
El alcalde de Águilas, Juan Ramírez Soto, puede estar teniendo serias e importantes dificultades para repetir por tercera vez consecutiva como cabeza de lista de la candidatura del PP al Ayuntamiento. Esas dificultades no parecen tener nada que ver, en principio, con su actuación político-administrativa en el expediente abierto para declarar urbanizable mediante un convenio la finca, ahora parcialmente protegida, de “La Zerrichera”. Eso también puede pero…
Sus problemas se cree que son de otro tipo y, si así fuese, hace prácticamente inviable su presentación de nuevo a tenor del desarrollo previsible de acontecimientos si la hipótesis se convierte en tesis. Para sustituirle suena, cada vez con más fuerza, la consejera regional de Economía, la inspectora de Hacienda aguileña, Inmaculada García Martínez, esposa del afamado empresario local Cecilio Peregrin e hija de un empleado de la CAM en la Glorieta. La cuenta atrás puede que no haya hecho más que empezar…y los rumores ya están otra vez en las calles del pueblo.
¿Está siendo investigado a fondo, desde hace meses y en más de un país, el metalúrgico y ciudadano español Juan Ramírez Soto, a instancias de particulares interesados y de la Agencia Tributaria, por un presunto blanqueo de capitales, propios y ajenos, además de por un supuesto enriquecimiento ilícito?
¿Lo estarían siendo también su hijo, empleado de “Caja Murcia” en Águilas, y su hija, casada y residente en la ciudad suiza de Basilea, pudiera ser por incremento injustificado de patrimonio?
¿Qué papel podría haber jugado en esta supuesta trama su cuñado, y también concejal del PP, Juan Pérez, ahora próspero marchante de arte con todo lo que eso pudiera conllevar, aunque barbero de profesión conocida?
¿Tienen algo que ver las familias Lorenzo y Lajarín, directamente emparentadas con los dos políticos citados, en esa aparente investigación en marcha?
¿Hablamos sólo de fincas y casas, de varios países, por libre o en comandita?
Los intensos rumores y algunas filtraciones, desde fuentes locales generalmente muy informadas sobre todo lo que se dice y lo que se oye, hablan de una discreta y metódica investigación, básicamente sobre el rápido incremento del patrimonio de ambos políticos en Suiza, con sus constantes viajes de coartada perfecta, y en España. No en vano, el marido de su única hija es economista en el semi cantón del Territorio de Basilea y se dedica al negocio de bienes raíces desde siempre y junto con otros socios. En cuanto a eso, nada que objetar mientras las pesquisas no conduzcan a evidencias, hoy no detectadas que se sepa.
El yerno suizo de Ramírez posee, desde hace tiempo, en Calabardina un lujoso chalé valorado en 400 millones de pesetas y del que siempre se ha rumoreado de todo; desde que se hizo con materiales suministrados por un potente promotor local afincado profesionalmente en Lorca y que en septiembre último estuvo en Suiza, hasta que el jardín de esta mansión fue un obsequio, a “buen precio”, de una empresa de Murcia dedicada a recoger basura, junto con otra, en municipios regidos por el PP. El hecho, que parece cierto, es que era de antes persona de fortuna familiar aparte de ser hijo único de un destacado hombre de negocios de aquel país y hasta puede que heredero del fundador y dueño sin hijos de la cadena internacional de distribución alimentaria “Maxcoop”, el mejor amigo de su padre desde que ambos eran jóvenes.
La cara de preocupación de Ramírez cuando hubo de comparecer ante la Fiscalía del TSJ a causa de la investigación abierta tras una denuncia acerca del expediente de La Zerrichera, hace ahora diez días, pudiera tener que ver más con otras cuestiones que, desde la más estricta y constitucional presunción de inocencia a que tiene derecho y ahora más que nunca, podrían tenerlo metido en un buen lío, tal vez por un mal entendido, situación forzada o una equivocación pese a lo contundente de los rumores.
Esos rumores implican también a un concesionario municipal de obras, a un arquitecto y a dos abogados, relacionados familiarmente con destacadas vecinas de Águilas, por hoy todos reconvertidos en paralelo a hombres de negocios fáciles en el municipio aguileño. ¿Calarreona y Playa de Poniente? Las ramificaciones pudieran llegar hasta Cuevas de Almanzora. Cierta duda razonable, pues, se pudiera estar instalando en la mente de muchos y hasta formando la convicción íntima en otros tantos, a lo peor hasta sin un verdadero fundamento, suficiente y cierto.
