MADRID.- Ciudadanos de varias ciudades españolas han protestado contra el Rey Felipe VI con caceroladas desde los balcones y ventanas de sus casas durante el discurso televisado que el monarca ha dirigido este miércoles a la nación. La protesta contra el Rey ha tenido desigual seguimiento según las ciudades y los barrios.
La iniciativa se ha convocado a través de las redes sociales y cadenas de mensajes en 'WhatsApp',
en la que se emplazaba a los ciudadanos a salir a los balcones para
realizar una 'cacerolada por la república' y hacerlo coincidir con la
emisión del mensaje del Rey a las 21.00 horas. Esta manifestación, sin
embargo, ha sido menos sonora que los aplausos diarios a favor de los
sanitarios y profesionales que trabajan contra la pandemia del coronavirus.
Se trata de la segunda protesta convocada por las redes sociales contra la monarquía que se ha desarrollado este miércoles. A las 12:00 horas, ciudadanos de todo el país han pedido, con otra cacerolada desde los balcones, que el Rey Juan Carlos done a la sanidad pública los 100 millones de euros que recibió, presuntamente, de comisiones de Arabia Saudí para investigar sobre la pandemia del coronavirus.
Además, se han abierto recogidas de firmas en la plataforma 'change.org' en las que se pide a Felipe VI que destine su herencia y la asignación del rey emérito a la sanidad pública.
Las protestas también han llegado a las redes sociales con la etiqueta en Twitter #CoronaCiao, en la que numerosos usuarios han mostrado su rechazo a la monarquía. Estas críticas también se han mezclados con otros comentarios en los que exclamaban mensajes de 'viva el Rey'.
Se trata de la segunda protesta convocada por las redes sociales contra la monarquía que se ha desarrollado este miércoles. A las 12:00 horas, ciudadanos de todo el país han pedido, con otra cacerolada desde los balcones, que el Rey Juan Carlos done a la sanidad pública los 100 millones de euros que recibió, presuntamente, de comisiones de Arabia Saudí para investigar sobre la pandemia del coronavirus.
Además, se han abierto recogidas de firmas en la plataforma 'change.org' en las que se pide a Felipe VI que destine su herencia y la asignación del rey emérito a la sanidad pública.
Las protestas también han llegado a las redes sociales con la etiqueta en Twitter #CoronaCiao, en la que numerosos usuarios han mostrado su rechazo a la monarquía. Estas críticas también se han mezclados con otros comentarios en los que exclamaban mensajes de 'viva el Rey'.
En Madrid,
la cacerolada ha tenido un seguimiento desigual entre los distintos
barrios y distritos de la ciudad, aunque según testigos preseniales, ha
sonado con más fuerza en Vallecas, La Latina, Ciudad Lineal o
Arganzuela.
Por otra parte,
vecinos de los distritos de Barcelona también han protestado contra el
Rey Felipe VI. Òmnium Cultural había llamado a protestar contra la "gran farsa de la monarquía española" con una cacerolada, propuesta a la que se han sumado los partidos independentistas de Cataluña, Euskadi, Galicia y Baleares.
La protesta ha contado con el apoyo de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que horas antes ha escrito en su cuenta de Twitter: “A las 21h repetimos #cacerolada y aún con más fuerza. Basta ya de #coronacorrupción, que todo el dinero vaya a la #SanidadPublica!”.
La cacerolada ha sido la segunda que se ha oído este miércoles en Barcelona, después que este mediodía se había convocado otra con la misma reivindicación, pedir que la supuesta fortuna del Rey emérito Juan Carlos I, que investiga la Fiscalía suiza, se done a la sanidad por la pandemia de coronavirus.
El ruido de esta protesta se ha podido oír en ventanas y balcones de la mayoría de los distritos de Barcelona, como la plaza Sanllehy y en otros puntos del distrito de Horta-Guinardó-, en la Sagrera (distrito de Sant Andreu), en el Raval (Ciutat Vella), Sants y Font de la Guatlla (Sants-Montjuïc), Esquerra de l’Eixample (Eixample), Poble Nou-Diagonal Mar (Sant Martí), Putxet (Sarrià Sant Gervasi) y los distritos de Les Corts y Gràcia.
También se han sumado a la cacerolada vecinos del barrio de Santa Eulàlia, en L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona), ciudad colindante con Barcelona.
