación aérea y pese a los "deberes mal hechos" a propósito, por el consejero Bascuñana, ante el plante del capital comprometido, que ahora no ve claro para nada otro de los sueños de nuestros dirigentes.
Pero el Gobierno central no está, en modo alguno, dispuesto a contraer ese compromiso y privar a los murcianos de un servicio público asegurado, y financiado por todos los españoles, ante las crecientes incertidumbres que rodean un proyecto muy dudoso por la constante alza en el precio del crudo de petróleo y un sector turístico en crisis por la fuerte competencia en precios, servicio y valor añadido de varios países mediterrános europeos y no europeos. Los supuestos sobre los que se concibió la idea aeroportuaria de Corvera han variado hoy en sentido contrario a lo esperado, y las instalaciones de San Javier han mejorado tanto, así como sus elementos técnicos, nueva torre de control y unas pistas ampliadas, que ahora se considera más que suficiente para atender una demanda sostenida de uso, incluso de mejores perspectivas, para la Región de Murcia y su supuesto despegue turístico, aún por constatar pese a los estudios interesados de los últimos días, que lo dan precipitadamente por consolidado.
Ante la situación firme del Estado y las fuertes inversiones públicas en las instalaciones de San Javier y El Altet, que aseguran más que de sobra una completa accesibilidad por vía aérea a toda la Región de Murcia (yeclanos y jumillanos se encuentran a tiro de piedra de Alicante y Elche) en una perspectiva de veinticinco años, el señuelo de Corvera en este momento es puramente electoral pese a la "luz verde", por fín, de todas las instancias administrativas de navegación aérea y pese a los "deberes mal hechos" a propósito, por el consejero Bascuñana, ante el plante del capital comprometido, que ahora no ve claro para nada otro de los sueños de nuestros dirigentes.
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