
En el sector industrial, la tasa del 3,8% representó un repunte de la actividad respecto a años anteriores. Por su parte, en la construcción, el 2,3% de crecimiento supuso un frenazo importante respecto al dinamismo mostrado por este sector en años anteriores. No obstante, aclaran, lo peor está todavía por llegar ya que este año esperan una fuerte contracción de su actividad.
El pobre desempeño de la Región en materia de ocupación también tiene su base en los sectores de actividad, principalmente Construcción e Industria. Durante el tercer trimestre de 2008, la Construcción cae al mayor ritmo registrado nunca en la Comunidad, un 27,2%.
Por contra, la Industria, tras varios trimestres dibujando una tendencia de desaceleración, cae a un considerable 8,2%.
En lo que respecta a la inflación, el informe señala que en la Región se ha producido, al igual que en el resto del país, un incremento de tres décimas de la inflación general, alcanzando el 4,8%. El diferencial respecto al resto de España sigue siendo de -0,1 puntos.
La inflación subyacente se ha acelerado en dos décimas hasta el 3,3%, pero se sitúa a dos por debajo de la media española.
Los grupos especiales que han producido este incremento son los de servicios y bienes industriales.
A tenor de esto, los productos energéticos completan el repute de la inflación general y los alimentos elaborados han destacado por moderar su ritmo en cuatro décimas (7,4%) y contener así las mencionadas contribuciones adicionales en este periodo.
Costes laborales
Los otros costes laborales siguen comportándose de manera volátil y han registrado una moderación significativa de más de tres puntos hasta el 6,3%, pero conserva un diferencial positivo con la media española.
Otro de los puntos resaltados son los precios de las viviendas libres, que destacan en la Región por haber registrado una tasa negativa (-0,5%) después de que en 2007 la Comunidad registraba dobles dígitos.
Este dato esconde, sin embargo, el hecho de que se ha producido una de las única aceleraciones en todo el país en el crecimiento de las viviendas de hasta dos años de antigüedad, mientras que el grupo de viviendas más antiguas se ha producido una caída más significativa, -6,2%, marcando la tendencia del agregado.