MURCIA.- Siete miembros del Comité Científicó del Mar Menor emitieron este
miércoles un comunicado en el que muestran su rechazo, al menos por el
momento, a la decisión de la Comunidad Autónoma de dragar las golas del
Mar Menor para «evitar su aislamiento».
Los firmantes (Miguel
Angel Esteve Selma, Rosa Gómez Cerezo, Julia Martínez Fernández, Mar
Torralva Forero, Francisco Robledano Aymerich -los cinco de la
Universidad de Murcia-, Francisca Giménez Casalduero -Universidad de
Alicante- y Gonzalo González Barberá -Cebas-CSIC-) niegan que el órgano
asesor haya dado el visto bueno a esta actuación, que está aún pendiente
de estudio y consenso en dicho Comité.
La Comunidad se ampara
para la toma de dicha decisión en las conclusiones del grupo de trabajo
de hidrodinámica, constituido para investigar la relación entre el
calado de las golas y el volumen de intercambio de agua entre el Mar
Menor y el Mediterráneo.
Sin embargo, dichas conclusiones debían ser
posteriormente evaluadas de cara a autorizar cualquier intervención,
algo que según los firmantes no ha ocurrido.
"Para evaluar las
consecuencias de potenciales dragados es necesario tener en cuenta sus
impactos sobre la ecología lagunar, las comunidades biológicas, las
especies protegidas y los hábitats existentes en la laguna, en
Marchamalo y en las Encañizadas, aspectos todos ellos que, como es
lógico, no forman parte de los objetivos del grupo de trabajo de
Hidrodinámica y, por tanto, no aparecen en su informe", subrayan estos
integrantes del órgano.
"Los miembros del Comité Científico del
Mar Menor somos muy conscientes de que las opiniones del mismo son
tenidas en cuenta por muchos ciudadanos preocupados por la situación
actual del Mar Menor. Por ello queremos aclarar que este Comité no votó
ninguna actuación", aclararon.
Los firmantes insisten así en que
"es imprescindible evaluar todas las consecuencias ecológicas de un
posible dragado antes de tomar decisión alguna", ya que, por ejemplo,
las Encañizadas, lugar donde este se llevará en principio a cabo, "son
parte de la identidad misma del Mar Menor y cualquier acción que pudiese
afectarlas o alterarlas supondría una profunda afección, añadida.
"Además, las Encañizadas constituyen un ecosistema enormemente frágil y
vulnerable y albergan un hábitat (1140) único en el contexto europeo",
destacan.
Asimismo, subrayan, "frente a ellas se encuentra la
población de la especie protegida 'Pinna nobilis', constituida por los
supervivientes de la crisis de eutrofización del Mar Menor y de la
fulminante epidemia que está provocando su mortandad masiva en el
Mediterráneo. Esta especie ha sido declarada recientemente en peligro
crítico de extinción y las Encañizadas constituyen uno de los pocos
reservorios de la especie en el litoral mediterráneo", añaden.
"Tampoco
hay que olvidar las múltiples figuras de protección de las que gozan
las Encañizadas, incluidas las figuras internacionales: LIC, ZEPA,
Ramsar y ZEPIM, lo que justifica que las autoridades internacionales
correspondientes (Comisión Europea, Secretaría Internacional Ramsar y
Secretaría del Convenio Internacional de Barcelona) estén muy atentos a
cualquier actuación que se realice en esta zona", concluyen dichos
científicos.