El acuerdo de ayer del gobierno con las
comunidades autónomas en el Consejo de Política Fiscal y Financiera de
reducir el objetivo de déficit para 2013 al 0,7% (antes estaba fijado en
el 1,1%) supondrá un recorte adicional en el presupuesto regional de
Murcia de centenares de millones de euros en los dos próximos años.
Murcia ha votado
a favor en la mayor traición a los intereses de los murcianos, que ha
hecho el demagogo y finalmente sumiso de Valcárcel desde que es
presidente (sólo los más viejos se acuerdan ya de cuando entró al
gobierno el emperador de los murcianos). Murcia ha renunciado así a
alinearse con las comunidades (4) que se han opuesto -se han abstenido
incluso algunas como Castilla León o Extremadura, gobernadas por el PP-
para tratar que el Ejecutivo alivie su ajuste del déficit este ejercicio
(tiene que reducirlo del 3,3% de 2011 al 1,5%) tras la relajación
concedida por Bruselas para la meta de déficit total (del 5,3% previsto
inicialmente al 6,3%).
Todo esto
significa en el contexto actual que la sanidad, la educación y el resto
de la política social que constituye el grueso del gasto regional (hasta
el 80%) va a sufrir un grave recorte adicional que va a terminar de
destrozar la universalidad y calidad de estos derechos sociales en la
región. El déficit quiere decir que el dinero que se genera no alcanza
para pagar todas las cuentas, y alguien queda siempre sin cobrar, ya
sean empleados públicos, proveedores del Estado o servicios de cualquier
tipo. Ahora, cuando ya llevamos tres años de recortes regionales
severos, esta noticia supone que los murcianos se enfrentan a una
situación inédita en la que el colapso amenaza gravemente a nuestras
políticas sociales públicas, que serán insostenibles para el presupuesto
regional del que dependen.
Todo lo que hemos visto con la universidades públicas, los interinos, la dependencia, las subvenciones a organizaciones del Tercer Sector para atender a colectivos vulnerables, las transferencias a los municipios para atender programas básicos de servicios sociales, etc., van a sufrir una inimaginable nueva vuelta de tuerca. Sólo pensar en que se va a suprimir es un ejercicio de sadismo mental no apto para gentes sensibles.
Todo lo que hemos visto con la universidades públicas, los interinos, la dependencia, las subvenciones a organizaciones del Tercer Sector para atender a colectivos vulnerables, las transferencias a los municipios para atender programas básicos de servicios sociales, etc., van a sufrir una inimaginable nueva vuelta de tuerca. Sólo pensar en que se va a suprimir es un ejercicio de sadismo mental no apto para gentes sensibles.
La
prensa regional de hoy, cuya actitud general de silencio cómplice es ya
más que sonrojante, nada advierte sobre este evidente y gravísimo
acuerdo para los murcianos. Por otra parte el Gobierno ha vuelto a
amenazar ("advertir" en el lenguaje oficial) a las comunidades
incumplidoras -entre las que está muy destacadamente Murcia, junto a
otras siete (recordemos que Murcia tiene el mayor déficit, un 4,33 a
finales de 2011, tras Castilla-la Mancha y Extremadura)- con la
intervención, lo que agravaría mucho más la situación de la Región.
Montoro ha
dejado claro que nunca ha pretendido "mutualizar el riesgo de las
comunidades autónomas", y que el riesgo sigue correspondiendo a las
regiones", con lo que desmiente otra vez a Bernal que daba por hecho
los llamados "hispanobonos" a juzgar por sus reiteradas declaraciones en
la Región. A cambio se creará hay un "fondo" para financiar los
vencimientos de las comunidades autónomas, pero el ministro de Hacienda
ha puntualizado que no será para todas las regiones, que se usará de
manera "excepcional" y exigirá nuevas condiciones de saneamiento
presupuestario, O sea, que Murcia lo tendrá muy difícil para acogerse a
él.
Lo dicho: todas la luces rojas están encendidas para Murcia, y aquí
no parece haberse enterado nadie.
(*) Presidente del Foro Ciudadano de la Región de Murcia
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