Cuando se apague el tronar de las salvas
 con que las baterías de la izquierda "transformadora" saludaron el 
acuerdo de IU y Podemos, cuando se disipe el humo de la pólvora 
alegremente gastada en este asunto por orden de la maquinaria de 
propaganda de esta gente que es lo único que funciona, podrá verse que 
esta unidad es una farsa. Una farsa condenada al fracaso. Y que 
condenaría a otro fracaso al conjunto del país si consiguiera salirse 
con la suya, asunto imposible.
Sí,
 ya sé que voy contra el unánime y estentóreo parecer de los miles y 
miles de fanáticos de estas dos formaciones, de trolls y agentes de 
propaganda que ayer llenaron las redes con sus consignas, todas iguales.
 Ya sé que no veo cómo el sol rojo de la justicia social alborea el 
oriente por mi ceguera y falta de comprensión de la verdad en marcha por
 fin en la historia. Veo lo que veo y no lo que me dicen que vea. Ya sé 
que también voy contra el parecer de gentes normalmente razonables y 
ecuánimes que ayer se dejaron arrebatar por este frenesí colectivo 
impostado de los salvadores de la patria y daban por segura la victoria 
de esta colección de gente tan variopinta como desnortada. 
Aquí
 se dirá lo que no se leerá ni oirá en las arengas y proclamas de la 
"verdadera" izquierda. Ese pacto se ha cocinado y cerrado a toda 
velocidad porque no quedaba otro remedio ya que el plazo para hacerlo 
terminaba hoy, 10 de mayo, y de no firmarse las dos fuerzas que afirman 
haber abierto las puertas a un nuevo día y un nuevo país se encontrarían
 en la situación en que estaban antes y fue la que obligó a llegar al 
acuerdo: Podemos cae en picado en las encuestas y Pablo Iglesias 
comparte con Rajoy el honor de ser el líder peor valorado por la 
opinión. Por otro lado, IU, prácticamente en quiebra y sin fondos para 
pagar ni a los que pegan carteles, estaba obligada a una campaña 
electoral hecha a base del boca a boca de los mercadillos.
Que
 se haya hecho por obligación y a toda velocidad demuestra que, cuando 
hay voluntad política, los obstáculos se vencen. Es decir, si no se 
llegó a acuerdo alguno tras el resultado del 20 de diciembre es porque 
quienes lo negociaban, especialmente los de Podemos, no querían. Se 
trataba de un acuerdo en el que estaría el PSOE y eso Anguita, que es 
quien hoy vuelve a mandar en el batuburrillo de esta izquierda, no lo 
toleraría bajo ningún concepto. Para algo han incluido su imagen en 
el cartel electoral de las dos formaciones porque estas tienen una idea 
pintoresca de la realidad. Y, ya se sabe: todo antes de que gobierne el 
PSOE. Hasta elecciones nuevas. Hasta un nuevo gobierno del PP. Si 
nosotros no gobernamos que tampoco gobiernen esos. Qué historia tan 
vieja.
La coalición electoral se presenta como el primer paso del anhelado sorpasso
 a los socialistas, ese que Iglesias intentó colar como un adelanto al 
PP, por si alguno se tragaba la bola. Y solo estamos en el comienzo. En 
estas elecciones vamos a ver auténticos prodigios de embustes y engaños 
de las partes de IU y Podemos, duchas en este tipo de actividades para 
las que tienen legiones de fanáticos patrullando las redes a fin de 
echarse como un enjambre sobre quien cuestione este adefesio.
Obsérvese
 detenidamente el cartel de propaganda. ¿Alguien cree que, de obtener la
 victoria ese huerto de egos desmesurados, será capaz de mantenerse 
unido? ¿Que podrá tomar medidas de políticas públicas antes de empezar a
 discutir entre ellos y expulsarse mutuamente? ¿Alguien cree que la 
presencia de Anguita es productiva desde el punto de vista del marketing político, que es lo único que importa a estos adalides del izquierdismo virgen?
