lunes, 10 de agosto de 2015

El petróleo bate récords a la baja / Primo González *

Las previsiones que se formularon a principios de julio sobre el previsible retroceso adicional en los precios del petróleo se han confirmado, ya que en mes y medio el precio del crudo ha caído en torno a un 20%. La cotización internacional ha bajado por debajo de la barrera de los 50 dólares en los últimos días, lo que significa que en un año el abaratamiento del crudo ha superado el 53%. 

En lo que va de año, los precios están un 11% por debajo de lo que marcaban con el cierre del año 2014. En los primeros meses hubo una cierta recuperación, pero desde junio para acá todo ha vuelto a reflejar una tendencia bajista que diversas circunstancias están favoreciendo. Algunos países productores incluso están padeciendo caídas superiores, como es el caso de Venezuela, cuyo precio ha rondado en los últimos días los 43,15 dólares el barril.

La caída de los precios responde a diversos factores, según señalan los analistas de este complicado mercado mundial. Uno de ellos es el exceso de oferta que existe en el mercado y que se sitúa por encima de los 3 millones de barriles diarios, un volumen excesivo para devolver la estabilidad a los precios de esta materia prima energética.

La oferta excesiva tiene algo que ver con una cierta debilidad de la demanda causada, como empieza a ser habitual en los indicadores de los últimos meses, por el menor ritmo de crecimiento de China, del que se deriva una menor demanda de crudo en los mercados internacionales. El impacto de la demanda china se deja notar con especial virulencia debido a la elevada cuantía de sus importaciones y de los elevados consumos que requiere la segunda mayor economía del mundo.

Pero en paralelo a la debilidad de la demanda, la oferta de crudo está creciendo de forma desproporcionada para lo que es el entorno económico mundial, con pocos países jugando el papel de locomotoras. Los aumentos de producción están reflejando las dificultades económicas y políticas de algunas economías así como el desesperado intento de mantener la cuota de mercado. 

Rusia, por ejemplo, se encuentra produciendo a ritmo de 10,7 millones de barriles diarios, que es una cifra bastante elevada para su nivel de reservas, pero que refleja el desesperado intento del país por superar la crisis económica interna. Estados Unidos está batiendo récords de producción: 9,5 millones de barriles salen en estos momentos de sus pozos) para mantener y consolidar su autosuficiencia energética. Arabia Saudí no quiere perder cuota de mercado y también está en niveles récord de producción, cerca de 10,5 millones de barriles diarios.

 En suma, tras países que lideran la producción mundial están esforzándose por batir sus récords de producción en una competición bastante insólita, cuya consecuencia se deja sentir en los precios del petróleo.

En un plazo de tiempo no muy dilatado, otros tres países pueden unirse a la hora de reforzar los niveles de oferta, Irán, Irak y Libia, los tres en condiciones políticas peculiares que no les han permitido en el pasado aportar a los mercados mundiales de crudo todo el petróleo que sus condiciones naturales y la situación de su industria petrolera les permitían, Esta situación puede cambiar de forma más o menos simultánea, lo que se podría traducir en una aportación adicional de hasta 3 millones de barriles diarios de petróleo sumando la mejor posición de los tres, aunque en la más modesta de las hipótesis, su aportación no sería inferior en conjunto a 2 millones de barriles diarios de crudo adicional al que ahora ya exportan.

Por lo tanto, un factor más adicional en favor de la prolongación de los excesos de oferta susceptibles de inducir a la baja en los precios del crudo. La prolongación en el tiempo de este nuevo equilibrio en el mundo del petróleo parece garantizar a medio plazo un petróleo barato y abundante. Que eso sea bueno para el futuro de las economías consumidoras y para la salud del propio sector petrolero, son cuestiones de otra dimensión que habría que valorar por separado.

(*) Periodista y economista

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