MURCIA.- Greenpeace ha presentado hoy el informe “Protege el bosque, protege tu casa”, en el que analiza las causas de la nueva ola de incendios de alta intensidad de los últimos años y denuncia la falta de planes de prevención, emergencia y autoprotección contra incendios forestales en España, un problema que ha alcanzado la categoría de emergencia social.
Entre otras causas, Greenpeace
 señala que los bosques y los montes españoles, en los que a menudo se 
insertan viviendas, son un auténtico polvorín para los incendios 
forestales. En apoyo al informe, Greenpeace publica imágenes y vídeos 
que evidencian de forma dramática esta situación, a la que se enfrenta 
la población en la mayor parte de las zonas con alto riesgo de incendio.
 
El informe, elaborado por Greenpeace en 
colaboración con Medi XXI, consultora especializada en ingeniería 
forestal y gestión de emergencias, destaca distintos grados en la 
planificación: prevención, emergencias y autoprotección. 
De
 los 26 municipios murcianos ubicados en zona de alto riesgo de 
incendios, ninguno cuenta con planes de prevención. 
Sin embargo, a 
escala superior, la Dirección General del Medio Natural ha desarrollado 
los planes de las siguientes regiones: Plan Integral de Prevención y 
Defensa del Parque Regional de Carrascoy y El Valle; Plan de Defensa de 
la Sierra de la Pila y Sierra del Carche; Plan de Infraestructuras de 
Prevención contra Incendios Forestales en el complejo S. 
Revolcadores-Villafuerte-Mojantes y de las sierras: Álamos, la Muela, el
 Gavilán, el Buitre y el Bebedor (Murcia);  Plan de Protección y Defensa
 de las sierras de Algaidón, Herrerías y la Silla. T.M. de Moratalla; y 
Plan de Defensa Contra Incendios Forestales de Sierra Espuña,
 Sierras de la Culebrina y Valdeinfierno y Cabezo de Tibiza, Sierra del 
Gigante, Sierras de Pedro Ponce y el Madroño, y de los montes de 
Cehegín. En cuanto a emergencias y autoprotección, no hay constancia de 
planes específicos en ninguna localidad. 
“En la 
Región de Murcia hay una ausencia generalizada de planificación en 
materia de incendios forestales. Es hora de que cambiemos este patrón. 
En zonas susceptibles de sufrir terremotos, por ejemplo, hay percepción 
del riesgo; sin embargo, en zonas de riesgo de incendio forestal se 
insertan viviendas sin que la población perciba el peligro y, por tanto,
 se prepare para prevenir incendios y mitigar sus impactos”, ha señalado
 Mónica Parrilla, responsable de la campaña de Incendios de Greenpeace. 
La Ley de Montes, que regula la planificación de 
incendios a nivel autonómico y municipal, establece la obligatoriedad de
 las comunidades autónomas de elaborar planes preventivos en aquellas 
zonas declaradas zonas de alto riesgo de incendio, por lo que se 
incumple la normativa de forma casi generalizada. Tampoco se cumple la 
Directriz Básica de Protección Civil que obliga a los municipios en 
zonas de riesgo a contar con un plan de emergencias. Por lo que se 
incumple la normativa de forma casi generalizada. 
Cada
 vez hay más episodios de incendios forestales de altísima gravedad con 
desalojos masivos, pérdidas de bienes, personas fallecidas y miles de 
hectáreas calcinadas. En 2017, el 63% de los incendios producidos 
quedaron en menos de una hectáaea afectada. Sin embargo, a pesar de 
representar menos del 0,5% en el número total de incendios, 56 grandes 
incendios forestales (GIF) fueron responsables de la destrucción de casi
 el 55% de las hectáreas quemadas.
“El cambio 
climático y la evolución en los patrones demográficos han provocado que 
los incendios forestales ya no sean una excepción, sino la tendencia con
 la que la sociedad debe convivir, asumiendo el riesgo y, por tanto, la 
responsabilidad de poder mitigarlo. No es una situación única de España.
 Países como Portugal, Chile, Australia, Sudáfrica o Estados Unidos han 
sufrido grandes incendios de altísima gravedad en entornos altamente 
humanizados en los últimos años. Se trata de un problema ambiental que 
afecta a la seguridad nacional”, ha resaltado Mario Rodríguez, director 
de Greenpeace España. 
El informe Protege el 
bosque, protege tu casa destaca que el riesgo de incendios forestales se
 debe gestionar en dos direcciones: por un lado, es fundamental una 
correcta gestión forestal, de forma que se protejan los bosques y a las 
personas que los habitan; por otro, es necesario que la ciudadanía 
proteja su vivienda, tomando medidas preventivas y de autoprotección.
