

Francisco Poveda
Las mafias del ladrillo, la inmigración y la prostitución se han hecho especialmente fuertes y ya controlan, en gran medida, la vida política y económica del Bajo Guadalentín, incluyendo una penetración bastante efectiva en algunos medios de comunicación locales, creados “ad hoc” para “anestesiar” a la población frente a esta nueva “cirugía” social. Están mandando realmente desde la sombra, vidriosos personajes que nunca podrían obtener en las urnas su actual poder por su condición de lumpen pero que, en todos los casos, creo se inclinan por un mismo partido.
La policía lo sabe, pero no termina de actuar, contra las verdaderas cabezas… muy conocidas por socialmente relevantes. ¿Eusebio, Sebastián, Pedro, Gerardo, Miguel, Juan, Carlos, Vicente…? Todos déspotas, hoy crecidos ante la ausencia de una verdadera reacción del grueso de la ciudadanía ante su desafío. Ellos siguen viviendo tranquilos pese al ruido.
Poblaciones como Alhama, Totana, Mazarrón, Lorca y Águilas, especialmente, afrontan de esa manera su destino de marginación territorial en el nuevo orden económico mundial que impone la globalización mientras sus elites optan por la vía de la criminalización como alternativa de supervivencia tras el fin de la agricultura y la pesca como principales actividades productivas y medio de vida en esta comarca.
Ahora todo se cifra en el ladrillo y en el incierto turismo consiguiente. Y en el centro del cuadro, siempre la misma entidad de crédito y los mismos grandes capos autóctonos, por muchos no denunciados. Hay que vivir aunque sea como cobardes y/o amorales. Vaya precio ¿no?
El espectáculo de algunos de sus alcaldes en juzgados y fiscalías, plenos municipales que evidencian sin pudor la entrega incondicional de muchos representantes públicos al ladrillo, súbitas recalificaciones de terrenos rústicos en plena modernización de regadíos, opacidad administrativa absoluta, explotación de inmigrantes legales e ilegales, proliferación de prostíbulos en campos y caminos, cocaína a manta, circulación grosera de billetes de 500 euros y una economía sumergida que no cesa, de hombres, mujeres y ¿niños?, indican lo cierto de esta triste realidad. Pero casi seguro que no pasará nada, como hasta ahora, si la ciudadanía no lo exige como se debe.
Los nuevos capos ordenan lo que se tiene que hacer, algunos políticos se han convertido ellos mismos en capos por vocación, otros cargos públicos están enredados en la madeja tejida por las mafias en torno al urbanismo, hasta hay funcionarios a sueldo para pasar información estratégica confidencial y vigilar el cumplimiento de los compromisos sacados a esos gestores públicos a fuerza de maletín casi obligado de tomar.
La corrupción se ha hecho sistema en poblaciones sin futuro, costeras o no, y el todo vale es aquí código único de conductas individuales y sociales. El objetivo es tratar de envilecernos a todos. Porque, si proliferan gentes así, será porque existe un caldo de cultivo idóneo y no se puede dar otra cosa distinta. Digo yo…
Es un clamor el tren de vida de algunos ciudadanos cuarentones, sin perfil hasta hace poco tiempo, y que emergen desde el subsuelo social dando órdenes y decidiendo qué se hace y que no, en estos municipios en un permanente “estado de obras”. No son más que testaferros de personajes “respetables” de Murcia o Madrid, que no desean manchar sus manos y aparecer como lo que realmente son, para poder seguir manteniendo una apariencia social al tiempo que se ríen del Código Penal desde su impunidad más absoluta.
A pocas semanas de las elecciones, estas mafias (que se pueden reducir a una sola, de cuello blanco, y con nombres propios que llegan a invocar, todavía fuera de las rejas, a la Santísima Trinidad o al moño de la Pantoja desde la krueldad más absoluta y sin el menor atisbo de clemencia) tratan de colarle algún “gol” a los partidos democráticos en los municipios citados, para que les cuadren las cuentas de cara al ciclo democrático 2007-2011 y que salga adelante todo lo planificado legalmente y a marchas forzadas por los equipos cesantes, generalmente del PP en coalición con oportunas formaciones afines financiadas “ad hoc”. Todo atado, muy atado, relativamente.