Lo
 han hecho a toda prisa por las razones expuestas al comienzo de este 
escrito y por la muy evidente que añadimos ahora: para ir en contra del 
PSOE. Los medios que bailan el agua a esta coalición de viejos y nuevos 
comunistas hablan ya de tremendo sorpasso al PSOE. De aquí al 26 
de junio vamos a escuchar todo tipo de embustes en forma de conclusiones
 de sondeos uno detrás de otro.  Y, llegado el día de la votación, se 
descubrirá que está fantástica coalición no podrá formar gobierno y 
tampoco podrá formarlo el PSOE con lo que esta vez sí habrá alcanzado la
 finalidad que siempre hemos dicho que era la suya: dividir a la 
izquierda para que gobierne la derecha. Esta derecha de sinvergüenzas y 
ladrones. 
Tan
 lamentable resultado solo podría evitarse si el PSOE consiguiera 
mantener un nivel del voto que le permitiera formar gobierno como fuerza
 mayoritaria, cosa muy difícil por cuanto, a diferencia de las demás 
fuerzas políticas (sobre todo, el PP y Podemos) no tiene ningún medio de
 comunicación favorable, nadie que reproduzca y difunda su relato, 
atacado por la derecha y por la izquierda. La coalición IU-Podemos 
volverá a vender la piel del oso antes de matarlo y es de esperar que el
 PP no pueda revalidar ni de lejos los resultados del 20 de diciembre.
Al
 haber concluido una alianza electoral en contra del PSOE los de esta 
izquierda retórica le han marcado su rumbo forzosamente: el 
mantenimiento de la alianza que ya forjó con Ciudadanos. Conociendo 
nuestro país, su electorado y las condiciones en que se va a votar esta 
vez, esa combinación, presentada como la alianza del centro derecha y el
 centro izquierda es la combinación ganadora.
Palinuro
 defendió siempre un pacto de gobierno entre PSOE, Podemos e IU e 
incluso insistió en que se incluyera el referéndum de Cataluña. Eso no 
fue posible, en mi opinión por el juego sucio de Podemos (todavía más 
sucio que el del PSOE, que ya lo era) que siempre pensó en hacer 
elecciones nuevas porque su objetivo, digan lo que digan, no es 
ganarlas, sino que no las ganen los socialistas
Palinuro, que cada vez se siente más catalán y que, en estas elecciones, de poder hacerlo, votaría en Cataluña a ERC, no tiene nada claro qué hará en España.
Palinuro, que cada vez se siente más catalán y que, en estas elecciones, de poder hacerlo, votaría en Cataluña a ERC, no tiene nada claro qué hará en España.
Sobre este asunto seguiremos hablando mañana.
España es un cortijo
La cómica pareja de personajes al frente
 del Ministerio del Interior no son más que uno de los episodios más 
vergonzosos y chungos de esta costumbre del partido del gobierno de 
tratar España como si fuera su cortijo en el que puede hacer lo que le 
da la gana. El ministro Fernández-Díaz y el director general de la Policía, Ignacio Cosidó, creen firmemente que el ministerio y sus 
competencias son como el patio de su casa y que pueden hacer en él lo 
que quieran. 
El ministro se ha pasado la legislatura condecorando estatuas de madera de vírgenes de las que es muy devoto y enviando contingentes de las fuerzas de seguridad a rezar a la Virgen de Lourdes con el dinero de todos los contribuyentes. Cosidó, aparentemente, ha mangoneado cuanto ha podido en las funciones y competencias de la Policía para proteger a sus amigos de investigaciones y pesquisas, como en el caso del ático de González en Marbella o, al contrario para perseguir a sus adversarios fabricando, difundiendo todo tipo de embustes y calumnias sobre ellos, presuntamente valiéndose de su control de las fuerzas policiales.