En localidades como Sabadell, Montcada i Reixac, Mataró y Premià de Dalt (en Barcelona) también se ha hecho sentir la protesta que, en algunos casos, se ha prolongado más allá del discurso de Felipe VI.
Esta iniciativa se une a varias recogidas de firmas organizadas en la plataforma Change.org, que piden que esos fondos pasen a ser dinero público. Dos peticiones diferentes, bajo los títulos “Destinar la herencia de Felipe VI y la asignación del Rey Emérito a la Sanidad Pública” y “Felipe VI, exige a tu padre que transfiera el dinero de Suiza a Sanidad” acumulan cada una alrededor de 160.000 firmas.
Esta reivindicación, organizada de nuevo en los balcones, se ha convocado a través de mensajería instantánea y redes sociales y se inició durante esta mañana.
En informaciones publicadas el pasado fin de semana se asegura que Felipe VI es beneficiario de una sociedad “offshore” creada por el Rey Juan Carlos vinculada a una donación de 65 millones de euros de Arabia Saudí.
La Fiscalía suiza considera que 100 millones de dólares procedentes del Rey saudí Abdul Aziz Al Saud llegaron a una cuenta en Panamá de la Fundación Lucum de la mano de sus gestores en Suiza, Dante Canónica y Arturo Fasana, presuntos testaferros del rey Juan Carlos.
Según las informaciones publicadas por algunos medios, de los 100 millones de dólares, don Juan Carlos habría transferido el equivalente a unos 65 millones de euros a Corinna Larsen.
La protesta ha contado con el apoyo de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que horas antes ha escrito en su cuenta de Twitter: “A las 21h repetimos #cacerolada y aún con más fuerza. Basta ya de #coronacorrupción, que todo el dinero vaya a la #SanidadPublica!”.
La cacerolada ha sido la segunda que se ha oído este miércoles en Barcelona, después que este mediodía se había convocado otra con la misma reivindicación, pedir que la supuesta fortuna del Rey emérito Juan Carlos I, que investiga la Fiscalía suiza, se done a la sanidad por la pandemia de coronavirus.
El ruido de esta protesta se ha podido oír en ventanas y balcones de la mayoría de los distritos de Barcelona, como la plaza Sanllehy y en otros puntos del distrito de Horta-Guinardó-, en la Sagrera (distrito de Sant Andreu), en el Raval (Ciutat Vella), Sants y Font de la Guatlla (Sants-Montjuïc), Esquerra de l’Eixample (Eixample), Poble Nou-Diagonal Mar (Sant Martí), Putxet (Sarrià Sant Gervasi) y los distritos de Les Corts y Gràcia.
También se han sumado a la cacerolada vecinos del barrio de Santa Eulàlia, en L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona), ciudad colindante con Barcelona.
En localidades como Sabadell, Montcada i Reixac, Mataró y Premià de Dalt (en Barcelona) también se ha hecho sentir la protesta que, en algunos casos, se ha prolongado más allá del discurso de Felipe VI.
Esta iniciativa se une a varias recogidas de firmas organizadas en la plataforma Change.org, que piden que esos fondos pasen a ser dinero público. Dos peticiones diferentes, bajo los títulos “Destinar la herencia de Felipe VI y la asignación del Rey Emérito a la Sanidad Pública” y “Felipe VI, exige a tu padre que transfiera el dinero de Suiza a Sanidad” acumulan cada una alrededor de 160.000 firmas.
Esta reivindicación, organizada de nuevo en los balcones, se ha convocado a través de mensajería instantánea y redes sociales y se inició durante esta mañana.
En informaciones publicadas el pasado fin de semana se asegura que Felipe VI es beneficiario de una sociedad “offshore” creada por el Rey Juan Carlos vinculada a una donación de 65 millones de euros de Arabia Saudí.
La Fiscalía suiza considera que 100 millones de dólares procedentes del Rey saudí Abdul Aziz Al Saud llegaron a una cuenta en Panamá de la Fundación Lucum de la mano de sus gestores en Suiza, Dante Canónica y Arturo Fasana, presuntos testaferros del rey Juan Carlos.
Según las informaciones publicadas por algunos medios, de los 100 millones de dólares, don Juan Carlos habría transferido el equivalente a unos 65 millones de euros a Corinna Larsen.