Las tensiones pre listas que viven algunas formaciones, básicamente PSOE, IU y UDeRM, sólo son explicables, en última instancia, por las presiones externas para colocar a candidatos maleables, abúlicos y vulnerables, para cuando llegue el momento de tener que apretarles. Ese proceso se vive en el PP de forma diferente porque es el criterio de Sánchez Carrillo el que se impone, debido a una lógica de clan en busca del beneficio y utilizando a pardillos a los que poder abandonar luego a su suerte. Así de real y así de crudo. Y si hace falta, se crea un medio de comunicación para apuntalar al tonto útil, cueste lo que cueste, porque es manejable y rentable para quien lo “tutela”. He oído en Mazarrón que detrás de un tonto siempre hay un listo, o dos, por lo menos.
Miembros de la plataforma para la creación de la provincia de Cartagena, por ejemplo, se muestran convencidos de que el “lobby” murciano de la capital es realmente quien la está impidiendo, con el recalcitrante director general de una entidad de ahorro a la cabeza, al igual que se empeña en urbanizar el único espacio virgen que así queda en el litoral murciano, la aguileña Marina de Cope, ahora tácticamente retrasado un año, hasta después de las elecciones municipales y autonómicas, el desarrollo de su Actuación de Interés Regional. En año electoral, nada de polémicas con riesgo objetivo de tornarse en escándalo. Si volvemos a ganar… a por ello sin más pausa.
Esas fuerzas ocultas, pero manifiestas, tienen secuestrada a nuestra democracia regional e impiden el despegue hacia delante desde alternativas de futuro que, obviamente, pasan por añadir valor a lo que cada uno hace cada día en su trabajo, por una formación permanente de calidad y por una corresponsabilidad con el día a día de la Región de Murcia. Algo que no tiene nada que ver con los señuelos del agua para tontos (con la que especular luego unos cuantos vivos de esta mafia específica y virulenta), trenes ultra veloces que no podemos tomar ante lo gravoso del billete, ni aeropuertos pensados para dar el “pelotazo” (y que realmente no los necesitamos) para luego tener que pagar su mantenimiento de nuestro propio bolsillo. El duodenato nos deja aquí esta pesada herencia.
Hace pocos días, un lector de la comarca, muy avisado de todo precisamente por su profesión, me hacía llegar por correo una lista de efectos colaterales, corruptelas, de este estado de cosas desde Sierra Espuña a Cabo Cope y desde Calnegre a Tercia. Me llamaron la atención las supuestas actividades del cuñadísimo de un político en apuros ayudando a blanquear dinero a nuevos ricos a través de la compra de teórico arte, el mismo pariente cobrando comisiones de obras municipales, siempre encarecidas artificialmente por los mafiosos, y luego el familiar de un fedatario público asegurando su silencio a cambio de jugosos encargos oficiales. No falta el presunto chantaje de un “náufrago” de este desorden, al político “pillado” en una cinta de vídeo en compañía femenina sospechosa pese a ser hombre de comunión diaria.
Los partidos murcianos más impermeables a mafias, tramas, caciques, clanes o “lobbies” se están pensando muy en serio, por todo lo anterior y mucho más, integrar una autodenominada Concertación por la Consolidación de la Democracia y para el Progreso de la Región de Murcia, y afrontar así juntos, pero no revueltos, la ingente tarea de “normalizar” esta tierra si, en conjunto, alcanzan la victoria en las próximas elecciones autonómicas y, entre todos, logran arrebatar al PP su actual holgada mayoría absoluta en la Asamblea Regional. Los primeros pasos ya se pudieran estar dando.
Puede ser el principio de un laborioso proceso ya que, ni Zapatero ni el fiscal-general del Estado, pueden hacer nada por nosotros los murcianos. Pero sí el PSRM, IURM y UDeRM. Ese podría ser el principio del fin de un control social, hoy en manos de mafias económicas devenidas en una extrema derecha política fuerte y con una potente caja para poder financiar lo que haga falta, dentro y fuera de nuestros confines para sumar connivencias.
(En las fotografías, edificios consistoriales de Águilas y Mazarrón respectivamente)