La afirmación de que Podemos es un peligro para la democracia porque tiene algo que ver con ETA es una barbaridad y una injusticia por la que quien la profirió ya estaría en la calle en cualquier país del mundo. Pero no aquí, en donde el personal se dedica a robar cuanto puede de los fondos públicos para sus tenebrosos asuntos. Y en donde los responsables políticos son cualquier cosa menos responsables de sus actos, lo que les permite soltar ristras inverosímiles de dislates sin que ello les acarree consecuencia desagradable alguna.
El ministro se ha pasado la legislatura condecorando estatuas de madera de vírgenes de las que es muy devoto y enviando contingentes de las fuerzas de seguridad a rezar a la Virgen de Lourdes con el dinero de todos los contribuyentes. Cosidó, aparentemente, ha mangoneado cuanto ha podido en las funciones y competencias de la Policía para proteger a sus amigos de investigaciones y pesquisas, como en el caso del ático de González en Marbella o, al contrario para perseguir a sus adversarios fabricando, difundiendo todo tipo de embustes y calumnias sobre ellos, presuntamente valiéndose de su control de las fuerzas policiales.
La afirmación de que Podemos es un peligro para la democracia porque tiene algo que ver con ETA es una barbaridad y una injusticia por la que quien la profirió ya estaría en la calle en cualquier país del mundo. Pero no aquí, en donde el personal se dedica a robar cuanto puede de los fondos públicos para sus tenebrosos asuntos. Y en donde los responsables políticos son cualquier cosa menos responsables de sus actos, lo que les permite soltar ristras inverosímiles de dislates sin que ello les acarree consecuencia desagradable alguna.
Utilizar
 presuntamente a la Policía como una agencia privada de delincuentes 
para obstaculizar o embarrancar otras opciones políticas es una de las 
numerosas muestras de cómo la derecha entiende  el gobierno de España. 
Como la administración de un cortijo propio.  Su acción consiste en 
legislar descaradamente a su favor y el de sus amigos, amnistiarse por 
los delitos cometidos y entrar a saco en el erario para esquilmarlo a 
mansalva, tanto en beneficio personal de todos los populares que meten 
la mano y son legión, como para sus enjuagues de corrupción, 
malversación, en definitiva, privatización a los que llaman programa 
político. Algo que lleva el haciendo el PP, por lo que parece, desde su 
origen hace veintitantos años.  
Y,
 por supuesto, el Sobresueldos, que pasó unos 20 años cobrando sobres de
 procedencia dudosa sin que hasta la fecha haya dado muestras de pensar 
en dimitir por un compotamiento tan bochornoso e inmoral. Por no hablar 
del hecho de que, según parece, la misma Gürtel que pagaba los 
trajes de Camps, pagaba los atuendos o viajes de esa auténtica vergüenza
 nacional. Un gobernante tan desgobernado y autoritario que lleva cuatro
 meses en rebeldía, negándose a dar cuenta de sus actos ante el 
Parlamento.
En
 el gobierno de Madrid hay de todo. Llegó a estar en manos de una 
ultrarreaccionaria neoliberal, ridícula parlanchina que jamás vigiló un 
papel ni se ocupó de su puesto para nada y a la que bastaba halagar en 
su necia vanidad de ser como la dama de hierro, para que hiciera 
la vista gorda ante el saqueo sistemático de las arcas públicas, 
perpetrado por una manga de amigotes suyos, sinvergüenzas a sus órdenes 
que por todo cobraban y de todo se beneficiaban. 
Santurrones
 y beatos de misa diaria, eso no impedía que hicieran negocios y 
expolios al amparo de la Iglesia. Los responsables de organizar una 
visita del Papa Ratzinger, hicieron prodigios para levantarse unos 
millones de euros a base de estafas. La pía y devota consejera de 
educacion de Madrid, la que descapitalizaba los centros públicos, 
llenaba de subvenciones los privados, ella misma no hacía ascos a 
beneficiarse de las ofertas que realizaba su gobierno ni a relacionarse 
-ya se verá en sede judicial cómo- con los granujas que acumulaban 
fortunas a base de cobrar comisiones por la construcción de centros 
educativos.
