El Rey Felipe VI ha puesto el acento en la lucha contra el terrorismo
yihadista durante su discurso sobre la Pascua Militar, donde tuvo
palabras de emoción y agradecimientos a los militares y miembros de las
Fuerzas de Seguridad que han fallecido en el cumplimiento de sus
funciones.
Lo que ha sido relacionado con el debate reactivado sobre el
accidente del YAK-42, tras el informe de Consejo de Estado donde se
habla de la negligencia en estos hechos del ministerio de Defensa en la
etapa del ex ministro Federico Trillo, el que abandona la embajada de
Londres para incorporarse a su puesto de letrado del mismo Consejo de
Estado que señaló su responsabilidad.
El Rey no da puntada sin hilo en sus discursos y en este caso así lo
hizo al tiempo que elogiaba a los servicios de información españoles en
un tiempo en el que el presidente electo Donald Trump está poniendo en
solfa a los servicios de espionaje americanos que acusan a Rusia de su
intromisión en la campaña electoral de los EE.UU a favor de Trump.
Es cierto que España se ha librado últimamente de los atentados del
terror yihadista, bien por la eficaz prevención de los servicios
hispanos de información, bien porque los objetivos diseñados por los
terroristas eran otros y de mas fácil alcance y mayor repercusión para
ellos. Pero esta mejora de la situación española no debe permitirnos que
se baje la guardia sino más bien al contrario, que se refuerce la
vigilancia.
De la misma manera que se han de reforzar los medios económicos de la
política de Defensa, a los que aludió la ministra Cospedal, quien por
otra parte y en declaraciones al diario ABC aludió a la
necesidad, sin duda cierta, de actualizar la estrategia de Defensa de
España aunque sin decir en qué sentido ni cómo se ha de hacer.
Sobre ambos capítulos financiero y estrategia tenemos que decir que
España debe mejorar la situación de su armamento y de su potencial
defensivo en lo que respecta a la Fuerza Aérea, la Armada y al Ejército
de Tierra porque las noticias que nos llegan sobre todo ello no son
buenas sino preocupantes. ¿Cuántos aviones, buques de guerra y carros
blindados están plenamente operativos al día de hoy? Eso sin duda es un
secreto oficial, pero mucho nos tememos que el armamento de España no
está en las mejores condiciones posibles por lo que algo hay que hacer
para mejorar esa situación.
La estrategia de Defensa de España también necesita ser actualizada
como ha dicho Cospedal y como se deduce de la nueva y preocupante
situación internacional, que está a la espera de la llegada de Trump a
la Casa Blanca lo que sin duda afectará a la Alianza Atlántica y puede
que a los acuerdos bilaterales de Defensa que USA tiene con España.
Una doble relación multilateral y bilateral de España en cuestiones
de Defensa y Seguridad que incluye un importante vacío para nuestro país
porque ninguno de esos acuerdos garantiza la defensa automática de
Ceuta y Melilla.
Lo que debe ser rectificado porque con España, dentro de la OTAN,
nuestro país se compromete a la defensa del total de los territorios de
países miembros de la Alianza Atlántica, motivo por el que España sufre
una clara y flagrante discriminación que ha sido aceptada de manera
vergonzante –‘para no molestar a Marruecos’, se dice- por los gobiernos
españoles desde nuestro ingreso en la OTAN.
De igual manera tenemos que ver, ahora que el Reino Unido se dispone a
salir de la UE y que Trump considera ‘obsoleta’ a la OTAN, si llegó la
hora de impulsar una política europea de la Defensa en el marco de la UE
como hace ya muchos años lo propuso el general De Gaulle.
Todo esto -y la mejora del armamento incluida- debe ser motivo de
reflexión por parte del Gobierno y de los partidos ‘constitucionalistas’
españoles, PP, PSOE y C’S, para modernizar la defensa y la política de
alianzas estratégicas de España. Pero como iniciativa nuestra y con la
colaboración de nuestros aliados, no a remolque de las decisiones y
acontecimientos externos que nos condicionen o vengan impuestos desde
fuera de nuestro país.
(*) Periodista