El
sentido industrial del que hablan los responsables de Bankia
cuando se les pregunta por esta posible fusión se basa en el casi
nulo solapamiento de ambas redes comerciales. El sentido
financiero de la operación ya es harina de otro costal. A día de
hoy, Bankia ganaría volumen de negocio, pero menos rentable.
A
lo largo del primer semestre de 2016, la red comercial de Bankia ha
obtenido un beneficio de 253.960 euros de media por oficina. En la
de BMN el beneficio medio por oficina se ha quedado en 46.921
euros. Es decir, que si se mide la rentabilidad de ambas redes
dividiendo el beneficio atribuible entre el número de
sucursales, la de Bankia es 5,4 veces superior a la de BMN. La
integración de ambas restaría, pues, algún punto de rentabilidad
al nuevo banco resultante. En concreto, bajaría de los 253.960
euros actuales a 199.146 euros de media por oficina.
Es verdad
que si en lugar de tomar el beneficio distribuible final (beneficio
después de impuestos) la comparación se realiza tomando como
referencia el margen neto, que mide el resultado de la actividad
bancaria propiamente dicha (margen bruto menos gastos generales),
la diferencia se estrecha. El margen neto por oficina de Bankia se
situaba en 475.185 euros de media durante el primer semestre y el de
BMN se quedaba en 287.490 euros. En este caso, la rentabilidad de
la red de Bankia es 1,7 veces superior a la de BMN. A pesar del
estrechamiento de la diferencia, el banco murciano tendría que
hacer aún un esfuerzo adicional de eficiencia para no lastar las
cuentas de Bankia en caso de una hipotética fusión.
Más provisiones
Pero
es que, además, el beneficio final mide mejor la situación de cada
uno, porque tiene en cuenta otra variable fundamental como es la
parte de margen neto que cada uno se deja en tapar agujeros de
créditos de baja calidad. En los seis primeros meses de 2016, Bankia
ha dedicado 203 millones de euros a provisiones y pérdidas por
deterioro de activos con una cantidad de crédito a la clientela
que alcanzaba los 116.475 millones de euros (un 0,17% del volumen de
préstamos). BMN, por su parte, ha dedicado a los mismos fines de
saneamiento 151 millones con un saldo de 23.447 millones de
créditos a la clientela, es decir, un 0,64% del total de préstamos.
Los
203 millones dedicados por Bankia a provisiones y pérdidas de
valor de activos han restado un 22,5% del margen neto. En el caso de
BMN, esta partida de saneamientos se ha llevado en el primer
semestre de 2016 un 77% del margen neto. Ambos bancos fueron saneados
en su día con cargo a fondos públicos y ambos han traspasado activos
tóxicos a la SAREB.
Sin embargo, el menor margen de beneficio
de BMN no le ha permitido incrementar más su saldo de provisiones
y así, mientras que Bankia tiene cubierto un 60% del saldo de
morosos, BMN apenas alcanza el 40%. Si a eso se le suma que Bankia
tiene un índice de morosidad del 9,8% frente al 10,8% de BMN, se
entiende por qué los saneamientos se comen más parte de la cuenta de
resultados en el
banco murciano.
Un proceso de hipotética
fusión entre ambas entidades restaría algunos puntos de cobertura
de créditos dudosos al banco resultante, pero también dependería
del precio a pagar por Bankia, que sería el que absorbería a BMN.
A
pesar de los repetidos anuncios de salida a Bolsa, BMN sigue sin
cotizar y de ahí que el FROB haya abierto el melón de la integración
de los dos bancos en los que aún mantiene la mayoría del capital.
Al no estar en el mercado, el precio de venta de BMN está sujeto a una
valoración de su negocio, además de su valor en libros
(patrimonio neto) y las perspectivas de beneficio futuro. Todo ello
será motivo de una auditoría (due diligence) en los próximos
meses.
El precio
Aún así, hay un sistema que
podría aproximar las cifras algo más a la realidad. El valor el
libros de BMN es actualmente de 2.278 millones de euros, según las
cuentas anuales resumidas a 30 de junio pasado auditadas por
PricewatherhouseCoopers. El de Bankia, por su parte, auditado por
Ernst & Young, asciende a 12.795 millones de euros. Esta última,
que sí cotiza, alcanza un valor en Bolsa equivalente a una
cantidad que ha venido oscilando en los últimos meses entre el 65% y
el 70% de su valor en libros.
