
Otras alcaldías que está en el ánimo de los socialistas recuperar son, al menos, las de Águilas, Yecla, Alcantarilla, Molina, Cieza, Totana, Alhama, Mazarrón, Caravaca, Cehegín, Moratalla, Archena y Las Torres de Cotillas, sin descartar alguna sorpresa en Torre Pacheco y Fuente Álamo, ante el fuerte desgaste y desunión de sus actuales gobernantes ya muy evidenciadas en Yecla y muy latentes en otros consistorios por la pérdida de liderazgo de sus actuales alcaldes. Además, la capacidad de renovación del PP murciano está bajo mínimos ante la negativa de algunas figuras emergentes inéditas de encabezar listas mientras el líder del partido sea un Valcárcel tan cuestionado desde algunos medios de comunicación y sectores sociales de calidad por la presunta corrupción que le rodea desde su entorno más íntimo y cercano. El presidente, que vive sin vivir en él, está ahora muy pendiente de que la Fiscalía pudiese imputarle de rebote en algún presunto delito urbanístico legitimado desde la administración autonómica o de tráfico de influencias familiar, ya en un plano más personal.
Si eso fuese así, San Esteban es seguro cambiará de inquilino y se llamará Pedro Saura. Zapatero necesita dar un vuelco en la Comunidad Valenciana y Región de Murcia, más que nada por ser hoy importantes fuentes de financiación del PP a nivel nacional a través de una actividad urbanística desproporcionada y en contra de los intereses de la mayoría social de ambas comunidades autónomas. Si encima el PSOE gana, o puede gobernar en coalición con otras fuerzas democráticas, en Madrid, Cantabria, Baleares y Canarias, las generales de 2008 pueden ser un paseo militar para el inquilino de La Moncloa al arrinconar al PP en Castilla-León, La Rioja y Navarra, las tres regiones más conservadoras de España, aparte de Ceuta y Melilla.
El plan contra la corrupción diseñado por el PSOE en Ferraz será el buque insignia de su programa electoral, algo que ataca el corazón mismo de las huestes de Valcárcel acosadas por la Fiscalía y el convencimiento de los ciudadanos de que estamos ante un partido que es necesario sacar del poder cuanto antes por el bien de la propia democracia murciana. "Deseamos añadir higiene democrática a los ayuntamientos", rezará la propaganda socialista ante su intención de castigar de forma más severa el delito urbanístico que hoy tanto prolifera impunemente en la costa e interior murcianos.
En ese programa de progreso, el PSOE se preocupará de añadir más recursos y medios al Tribunal de Cuentas para una mayor fiscalización de presupuestos municipales y vigilancia férrea sobre las empresas públicas locales. La labor de adecentamiento de la vida pública regional afectará, al menos, también a las candidaturas del PSOE en Lorca, Los Alcázares, La Unión y Jumilla, hoy con alcaldes socialistas muy cuestionados desde Ferraz y Princesa, y las denuncias contra algunos de ellos presentadas ante la Fiscalía desde instancias progresistas de una movilizada sociedad civil, que es la única que hoy por hoy tiene la clave de lo que va a pasar. (ZPI)