MURCIA.- Los promotores inmobiliarios murcianos han dejado claro que
no están en contra de la protección ambiental, ya que entienden que "hay
valores ambientales que se deben proteger por encima de todo, dado que
aportan valor a la sociedad y a la Región".
Sin embargo, muestran su rechazo a "proteger por proteger sin
criterios claros y transparentes, como si impedir cualquier tipo de
actividad sobre un suelo fuera sinónimo de protección".
Así se desprende del informe de la Asociación de Promotores
Inmobiliarios de la Región de Murcia (Apirm), que pone de manifiesto la existencia incluso de
ganaderos, agricultores y promotores que "han hecho más por la
preservación del medio ambiente que muchos ecologistas".
Prueba de ello es que hay informes de biólogos de reconocido
prestigio que afirman que "en determinadas zonas un desarrollo
urbanístico con campo de golf es más sostenible que una explotación
agrícola, consume menos recursos hídricos y facilita la nidificación de
especies autóctonas".
Por ello, el presidente de Apirm, José Hernández, afirma que este
escenario "está adquiriendo tintes especialmente preocupantes en los
últimos años por un exceso de regulación, o mejor dicho una regulación
extra".
Europa, a través de sus directrices, "nos impone una regulación en
materia medio ambiental y dicha normativa se traspone por el estado y
se convierte en legislación nacional y luego llegan las comunidades e
incorporan más protecciones, requisitos y obligaciones que convierten en
inviable cualquier proyecto".
En esta línea, Hernández llama la atención sobre el hecho de que
"ahora es un conjunto de factores los que están impidiendo poner en
marcha proyectos", dado que "a la ausencia de financiación y demanda se
une una legislación urbanística y planeamiento que no ayuda, una presión
fiscal que va en aumento y un exceso de burocracia que desincentiva la
inversión".
De ahí que considere que "no se ha definido una hoja de ruta a
seguir", tras lo que puntualiza que en estos últimos años "se han puesto
en marcha muchos proyectos de obra nueva para venta y ahora se dice que
debemos rehabilitar o alquilar viviendas y no iniciar nuevos
proyectos".
"Parece que solo se aceptan los extremos", lamenta.
Tras dejar claro que no se opone a la rehabilitación o el
alquiler, expresa su rechazo a "una economía dirigida desde el poder
público, porque a la sociedad hay que ofrecerle todas las opciones para
que libremente decida".
Para terminar, reflexiona argumentando que "ha llegado el momento
de no obsesionarse tanto por recortar gastos y centrarse más en generar
ingresos", abogando por "ver la forma de captar inversión y poner nuevos
proyectos en marcha".
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