CARTAGENA.-La revista científica Environmental Science and Pollution Research publica los resultados de una investigación realizada en el actual Ensanche de Cartagena, según la cual la contaminación del subsuelo por metales pesados en la zona del Ensanche, en Cartagena, comenzó mucho antes de la época romana.
Ésta es una de las conclusiones a las que ha llegado un
equipo multidisciplinar de investigadores de la Universidad de Murcia,
Universidad Politécnica de Cartagena, el Museo Arqueológico de Cartagena
y la Universidad Politécnica de Madrid.
En el proyecto, financiado por
el Ministerio de Ciencia y Tecnología, ha participado el profesor
emérito de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) José Ignacio
Manteca, especializado en yacimientos minerales y en la historia minera
de la Sierra de Cartagena.
El proyecto, denominado 'Carthago-Nova.
Topografía y Urbanística de una urbe mediterránea privilegiada' dirigido por el doctor Sebastián Ramallo Asensio de la Universidad de
Murcia, descubre, entre otras muchas cuestiones, que el origen de la
contaminación de los suelos por metales pesados en el entorno de
Cartagena se remonta a hace 4.500 años, un resultado que contrasta con
la creencia existente hasta ahora, que exponía que el origen de este
tipo de contaminación coincidía con la fundación de la ciudad portuaria
hace unos 3.000 años.
" Hemos comprobado que la contaminación
por metales pesados es mucho más antigua de lo que se creía. Hasta ahora
pensábamos que tuvo un auge con la actividad minera de los romanos,
pero no, el origen es muy anterior", asegura el profesor Ignacio
Manteca.
Durante más de un año los investigadores han estudiado el
entorno del Ensanche-Almarjal, una laguna que durante siglos ocupó la
zona al norte del casco antiguo.
En este sentido, y mediante la técnica
del carbono 14, han establecido que la antigua laguna El Almarjal se
formó hace unos 8.400 años. "Los sedimentos de esta laguna, que hemos
reconocido mediante sondeos, son como un gran archivo donde han quedado
registradas los cambios de las condiciones medioambientales de la zona a
lo largo de miles de años".
Según este investigador, los
contenidos de metales varían con la edad de los sedimentos. Con
anterioridad a los 4.500 años los sedimentos de la laguna tienen "bajos
valores" de metales, y es a partir de los 4.500 años de antigüedad
cuando "aparecen fuertes incrementos que indican que ya había una
actividad industrial minero-metalúrgica, aunque de carácter
discontinuo".
Posteriormente a partir de los 3.550 años de antigüedad
esa actividad industrial se hizo más contínua y produjo una
contaminación más alta, con valores en los sedimentos del orden de los
2.000 ppm (partes por millón) de plomo e incluso superiores,
prolongandose hasta finales de la época romana.
Los puntos en los
que han encontrado mayor contaminación estaban en los bordes de la
laguna junto a la ciudad, y concretamente frente a la desembocadura de
las pequeñas ramblas que drenaban la antigua urbe. Una de estas ramblas
desembocaba entre el monte Sacro y El Molinete, y otra entre el Cerro
del Molinete y el de La Concepción.
Esto demuestra que algunas
industrias metalúrgicas contaminantes debían estar en la propia ciudad;
lo que hace suponer que sus habitantes probablemente debían tener
graves problemas de salud".
Los investigadores también han
comparado el resultado de su proyecto con otro muy similar llevado a
cabo en Huelva, en la desembocadura de los ríos Tinto y Odiel. "En la
zona de Huelva la actividad minera también comenzó hace 4.500 años, esto
confirma nuestras conclusiones sobre la minería de Cartagena;
probablemente eran comunidades que iban de un lado a otro, entre
los yacimientos de Río Tinto y los de Cartagena", añade Manteca (en la imagen inferior).