(En las fotografías, vista de la ciudad de Basilea y de la casa de la hija de Ramírez y su esposo en la playa aguileña de Calabardina)
Sus problemas se cree que son de otro tipo y, si así fuese, hace prácticamente inviable su presentación de nuevo a tenor del desarrollo previsible de acontecimientos si la hipótesis se convierte en tesis. Para sustituirle suena, cada vez con más fuerza, la consejera regional de Economía, la inspectora de Hacienda aguileña, Inmaculada García Martínez, esposa del afamado empresario local Cecilio Peregrin e hija de un empleado de la CAM en la Glorieta. La cuenta atrás puede que no haya hecho más que empezar…y los rumores ya están otra vez en las calles del pueblo.
¿Está siendo investigado a fondo, desde hace meses y en más de un país, el metalúrgico y ciudadano español Juan Ramírez Soto, a instancias de particulares interesados y de la Agencia Tributaria, por un presunto blanqueo de capitales, propios y ajenos, además de por un supuesto enriquecimiento ilícito?
¿Lo estarían siendo también su hijo, empleado de “Caja Murcia” en Águilas, y su hija, casada y residente en la ciudad suiza de Basilea, pudiera ser por incremento injustificado de patrimonio?
¿Qué papel podría haber jugado en esta supuesta trama su cuñado, y también concejal del PP, Juan Pérez, ahora próspero marchante de arte con todo lo que eso pudiera conllevar, aunque barbero de profesión conocida?
¿Tienen algo que ver las familias Lorenzo y Lajarín, directamente emparentadas con los dos políticos citados, en esa aparente investigación en marcha?
¿Hablamos sólo de fincas y casas, de varios países, por libre o en comandita?
Los intensos rumores y algunas filtraciones, desde fuentes locales generalmente muy informadas sobre todo lo que se dice y lo que se oye, hablan de una discreta y metódica investigación, básicamente sobre el rápido incremento del patrimonio de ambos políticos en Suiza, con sus constantes viajes de coartada perfecta, y en España. No en vano, el marido de su única hija es economista en el semi cantón del Territorio de Basilea y se dedica al negocio de bienes raíces desde siempre y junto con otros socios. En cuanto a eso, nada que objetar mientras las pesquisas no conduzcan a evidencias, hoy no detectadas que se sepa.
El yerno suizo de Ramírez posee, desde hace tiempo, en Calabardina un lujoso chalé valorado en 400 millones de pesetas y del que siempre se ha rumoreado de todo; desde que se hizo con materiales suministrados por un potente promotor local afincado profesionalmente en Lorca y que en septiembre último estuvo en Suiza, hasta que el jardín de esta mansión fue un obsequio, a “buen precio”, de una empresa de Murcia dedicada a recoger basura, junto con otra, en municipios regidos por el PP. El hecho, que parece cierto, es que era de antes persona de fortuna familiar aparte de ser hijo único de un destacado hombre de negocios de aquel país y hasta puede que heredero del fundador y dueño sin hijos de la cadena internacional de distribución alimentaria “Maxcoop”, el mejor amigo de su padre desde que ambos eran jóvenes.
La cara de preocupación de Ramírez cuando hubo de comparecer ante la Fiscalía del TSJ a causa de la investigación abierta tras una denuncia acerca del expediente de La Zerrichera, hace ahora diez días, pudiera tener que ver más con otras cuestiones que, desde la más estricta y constitucional presunción de inocencia a que tiene derecho y ahora más que nunca, podrían tenerlo metido en un buen lío, tal vez por un mal entendido, situación forzada o una equivocación pese a lo contundente de los rumores.
Esos rumores implican también a un concesionario municipal de obras, a un arquitecto y a dos abogados, relacionados familiarmente con destacadas vecinas de Águilas, por hoy todos reconvertidos en paralelo a hombres de negocios fáciles en el municipio aguileño. ¿Calarreona y Playa de Poniente? Las ramificaciones pudieran llegar hasta Cuevas de Almanzora. Cierta duda razonable, pues, se pudiera estar instalando en la mente de muchos y hasta formando la convicción íntima en otros tantos, a lo peor hasta sin un verdadero fundamento, suficiente y cierto.
(En las fotografías, vista de la ciudad de Basilea y de la casa de la hija de Ramírez y su esposo en la playa aguileña de Calabardina)