
La compañía solicitó el pasado 22 de diciembre en el decanato de los juzgados de Murcia autorización para acogerse a esta modificación de la Ley Concursal. La petición ha recaído hoy en el Juzgado de lo Mercantil nº 2 de Murcia, según indicaron fuentes judiciales.
La posibilidad de que una empresa en estado de insolvencia cuente con un margen para negociar un convenio de pago a acreedores, sin que ninguno de éstos inste su concurso, se recoge en el artículo 5.3 de la Ley Concursal.
Este artículo, tras la reforma de la norma de 27 de marzo de 2009, establece que "el deber de solicitar la declaración de concurso no será exigible al deudor que, en estado de insolvencia actual, haya iniciado negociaciones para obtener adhesiones a una propuesta anticipada de convenio y, dentro del plazo establecido en esta Ley, lo ponga en conocimiento del juzgado competente para su declaración de concurso".
"Transcurridos tres meses de la comunicación al juzgado, el deudor, haya o no alcanzado las adhesiones necesarias para la admisión a trámite de la propuesta anticipada de convenio, deberá solicitar la declaración de concurso dentro del mes siguiente", añade el texto legal.
Las mismas fuentes de Polaris World indicaron que no se trata de una solicitud de concurso, sino de una medida a la que las empresas pueden recurrir cuando están en proceso de negociación de su deuda, de forma de que durante esos tres meses ningún acreedor puede instar el concurso.
El pasado junio, Polaris World estuvo negociando reducir a cero su deuda con sus principales acreedores, Bancaja, CAM, Banco Popular, Banco de Valencia y Cajamurcia, que ascendía, según publicaron algunos medios en su momento, a 900 millones de euros, que se destinaron a financiar la construcción de varios de sus complejos turísticos en la Región de Murcia.
Esa negociación pasaba por que la empresa murciana cediese parte de sus activos a los bancos acreedores, que podrían pasar a ser propietarios de la mayoría de los seis complejos residenciales de Polaris, aunque la empresa conservaría la capacidad para comercializar los apartamentos y gestionar los hoteles.
Apostó desde su fundación por un modelo de turismo residencial con grandes complejos que ofrecían servicios completos a sus habitantes y que se comercializaban entre compradores de fuera de España, en un 65% procedentes del Reino Unido.