Por su alto interés informativo, reproducimos a continuación la nueva carta abierta que ha dirigido Carlo María Vigano, ex Nuncio Apostólico para los los EE.UU., al Presidente Donald Trump.
CARTA ABIERTA
AL PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA
DONALD J. TRUMP
Domingo, 25 de octubre, 2020
Solemnidad de Cristo el Rey.
“Señor Presidente,
Permítame dirigirme a usted en esta hora en la cual el destino del
mundo entero está siendo amenazado por una conspiración global contra
Dios y la humanidad. Le escribo como Arzobispo, como Sucesor de los
Apóstoles, como el ex Nuncio Apostólico para los Estados Unidos de
América. Le estoy escribiendo en medio del silencio de las autoridades
tanto civiles como religiosas. Acepte mis palabras como la «voz del que
llora en el desierto» (Jn 1:23).
Como dije cuando le escribí mi carta en junio, este momento histórico
ve las fuerzas del Mal alineadas en una batalla sin cuartel contra las
fuerzas del Bien; las fuerzas del Mal que aparecen poderosas y
organizadas mientras se oponen a los niños de la Luz, quienes están
desorientados y desorganizados, abandonados por sus líderes temporales y
espirituales.
A diario sentimos multiplicarse los ataques de aquellos que quieren
destruir la base misma de la sociedad: la familia natural, el respeto
por la vida humana, el amor por el país, libertad de educación y
negocio. Vemos a los líderes de naciones y líderes religiosos
complacientes a este suicidio de la cultura Occidental y alma Cristiana,
mientras los derechos fundamentales de los ciudadanos y creyentes son
negados en el nombre de una emergencia de salud que se está revelando
completamente más y más como instrumental al establecimiento de una
tiranía inhumana sin rostro.
Un plan global llamado el Gran Reseteo está en
marcha. Su arquitecto es una élite global que quiere dominar toda la
humanidad, imponiendo medidas coercitivas con las cuales limitar
drásticamente las libertades individuales y a aquellos en poblaciones
enteras. En varias naciones este plan ya ha sido aprobado y financiado;
en otras está aún en una etapa inicial. Detrás de los líderes mundiales
quienes son cómplices y ejecutores de este proyecto infernal, hay
caracteres inescrupulosos que financian el Foro Económico Mundial y el Evento 201, promoviendo su agenda.
El propósito del Gran Reseteo es la imposición de una
dictadura sanitaria apuntando a la imposición de medidas liberticidas,
ocultas detrás de promesas tentadoras de asegurar un ingreso universal y
cancelando la deuda individual. El precio de esas concesiones del Fondo
Monetario Internacional será la renuncia a la propiedad privada y la
adherencia a un programa de vacunación Covid-19 y Covid-21 promovido por
Bill Gates con la colaboración de los principales grupos farmacéuticos.
Más allá de los enormes intereses económicos que motivan a los
promotores del Gran Reseteo, la imposición de la vacunación
será acompañada de un pasaporte de salud y un ID digital, con el
consecuente rastreo de contacto de la población del mundo entero.
Aquellos que no acepten esas medidas serán confinados en campos de
detención o puestos bajo arresto domiciliario, y todos sus activos serán
confiscados.
Sr. Presidente, me imagino que usted ya está consciente de que en algunos países, el Gran Reseteo
será activado entre el final de este año y el primer trimestre del
2021. Para ese propósito se han planeado más encierros, los cuales serán
oficialmente justificados por una supuesta segunda y tercera ola de
pandemia. Usted está muy consciente de las intenciones que han sido
desplegadas para sembrar el pánico y legitimizar las limitaciones
draconianas a las libertades individuales, provocando ingeniosamente una
crisis económica a nivel mundial. En las intenciones de sus
arquitectos, esa crisis servirá para hacer irreversible el recurso de
las naciones al Gran Reseteo, dando por lo tanto el golpe final
a un mundo cuya propia memoria y existencia ellos quieren cancelar
completamente. Pero este mundo, Sr. Presidente, incluye personas,
afectos, instituciones, fe, cultura, tradiciones e ideales: personas y
valores que no actúan como autómatas, quienes no obedecen como máquinas,
porque están dotados de un alma y un corazón, que están enlazados por
un vínculo espiritual que obtiene su fortaleza de arriba, de ese Dios
que nuestros adversarios quieren retar, igual como hizo Lucifer al
comienzo de nuestro tiempo con su «non serviam«.
Mucha gente – como bien sabemos – está fastidiada por esa referencia
al choque entre el Bien y el Mal y el uso de términos «apocalípticos»,
los cuales de acuerdo a ellos exasperan los espíritus y agudizan las
divisiones. No es sorprendente que el enemigo esté enojado al ser
descubierto justo cuando cree que ha alcanzado la ciudad que piensa
conquistar sin perturbaciones. Lo que es sorprendente, sin embargo, es
que nadie hace sonar la alarma. La reacción del estado profundo a
aquellos que denuncian su plan es rota e incoherente, pero comprensible.
Justo cuando la complicidad de los Medios Masivos han tenido éxito en
la transición al Nuevo Orden Mundial casi sin dolor e inadvertidos,
están saliendo a la luz todo tipo de engaños, escándalos y crímenes.
Hasta hace pocos meses, era fácil desprestigiar como «teóricos de
conspiración» a aquellos que denunciaban esos planes terribles, los
cuales ahora vemos se están llevando a cabo al más pequeño detalle.
