CARTAGENA.- Una Cruz de Caravaca indica ya a los peregrinos, en
la dársena de Santa Lucía, el inicio del camino hacia la Ciudad Santa,
que este 2024 vive el Año Jubilar de la Vera Cruz.
La
alcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, ha presidido junto al alcalde de
Caravaca de la Cruz, José Francisco García, la inauguración del hito
que se ha instalado junto a la cruz de Santiago, porque según Arroyo,
“el camino de Santiago, que comienza en Cartagena y el camino de la Cruz
que empieza también en nuestra ciudad, debían nacer juntos en el mismo
lugar en el que el cristianismo nació para España”.
En
este sentido, la regidora ha recordado que “este no es solamente el
comienzo del camino de la Cruz, sino el comienzo de un programa cultural
y turístico común entre los ayuntamientos de Caravaca y Cartagena y la
Comunidad Autónoma”, ya que en el caso de esta ruta espiritual, “se
suman también incuestionables valores naturales, culturales y de
patrimonio que debemos visibilizar y desarrollar para hacerla más
atractiva”, ha añadido Arroyo.
El acto, ha contado
con la asistencia de numerosas autoridades, entre las que se
encontraban el teniente hermano mayor de la Cofradía de la Santísima y
Vera Cruz de Caravaca, Ángel Luis Navarro, el director general de
Deportes, Fran Sánchez, el vicepresidente de la Autoridad Portuaria,
Pedro Pablo Hernández, o la gerente de la Fundación Camino de la Cruz,
Lourdes Aznar.
También han asistido los ediles del Gobierno Diego
Lorente, Beatriz Sánchez, Ignacio Jáudenes; así como los ediles de la
corporación Jesús Giménez, Manuel Torres, Juan José López, Isabel Andreu
y Fulgencio Soto.
El padre Ángel Obradors, párroco de la parroquia de
Santiago Apóstol, de Santa Lucía, ha bendecido la cruz, de más de dos
metros de altura, que ha sido donada por la Fundación Camino de la Cruz y
señala a los peregrinos el inicio del tramo del camino hacia la Ciudad
Santa por el Campo de Cartagena.
Esta ruta tiene una extensión de 137
kilómetros, pasando por La Aljorra hasta llegar a Los Martínez del
Puerto en 5 etapas.
Fue
hace 20 siglos cuando, según la tradición, el Apóstol Santiago llegó a
la Península, desembarcando en Cartagena. En la ciudad portuaria, habría
sido Santa Lucía, barrio de pescadores, el elegido por Santiago el
Mayor para iniciar su misión evangelizadora.
De
hecho, su parroquia, la de Santiago Apóstol, es además de la sede
episcopal, la única Iglesia de la Región en la que el peregrino puede
hacerse con la credencial, expedida por la Catedral de Santiago, para
poder realizar la ruta Jacobea y obtener la Compostela.
Esto es así
después de que en 1921 el Papa Benedicto XV concediera a la iglesia
cartagenera las mismas prerrogativas que a la Catedral de Santiago de
Compostela, lo que elevó sobremanera su importancia.
Aunque
también Almería y Tarragona se disputan el honor de haber sido puerto
de entrada del Cristianismo en nuestro país, son muchas las pruebas que
señalan a Cartagena y a su querido barrio marinero.
Cuando
los apóstoles se repartieron por el Mundo para extender la fe y el amor
a Cristo, eligieron siempre las principales ciudades de los reinos a
los que llegaban como sedes de las Iglesias Episcopales. En el caso de
Cartagena, hablamos de una ciudad ilustre y enclave estratégico del
Mediterráneo, que bien podría haber sido destino del apóstol.
Por
otro lado, en el primer Concilio celebrado en España en torno al año
300, se menciona ya a la Iglesia de Cartagena. También uno de los cuatro
santos cartageneros, San Isidro, alude a esta cuestión, y la Madre
María de Jesús de Ágreda, en su 'Mística Ciudad de Dios', dice que la
Santísima Virgen le reveló que “Santiago desembarcó en el puerto de
Cartagena, donde dio principio su apostólica predicación”.
Fray
Antonio de Herráiz, en 'Los Cuatro Ríos Místicos del Paraíso de la
Iglesia', menciona la histórica lápida que anuncia la llegada de la Luz
del Evangelio por Cartagena, que se encuentra en la iglesia parroquial
de Santiago Apóstol del barrio de Santa Lucía.
Es
precisamente esta la única Iglesia de la Región en la que el peregrino
puede hacerse con la credencial, expedida por la Catedral de Santiago,
para poder realizar la ruta Jacobea y obtener la Compostela.