Según fuentes técnicas
consultadas por Capitalmadrid, BMN, cuya rentabilidad es inferior
a la de Bankia, tendría probablemente un ratio de
capitalización bursátil algo peor, lo que le asignaría un valor
en Bolsa que probablemente no pasaría de los 1.350 millones de
euros.
Tomando esta cifra como referencia de lo que podría
pagar Bankia por quedarse con BMN, resulta que al ser menor de su
valor en libros, la diferencia, denominada técnicamente
bad
will, puede ser contabilizada por el banco absorbente como una
provisión financiera que a su vez puede ir directamente a
balance para fortalecer la cobertura de créditos y mejorar los
ratios del banco resultante de la fusión.
Todo esto, sin
embargo, no son sino conjeturas, más o menos aproximativas a lo
que podría ser la operación de integración, cuyos detalles
financieros estarán listos en los próximos meses. En Bankia dicen
que aún no han comenzado a hacer números, aunque sí aseguran que la
operación tendría lógica industrial.
Esta última parte
tiene que ver con la estructura de ambas redes, que prácticamente
no se solapan. Tomando como referencia homogénea los datos
suministrados por Bankia y BMN a 30 de junio último, este último
cuenta con una red de 682 oficinas, de las que el grueso están en
Andalucía (252),
Murcia (169) y Baleares (162). En ninguno de los tres
mercados la presencia de Bankia es muy importante. En Andalucía
tiene 63 oficinas de banca de particulares, en
Murcia posee solo
seis y en Baleares cuenta con 22. La redundancia, pues, es muy
pequeña. Y además, las oficinas de BMN están en provincias como
Granada (154),
Murcia (169) o Jaén (46), donde Bankia tiene una
presencia muy reducida.
La plantilla
Ese es, sin
duda, uno de los puntos fuertes de la posible operación de
integración de ambas entidades, ya que no necesitaría dedicar
muchos recursos adicionales a la eliminación de red solapada.
Sí tendría que dedicarse una inversión aún no cuantificada a
integrar los sistemas informáticos de ambas entidades, así como
a extender la filosofía de red comercial que ha puesto en marcha
Bankia y que ha incrementado notablemente su productividad en
las oficinas. Y todavía queda un problema por resolver, que no es
otro que los costes de personal de BMN.
El banco presidido por
Carlos Egea (en la imagen) tiene un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) firmado
en 2010 cuando se fusionaron las cajas de Granada,
Murcia y Sa Nostra
(Baleares), y que empezó a aplicarse en 2011. Posteriormente, y con
motivo del saneamiento del nuevo banco surgido de la fusión a cargo
de fondos públicos, en 2013 BMN firmó otro acuerdo laboral con los
sindicatos.
En resumen, las medidas acordadas, que tienen
vigencia hasta el 31 de diciembre de 2017, son la suspensión
temporal de aportaciones a planes de pensiones y devengo de
trienios; reducciones de un 20% de la jornada laboral para 625
empleados (un 16% del total) con una reducción de salario
equivalente; suspensiones temporales y rotatorias de otros 125
trabajadores y excedencias voluntarias para otros 50
empleados. Es decir, que un 20% de la plantilla del banco está
sujeta en este momento a medidas temporales de ahorro de costes que
caducan dentro de 15 meses.
Todos estos elementos deberán ser
tenidos en cuenta, sin duda, por quienes analicen en profundidad la
oportunidad, los costes y los beneficios de una posible
integración de BMN en Bankia. Pero lo que es indudable es que a BMN
le queda aún un esfuerzo adicional para que el beneficio sea
netamente superior al coste de la fusión. De momento, BMN sumaría
al nuevo banco negocio en zonas donde Bankia prácticamente no está.
Pero es menos rentable. En Bankia, se manejan activos
equivalentes a 15,13 millones por empleado frente a los 10,41
millones de BMN. Y mientras cada trabajador de Bankia aporta en
media 35.765 millones de beneficio final, en BMN esta cantidad se
queda en 8.197 euros.