El gobierno como negocio y como robo. Hay sinergia en el atraco. La derecha engancha todo lo que huele a dinero público y da luego una parte a la gran ladrona nacional, la Iglesia católica, cuya codicia es un pozo tan sin fondo como la ignorancia del clero. Aportaciones directas de las arcas del Estado (más de 11.000 millones de euros) para que los curas puedan financiar sus medios audiovisuales, centros de propaganda del oscurantismo y el odio, exenciones fiscales universales (otro tanto), subvenciones encubiertas o sin encubrir a través de esas estafas que llaman "centros educativos", todo lo necesario para propiciar el ánimo de la Iglesia que es hoy más rica que en tiempos de Mendizábal. Lo que se llama compartir un pedazo del cortijo con los de misa y olla.
El gobierno como negocio y como robo. Hay sinergia en el atraco. La derecha engancha todo lo que huele a dinero público y da luego una parte a la gran ladrona nacional, la Iglesia católica, cuya codicia es un pozo tan sin fondo como la ignorancia del clero. Aportaciones directas de las arcas del Estado (más de 11.000 millones de euros) para que los curas puedan financiar sus medios audiovisuales, centros de propaganda del oscurantismo y el odio, exenciones fiscales universales (otro tanto), subvenciones encubiertas o sin encubrir a través de esas estafas que llaman "centros educativos", todo lo necesario para propiciar el ánimo de la Iglesia que es hoy más rica que en tiempos de Mendizábal. Lo que se llama compartir un pedazo del cortijo con los de misa y olla.
Se
 dan casos de chupopterismo y mangoneo alucinantes que ponen en 
evidencia cómo España sigue siendo el cortijo de corruptos y 
sinvergüenzas que ha sido siempre. La ex-ministra Mato, una incompetente
 fabulosa, que hubo de dimitir porque estuvo beneficiándose de continuo 
presuntamente de los fondos Gürtel, desde las fiestas de cumple 
de sus hijos hasta los viajes de placer de la familia ha encontrado 
nuevo destino. Aparte de cobrar la prestación por el paro, una pasta, y 
de volver a "trabajar" de enchufada en su antiguo curro, ahora le han 
buscado un  enchufe en algún organismo europeo en el que tendrá ocasión 
de seguir mostrando que no sabe hacer la O con un canuto, pero cobra una
 pasta por ello. 
El
 que fuera ministro de Educación, el negado Ignacio Wert, que comenzara 
su periodo ministerial con la estupidez de que quería "españolizar a los
 niños catalanes", acabó teniendo que dimitir, dejando la educación en 
España sumida en el caos. Pero a la Iglesia muy contenta porque volvió a
 entregarle  el alma de los niños con la reimplantación de la religión.
 En premio le han dado la embajada de España ante la OECD en París, 
asunto del que lo ignora todo y en donde también está su mujer en un 
puesto de enchufe, ambos cobrando un dineral y descansando en un piso de
 lujo, todo ello a costa del contribuyente. 
En
 donde quiera que asientan sus reales los miembros de la asociación de 
malhechores, PP, vacían las arcas y articulan sus medidas  para estar 
chupando del bote. A eso es a lo que llaman "política" estos 
depredadores. Y así han dejado el país, al borde de la bancarrota, lleno
 de obras faraónicas inútiles, abandonadas y que costaron una millonada a
 la que habitualmente se sumaba la mordida que el correspondiente pepero
 reclamaba.
La
 izquierda, responsable en buena medida de que continúe este expolio por
 su negligencia o complicidad, no supo hacer frente a la banda de 
ladrones. Los medios han guardado un silencio muy acusador porque hay 
que garantizarse las subvenciones públicas directas o indirectas en este
 perro mundo y preparados para sostener unos negocios ruinosos, a base de
 propagar las mentiras más evidentes.
Pero la principal responsabilidad sobre este desbarajuste afecta a los electores que siguen votando a esta banda de ladrones.
Pero la principal responsabilidad sobre este desbarajuste afecta a los electores que siguen votando a esta banda de ladrones.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED 

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