Nadie, hasta febrero pasado, habría pensado que, en todas nuestras
ciudades, los ciudadanos serían arrestados por simplemente querer
caminar por la calle, respirar, por querer mantener sus negocios
abiertos, por querer ir a la iglesia el domingo. Sin embargo ahora está
ocurriendo en todo el mundo, incluso en la pintoresca Italia que muchos
estadounidenses consideran ser un pequeño país encantado, con sus
antiguos monumentos, sus iglesias, sus ciudades encantadoras, sus
características villas. Y mientras los políticos están protegidos
dentro de sus palacios promulgando decretos como sátrapas persas, los
negocios están fallando, los talleres cerrando, y previenen que la gente
viva, viaje, trabaje y ore. Las desastrosas consecuencias psicológicas
de esta operación ya se están viendo, empezando con los suicidios de
empresarios desesperados y de nuestros niños segregados de sus amigos,
compañeros de clases, diciéndoles que sigan sus clases mientras se
sientan solos en casa frente a un computador.
En la Sagrada Escritura, San Pablo nos habla de «el que se opone» a la manifestación del misterio de la iniquidad, el kathekon (2 Tesalonicenses 2:6-7). En
la esfera religiosa, ese obstáculo al mal es la Iglesia, y en
particular el Papado; en la esfera política, son aquellos que impiden el
establecimiento del Nuevo Orden Mundial.
Como es claro ahora, el que ocupa la Silla de Pedro ha traicionado su
papel desde el mismo inicio para poder defender y promover la
ideología globalista, apoyando la agenda de la Iglesia profunda, que lo
eligió de sus rangos.
Sr. Presidente, usted ha declarado claramente que quiere defender a
la nación – Una nación bajo Dios, libertades fundamentales, y valores no
negociables que hoy son negados y contra los que se lucha hoy. Es
usted, querido Presidente, quien es «el que se opone» al estado
profundo, el asalto final a los niños de la obscuridad.
Por esa razón es necesario que todas las personas de bien sean
persuadidas por la importancia de época de las inminentes elecciones:
no tanto por el destino de tal o cual programa político, sino debido a
la inspiración general de su acción que encarna mejor – en este
particular contexto histórico – ese mundo, nuestro mundo, el cual ellos
quieren cancelar por todos los medios del encierro. Su adversario es
también nuestro adversario: es el Enemigo de la raza humana, El quien es
«un asesino desde el principio» (Jn 8:44).
A su alrededor se reúnen con fe y coraje aquellos que lo consideran
la guarnición final contra la dictadura mundial. La alternativa es votar
por una persona que está manipulada por el estado profundo, gravemente
comprometida por escándalos y corrupción, que hará a los Estados Unidos
lo que Jorge Mario Bergoglio está haciendo a la Iglesia, el Primer
Ministro Conte a Italia, el Presidente Macron a Francia, el Primer
Ministro Sanchez a España, y más. La naturaleza de chantaje de Joe Biden
– al igual que la de los prelados del «círculo mágico» del Vaticano –
lo expondrá para ser usado inescrupulosamente, permitiendo a poderes
ilegítimos tanto en política doméstica así como también en balances
internacionales. Es obvio que aquellos que lo manipulan ya tienen a
alguien peor que él listo, con quien lo reemplazarán tan pronto como se
presente la oportunidad.
Y aún así, en medio de esa desolada imagen, de ese aparentemente
imparable avance del «Enemigo Invisible», emerge un elemento de
esperanza. El adversario no sabe cómo amar, y no comprende que no es
suficiente el asegurar un ingreso universal o cancelar las deudas de
hipotecas para poder subyugar a las masas y convencerlos de ser marcados
como ganado. Esa gente, que por mucho tiempo ha soportado los abusos de
un poder tiránico y odioso, está redescubriendo que tiene un alma; está
entendiendo que no está dispuesta a cambiar su libertad por la
homogenización y cancelación de su identidad; está empezando a
comprender el valor de los lazos familiares y sociales, de los lazos de
fe y cultura que unen a la gente honesta. Ese Gran Reseteo está
destinado a fallar porque aquellos que lo planearon no entienden que
aún hay gente lista para tomar las calles y defender sus derechos, para
proteger a sus seres queridos, para dar un futuro a sus hijos y nietos.
La nivelación inhumana del proyecto globalista se destrozará
miserablemente en el rostro de la oposición firme y con coraje de los
hijos de la Luz. El enemigo tiene a Satán de su lado, El quién solo sabe
cómo odiar. Pero de nuestro lado, tenemos al Señor Todopoderoso, el
Dios de los ejércitos arreglados para la batalla, y la Más Santa Virgen,
quien aplastará la cabeza de la antigua Serpiente. «Si Dios está con
nosotros, ¿quién puede estar en contra nuestra?» (Rom 8:31).
Sr. Presidente, usted está muy consciente que, en esta hora crucial,
los Estados Unidos de América son considerados el muro defensor contra
el cual la guerra declarada por los defensores del globalismo ha sido
desatada. Ponga su confianza en el Señor, reforzada por las palabras del
Apóstol Pablo: «Puedo hacer todas la cosas en El, quien me fortalece»
(Fil 4:13). El ser un instrumento de la Divina Providencia es una gran
responsabilidad, por lo cual usted recibirá todas las gracias de estado
que necesita, ya que están siendo fervientemente imploradas para usted,
por mucha gente que lo apoya con sus oraciones.
Con esa esperanza celestial y la seguridad de mis oraciones por
usted, por la Primera Dama, y por sus colaboradores, con todo mi corazón
le envío mi bendición.
¡Dios bendiga a los Estados Unidos de América!”
+Carlo Maria Vigano
Título Arzobispo de Ulpiana
Ex Nuncio Apostólico para los Estados Unidos de América.
https://rebelionenlagranja.com/noticias/nueva-carta-abierta-de-vigano-a-trump-20201101