“Dado
 que la prioridad de defensa en España pone por delante a las personas y
 a los bienes por encima del medio ambiente, es muy importante tener 
protegidas nuestras viviendas para que los medios se puedan centrar en 
la extinción del fuego y no en defender viviendas vacías, lo que 
revertiría en menos hectáreas calcinadas de bosque y en la seguridad de 
la población”, ha destacado David Caballero, consultor de Medi XXI y uno
 de los mayores expertos internacionales en gestión de emergencias de 
incendios forestales. 
El modelo actual de gestión
 de incendios basado en la extinción no resuelve el problema. Se centra 
en las causas que originan el fuego, pero no en las que lo propagan. Los
 progresivos cambios demográficos, el abandono rural o la 
matorralización de cultivos abandonados han modificado el paisaje y, por
 tanto, la frecuencia e intensidad de los incendios. Estos factores han 
configurado un paisaje altamente inflamable que sufre las consecuencias 
del cambio climático (olas de calor, sequía...)
En
 este paisaje inflamable se inserta además una planificación urbanística
 que no tiene en cuenta el riesgo de incendios forestales, con viviendas
 en mitad de montes y bosques que se consideran “indefendibles”. 
“Actualmente tenemos un paisaje que lejos de ser bucólico es inflamable.
 De igual manera que en zonas con elevado riesgo sísmico se realiza una 
planificación de viviendas adaptada al medio, es el momento de 
cuestionar la idoneidad de viviendas en zonas donde el riesgo de 
incendio es muy elevado para la población y para el bosque o de asumir 
este peligro”, ha apostillado Parrilla. 
Tal y 
como recoge la Directriz Básica de Planificación de Protección Civil de 
Emergencia por Incendios Forestales, es obligatorio que existan Planes 
de Autoprotección de Empresas, núcleos de población aislada, 
urbanizaciones, campings, etc, que se encuentren ubicados en zonas de 
riesgo. Uno de los principales problemas es la ausencia generalizada de 
planes de autoprotección en todo el país. 
Por ello, Greenpeace destaca 
la necesidad de que la población asuma el riesgo de incendio forestal 
para poder prevenirlo y mitigarlo. Con este fin, la organización ha 
elaborado una Calculadora de Riesgo frente a incendios forestales, que 
permite a cada persona autoevaluar de forma sencilla el potencial riesgo
 de su vivienda frente al fuego. 
“Es fundamental 
que la población demande recursos para que los municipios cuenten con 
planes de emergencia ante incendios y, por supuesto, que estos se 
implementen. Y que, además, las personas propietarias de una vivienda 
elaboren su propio plan de autoprotección. No hacerlo revierte no sólo 
en sus bienes, sino también en el bosque y en la seguridad de los 
operativos de extinción y emergencias que asumen más riesgos de los 
debidos”, ha concluido Parrilla. 
Demandas de Greenpeace 
La
 problemática de los incendios forestales es compleja, por lo que las 
soluciones deben apuntar en diferentes direcciones. Hay que establecer 
una política de prevención de esta nueva era de incendios forestales, 
abordando las causas que originan los incendios y las que los propagan. 
No se puede seguir con un modelo obsoleto. Por otro lado, es fundamental
 que las administraciones cumplan con la normativa y que además realicen
 campañas de sensibilización a la población (sobre todo en interfaz 
urbano-forestal) para crear comunidades adaptadas al fuego.
- Hacer del sector forestal un sector estratégico dinamizador del medio rural que ponga en valor los montes, gestionando mejor la cantidad y continuidad del combustible a través de la gestión forestal, la ganadería extensiva, el aprovechamiento de la biomasa y la revalorización de los productos forestales.
- Gestionar más y mejor las masas forestales, reduciendo la cantidad de biomasa, siempre teniendo en cuenta el funcionamiento de los ecosistemas y la necesidad de respetar la diversidad estructural del bosque, la existencia de madera muerta, etc.
- Desarrollar modelos de selvicultura que tengan en cuenta la variable del cambio climático.
- Alternativas al uso cultural del fuego.
- Combatir la siniestralidad, educando a la población para evitar algunas de las causas de los incendios forestales en España.
- Mayor investigación judicial, apoyo a las fiscalías de Medio Ambiente y otros organismos, eliminación del juicio por jurado y aplicación de la ley para los incendios dolosos.
- Tratamiento adecuado de la piromanía.
- Solicitar la colaboración ciudadana para identificar a las personas responsables.
- Evitar ciertos tipos de viviendas en el medio rural que suponen un riesgo muy alto.
- Exigir el cumplimiento de la ley de Montes y la ley de Protección Civil en Incendios Forestales que obliga a planes preventivos, de emergencia y de autoprotección.

 
 

