Vladimir Padrino López,
Ministro de la Defensa
Y oficiales generales miembros del Alto Mando Militar;
Compañeros de armas.
Me dirijo a ustedes, en medio de la 
angustia que nos produce a los venezolanos el incremento de la tragedia 
nacional, para recordarles que la Fuerza Armada Nacional enfrenta uno de
 los retos más importantes de su historia. 
Ustedes, antes que nada, 
deben recordar que el sólido prestigio que tuvo nuestra Institución 
surgió de su capacidad para interpretar cabalmente la situación 
nacional, en momentos de crisis, y encontrarle una solución pacífica 
que, con aciertos y errores, siempre reorientaron a Venezuela por un 
nuevo rumbo. 
Ese es el reto que ustedes, oficiales activos, deben 
enfrentar. Permítanme, por mi edad y experiencia, plantearles algunos 
puntos de interés para que nuestra Institución logre salir airosa y se 
transforme en un actor fundamental en la solución de la creciente crisis
 nacional e internacional.
La Fuerza Armada Nacional debe realizar 
un certero análisis de la situación. Naturalmente, sin suficiente 
información es muy  difícil hacerlo, pero creo que puedo exponerles 
algunas ideas útiles para que ustedes entiendan  la percepción que 
existe en las mayorías nacionales.
El régimen madurista colapsó. Sus 
desaciertos fueron tales que han empezado a comprometer la paz de la 
República. Interpreten las manifestaciones populares de anoche. 
Respaldar a Nicolás Maduro obligaría a reprimir a nuestro pueblo. Esa 
sangre inocente caería sobre  nuestra institución. Protejan la marcha, 
impidan cualquier agresión de grupos violentos. También analicen con 
exactitud el mensaje del vicepresidente de Estados Unidos. No es momento
 de patrioterismo. Puede estar en riesgo la soberanía nacional.
Una situación tan compleja exige 
prudencia, reflexión y perspicacia. Es necesario encontrar una solución 
política que permita enfrentar, de inmediato, la creciente crisis que 
vive Venezuela. Creo que un camino posible de solución es presionar 
respetuosamente al señor Nicolás Maduro para que plantee públicamente 
una solución a la tragedia venezolana. 
Esas acciones podrían ser: la 
inmediata libertad de los presos políticos, militares y civiles; 
solicitar al Tribunal Supremo de Justicia  la suspensión de  la medida 
de desacato de la Asamblea Nacional y ordenar a los diputados del  PSUV 
incorporarse a las sesiones, a objeto de que designen nuevos magistrados
 del  CNE y del Tribunal Supremo de Justicia, y fije una fecha para 
realizar, en un plazo perentorio, unas elecciones presidenciales y de 
Asamblea Nacional.
En caso de que Nicolás Maduro no acepte 
el planteamiento de la institución armada, reconocer públicamente la 
legitimidad de la Asamblea Nacional y la designación de su presidente, 
Juan Guaidó, como encargado de la Presidencia de la República para que 
sea él quien realice las medidas políticas anteriores, entre ellas 
invitar a los diputados del PSUV a asistir a las sesiones de la Asamblea
 Nacional para lograr un acuerdo que permita superar la crisis, nacional
 e internacional, que enfrenta Venezuela. 
De no asistir a dichas 
sesiones se tomarían las medidas convenientes sin su presencia. Un 
aspecto a resolver, ante la decisión de Nicolás Maduro de no tomar las 
medidas sugeridas por ustedes, es pedirle que abandone el país con su 
familia. También deberían hacerlo los altos funcionarios que así lo 
deseen.
Un aspecto fundamental es mantener la 
unidad de la Fuerza Armada Nacional para tener la capacidad operativa 
para enfrentar los grupos armados, organizados ilegalmente por el 
régimen madurista, que quieran enfrentar a la institución armada y al 
nuevo gobierno. La obligación de ustedes es colaborar con los 
venezolanos para mantener la paz y la concordia nacional. 
Esta forma de 
acción no sería un golpe de Estado y mucho menos una traición a su 
juramento de soldado. Ustedes estarían cumpliendo cabalmente el artículo
 333 al restablecer la vigencia de la Constitución Nacional y del Estado
 de Derecho. Reflexionen con sentido patriótico. El destino de Venezuela
 está en sus manos.
Cordialmente,
(*) Ex ministro de Defensa de Venezuela, ex ministro de Relaciones Exteriores, General de División retirado del Ejército, abogado y diplomático.

 
 
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